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jueves, 21 de marzo de 2013

Turismo Industrial en Parada do Sil, varias fábricas recuperadas para turismo. Orense


La Fábrica da Luz de Parada do Sil, convertida en un centro turístico de la Ribeira Sacra.
El alcalde de Parada de Sil, Francisco Magide, y el director de la Unidad de Hidráulicas de Gas Natural Fenosa, Manuel Menéndez, inauguraron esta mañana el albergue de A Fábrica da Luz, que está ubicado en la antigua central hidroeléctrica del Mao, en la comarca de la Ribeira Sacra. La empresa cedió el uso de la antigua central de Barxacoba y sus terrenos al Concello de Parada del Sil para fines turísticos y lúdicos. Así, se convierte en un albergue turístico y un centro de exposiciones y formación ambiental, utilizando el parque de la central para actividades lúdicas y de turismo activo. El albergue A Fábrica da Luz fue utilizado como el hogar de los encargados del mantenimiento de la central y ahora cuenta con capacidad para 28 personas en unas instalaciones rehabilitadas en 2011. El edificio está estructurado en dos bloques con capacidad para 12 personas cada una y otros dos espacios con capacidad para dos personas respectivamente.

Actividades lúdicas
En el acto de inauguración estuvieron presentes 200 vecinos y Elena Espinosa, entre otras autoridades, ya que era ministra de Medio Ambiente cuando comenzó el proyecto. A través de los discursos se mostró gran satisfacción por el hecho de que una inversión de más de 1.000.000 de euros esté en funcionamiento tras ser adjudicada en concurso público que ganó la empresa Tempo SAcro que acaba de presentar un programa de actividades que, según el alcalde, es espectacular. A Fábrica da Luz es una de las primeras infraestructuras hidroeléctricas construidas en Galicia. Entre los años 1914-1916, la empresa La Gallega construyó A canle vella para canalizar el agua del Río Mao y descargarla en la Fábrica da Luz, convirtiéndose en un hito tecnológico, social y arquitectónico en la zona. Posteriormente pasó a ser propiedad de Gas Natural Fenosa.

Parada do Sil estrena su Fábrica da Luz, una vieja presa convertida en museo y albergue.
El alcalde de Parada de Sil, Francisco Magide, y el director de la Unidad de Hidráulicas de Gas Natural Fenosa, Manuel Menéndez, inauguran ayer el albergue de "A Fábrica da Luz", ubicado en la antigua central hidroeléctrica del Mao, en la comarca de la Ribeira Sacra. Un acto que contó con alrededor de 200 vecinos de los casi 700 que tiene este municipio lo que para el regidor es una muestra de que este proyecto es importante y que "lo sienten como algo suyo".

La inauguración contó además con el gerente del Xacobeo, con la empresa ejecutora Tragsa, la arquitecta del proyecto, la presencia de la ex ministra Elena Espinosa quien en su día apostó por este proyecto al igual que el entonces conselleiro de Medio Ambiente Manuel Vázquez, algo que no dudó el recordar y agradecer Magide.

El regidor también agradeció a la empresa hidroeléctrica la cesión de las instalaciones que destaca ya generaron tres puestos de trabajo directos "y va a más". Asimismo, destacó que a pesar de ser tiempos de crisis este proyecto salió a concurso y la empresa Tempo Sacro concursó para hacerse con su gestión, y ha presentado un programa ambiental amplio que refleja ilusión y trabajo, y que ahora solo queda pedir a las entidades competentes cobertura de internet y telefonía móvil. Por último destacó Magide que estas instalaciones serán un "icono de Parada do Sil y de la Ribeira Sacra", y en un año "tendrá mucha demanda".

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Gas Natural Fenosa cedió el uso de la antigua Central de Barxacoba y sus terrenos a este ayuntamiento para fines turísticos y lúdicos, por un periodo de 30 años, lo que permitió la rehabilitación de la llamada Fábrica da Luz para convertirla en un albergue turístico y un centro de exposiciones y formación ambiental, y el acondicionamiento del parque de la central para actividades lúdicas y de turismo activo.

El albergue A Fábrica da Luz, espacio que en el pasado fue utilizado como el hogar de los encargados del mantenimiento de la central hidroeléctrica, cuenta con capacidad para 28 personas y con todas las comodidades de unas instalaciones rehabilitadas en 2011. El edificio está estructurado en dos bloques con capacidad para 12 personas cada una y otros dos espacios con capacidad para dos personas respectivamente.

La cantina del albergue se ubica en la torre de la Antigua Central Hidroeléctrica, donde se encontraba los transformadores, los elementos de regulación, control, protección, mientras que la antigua nave donde se encontraban las turbinas, se ha convertido en una sala multiusos.

La Fábrica da Luz es una de las primeras infraestructuras hidroeléctricas construidas en Galicia. Entre los años 1914-1916, la empresa La Gallega construyó "A canle vella" para canalizar el agua procedente del Río Mao y descargarla en la conocida como A Fábrica da Luz, convirtiéndose en un hito tecnológico, social y arquitectónico en la zona. Posteriormente pasó a ser propiedad Fenosa. Suministró electricidad a Monforte, a la capital ourensana, y a localidades de la parte alta de la Ribeira Sacra.

Parada de Sil recupera para el turismo una fábrica de chocolate.
La familia propietaria de la vieja fábrica de chocolate de Teimende, materializó la cesión de las instalaciones al Concello de Parada de Sil. La viuda e hijas de Ricardo Casares acudieron al acto, orgullosas de que el legado de la industria familiar no se pierda. El alcalde, Paco Magide, destacó que se hará un pequeño museo del chocolate con paneles interpretativos. Este proyecto, dijo, sirve para «recuperar a memoria local como símbolo de identidade de Parada». Se intentará que haya financiación del plan europeo Leader, «e se non, farémolo con fondos propios».

Por parte de la familia firmó e intervino Rosa Casares Prieto, en presencia de su hermana Dolores y la madre, Dolores Prieto Graña. La industria la había heredado su padre en los años 50, modernizándola con la introducción de la electricidad. Compró nueva maquinaria: molino, mezcladora, refinadora, tableteadora y frigorífico. Y llegó así la innovación con texturas finas, chocolates de mezcla con vainilla, leche o cacahuetes. «O cacao comprábase ao Estado, era monopolio e había que pagar o imposto primeiro e despois ir recoller o cacao», dijo. Las tabletas se empaquetaban en papel de aluminio, que evitaba la humedad, y la distribución se hacía, primero a caballo y después en moto y, en los sesenta, en furgoneta, por casi toda la provincia y Lemos. Había campañas de márketing con vales regalo dentro de cada tableta para canjear por utensilios de cocina. También patrocinaban las fiestas locales.

Multinacionales
Aquel mundo romántico se hundió cuando las empresas multinacionales introdujeron, en los años 80 del siglo XX, los sucedáneos de cacao. La maquinaria de la fábrica no estaba preparada más que para trabajar con cacao auténtico. Rosa Casares explicó que el chocolate era el típico regalo para las mujeres que acababan de dar a luz. «Conservamos un documento do ano 1938, do médico don Guillermo, no que pedía zucre para a fábrica de chocolate de Teimende porque a escasez de chocolate causaba problemas de saúde pola súa ausencia», señaló. La familia propietaria está convencida de que Ricardo Casares estaría orgulloso de esta cesión al Concello. La fábrica, una pequeña casa vieja, se encuentra en mal estado y conserva toda la maquinaria de la época. Sus dueños, en vez de comerciar con ella, decidieron cedérsela al Concello para ponerla en valor y recordar una actividad industrial muy especial que hubo en la aldea de Teimende. La fábrica cerró sus puertas en los años ochenta del pasado siglo. La introducción de sucedáneos de cacao derivó en un abaratamiento de precios por lo que las pequeñas fábricas tuvieron que cerrar. No se podía seguir haciendo chocolate artesanalmente. El de Parada va a ser el primer museo chocolatero de Ourense y quizás de Galicia. El más cercano es el de Astorga. Ahora se está volviendo en algunas comunidades a defender el chocolate artesano. Pero en Parada de Sil ya es tarde. Ahora llega el tiempo de mostrar en las mejores condiciones aquel pequeño universo dulce en el que se molía el cacao y se trataba envuelto en dosis de prudencia, esfuerzo y superación, la de una familia que heredó la industria del abuelo paterno, Arturo Casares.

Se ha confeccionado un cartel que contiene todos los envoltorios de los distintos chocolates que salían de Teimende. Hoy, contemplarlos, es una delicia. Hacían tabletas de medio kilo del chocolate a la taza. Y las multinacionales no lo fabricaban, explicaba Dolores Prieto Graña, porque era más rentable hacer varias tabletas finas para las meriendas y de medio kilo salían varias. Queda el recuerdo de una época en la que en la provincia ourensana hubo varias fábricas de chocolate artesanales, que fueron desapareciendo. Al menos esta podrá visitarse. Como dijo el alcalde, «o rural pode ofertar posibilidades a quen queira buscalas. No caso de Parada de Sil , hoxe hai turistas que pernoctan aló».

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