Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

martes, 26 de marzo de 2013

Espacio expositivo Pernod Ricard. Manzanares (Ciudad Real)


Tras el artículo que os acabo de poner en la entrada anterior, os presento más documentación sobre este espacio expositivo realizado por el Doctor arquitecto Diego Peris.

Web Diego Peris http://www.diegoperis.com

Obra original: Bodegas de Jiménez y Lamothe.
Estas bodegas fueron la base de las Bodegas Larios, que las adquieren en 1920.

Año comienzo actividad: 1860

Situación: Manzanares (Ciudad Real)

*Todos las imágenes y planos han sido facilitados por Diego Peris, a quien quiero agradecerle desde aquí su aportación.

A continuación os presento la planta de las instalaciones.



En el interior de estas instalaciones se han conservado gran parte de la maquinaria y de la arquitectura de la antigua instalación industrial de Larios de Manzanares.









 Artículos escritos por Diego Peris sobre el espacio

MÁLAGA. MANZANARES Y LAS LABORES.
        Las Bodegas de Jiménez y Lamothe comienzan su actividad en 1860, en Málaga con una producción de calidad y un prestigio que se consolida día a día. En ellas  trabajó de químico Bernabé Fernández Sánchez, creador del Ceregumil. Una amplia gama de productos y una buena organización hacen que las bodegas sean reconocidas dentro y fuera de Málaga. Las  bodegas de Jiménez y Lamothe fueron la base de las Bodegas Larios, pues las primeras botas con las que Larios se lanza a la aventura del vino proceden precisamente de aquellas. Los antepasados de los primeros Larios que llegan a Málaga hacia 1800 proceden de Laguna de Cameros, Logroño. Pablo Larios era viudo de Ana Llera y de Gregoria Herreros. Le acompañan todos sus hijos y se instalaron en Málaga, aunque que algunos de sus hijos se marchan a Cádiz para, desde allí, intentar poner casa y representación comercial en Gibraltar. La familia se escinde a efectos económicos y comerciales y se quedan en Málaga Pablo Larios y sus hijos Manuel Domingo Larios Llera y Juan Larios Herreros. Para Cádiz-Gibraltar parten Pablo Larios Herrero y su hermano Martín. Distintas circunstancias familiares hacen que se produzcan uniones de capital, separaciones y procesos económicos diversos en el seno de la familia.
Las bodegas de Málaga y Manzanares.

        Hacia 1920, los Larios adquieren la bodega de Jimenez y Lamothe iniciando una nueva etapa en su gestión y desarrollo. Al marqués de Larios se une el del Genal, de forma que ambos marquesados van unidos a la formación de las bodegas. En esta fecha la dirección de la Casa Larios está ya en manos de José Aurelio, tercer marqués, que regenta los negocios bajo la denominación de Larios y Cía. Es el momento en que Jiménez y Lamothe pasan a ser propiedad de «la Casa», tanto en lo que se refiere a las bodegas locales como a la destilería que ya tenían en Manzanares. Las bodegas malagueñas de Jiménez y Lamothe, eran un ejemplo industrial, y la destilería de Manzanares fue la primera en su género en toda España y, desde mediado del siglo XIX, fueron pioneros en la elaboración de los brandies, que entonces todavía se llamaban cognacs y de los que ha llegado hasta nuestros días el famoso “l866”.  En los bocoys de madera para trasportar el producto se inscribía todavía la referencia “Destilerías y rectificación de alcoholes de puro vino. Larios y Compañía. Málaga y Manzanares. Sistema Savalle”. Y en algunos de ellos se inscribe Larios y Compañía, antes Jimenez&Lamothe.


        El paso de Jiménez y Lamothe a la Casa Larios fue completo, puesto que Larios y Cía., con el marqués del Genal, adquieren las botas de añejar, la organización de la bodega, las líneas de embotellado, oficinas, aparatos para fabricar alcohol, viñedos, etc., por lo que su presencia en el mercado fue  muy rápida.  Fueron los vinos lo que, en cualquier caso, lograron dar popularidad exterior a Larios, En el año 1933 desaparece Larios y Cía., dando paso a la nueva razón Larios, S.A., que por aquellas mismas fechas incorporó a sus elaborados la ginebra, tan famosa como el brandy 1866. A partir de la década de los treinta, se producen nuevos traslados en Málaga y la nueva bodega se establece en los viejos terrenos de La Aurora, fronterizos entre el Perchel y la nueva zona del polígono de la Alameda. En Manzanares hay unas espléndidas instalaciones con un edificio industrial situado en zona próxima al ferrocarril. De su conjunto sobresalen las chimeneas de destilación y de forma especial sus instalaciones interiores con una maquinaria de primera calidad que ha ido incorporando los avances del sector en cada momento.
       
        Eduardo González Gallarza, casado con la viuda  de Larios, teniente general, ha sido presidente de Larios entre 1947 y 1986 año de su muerte. Aviador, que formó junto a Joaquín Loriga Taboada y Rafael Martínez Esteve la Escuadrilla Elcano que realizó el vuelo Madrid Manila en 1926. Ayudante de Alfonso XIII, al finalizar la guerra civil española fue nombrado Jefe de Estado Mayor llegando a general de brigada y de división en 1945. Ese año fue nombrado ministro del aire hasta 1957. A su muerte la empresa pasa a manos de su hijo Eduardo González Gallarza quien la dirige junto a José Fernández de Villavicencio.

        En 1997 el grupo francés Pernod Ricard compra Larios en un proceso de concentración del mercado de producción de bebidas alcohólicas y decide trasladar sus instalaciones de Manzanares a una nueva ubicación. Una gran superficie en Las Labores es el lugar elegido para las nuevas instalaciones. La fábrica de Manzanares queda sin uso y la empresa mantiene a alguno de sus trabajadores con el único cometido de vigilar las antiguas máquinas y el conjunto de la fábrica cerrada.

El museo de Las Labores.
        En las nuevas instalaciones se produce una decisión singular. El aprecio por la realidad fabril construida a lo largo de siglo y medio lleva a levantar un gran edificio en el conjunto industrial destinado a Museo. Los museos son espacios donde la historia se detiene, parece congelado el paso de los años. Pero son también los lugares donde se conserva la memoria, donde es posible recuperar la historia de siglos pasados. Y en este caso la decisión se hace con una especial sensibilidad. No se trata simplemente de trasportar objetos de sus fábricas a un espacio expositivo donde van adquirir una nueva significación, sino de crear un lugar en el que sea posible entender cómo eran las fábricas que en tiempos pasados elaboraban los productos de Larios. Probablemente se puede discutir sobre la eliminación del recinto fabril de Manzanares, del que quedan en pie elementos puntuales como sus chimeneas y una pequeña edificación, dejando el resto del solar para nuevas edificaciones residenciales. Pero el traslado del material a su nueva localización en Las Labores es un buen entendimiento del planteamiento de un espacio expositivo del patrimonio industrial.      

        Porque dentro de una nave industrial con estructura en diente de sierra para permitir una buena iluminación del conjunto se ubica la antigua fábrica con sus elementos constructivos, su maquinaria instalada y un desarrollo expositivo que va permitiendo entender todo un proceso histórico de desarrollo de estas instalaciones. Piezas de valor histórico de primera magnitud se van presentando en el conjunto que va recorriendo el proceso de fabricación de las antiguas instalaciones. Desde el antiguo jaraíz con su estructura de cubierta en la que se combina la madera con los tensores metálicos y las piezas de fundición que los unen hasta las etiquetas de cada una de las épocas o los libros de correspondencia, el Museo hace un recorrido por todos los elementos que integran el patrimonio industrial. Cada una de las piezas adquiere una nueva significación en este nuevo contexto, pero conserva la capacidad evocadora de la industria y el trabajo de otros tiempos. Y para ello las máquinas, los procesos comienzan a moverse y a funcionar como lo hicieron en otras épocas gracias al cuidado especial de nuevos trabajadores que mantienen viva la tarea que otros antepasados realizaron décadas atrás. Este nuevo paisaje industrial es así la huella del esfuerzo del hombre en el territorio ahora conservada en los objetos, en las máquinas y en los procesos que fueron los medios de su labor diaria.


UN TESORO DEL PATRIMONIO INDUSTRIAL EN “LAS LABORES”
        El Espacio expositivo que se encuentra en las instalaciones de la empresa Pernod-Ricard es un ámbito de especial interés del patrimonio industrial de Castilla-La Mancha por la calidad de los materiales que conserva, la etapa de instalación de los mismos y la forma en que se ha producido la instalación. Un gran contenedor industrial con la imagen de una nave más del conjunto de producción actual, en cuyo interior se ha conservado gran parte de la maquinaria y de la arquitectura de la antigua Larios de Manzanares principalmente.

El jaraíz.
        El acceso al conjunto por el vestíbulo de entrada deja la visión del espacio general que se va enterrando a cotas inferiores para conseguir una gran altura en el conjunto del espacio expositivo. En uno de sus extremos se localiza el jaraíz, del que se ha trasladado su cubierta de madera con las tejas superiores y toda su maquinaria. La estructura de las cerchas de madera y cubierta es especialmente atractiva en el remate final donde la estructura metálica que acompaña a la madera tiene una serie de tensores y piezas de fundición de gran interés por su modo de construcción y su funcionamiento estructural. Y en su interior las piezas de funcionamiento de la maquinaria desde la llegada de la uva, la subida por correas de trasmisión y los mecanismos de madera que permitían el funcionamiento de esta área de trabajo. Un fragmento de arquitectura de 28 metros de largo por 11 de ancho que nos traslada al interior de la antigua bodega. Las poleas, las correas de trasmisión y los ejes de las piezas perfectamente engranados ponen en funcionamiento la instalación que comienza a moverse como lo hizo hace décadas. A su lado muchas de las prensas de madera que muestran como se iba produciendo la acción de la presión para conseguir exprimir las uvas de su interior.

        En el gran espacio diáfano de la nave se sitúan las máquinas conservadas, pintadas con los colores didácticos que nos enseñan su forma de actuar. Los alambiques para la destilación, las columnas de destilación con sus acabados de cobre reluciente se sitúan a punto de comenzar a destilar las uvas de la Mancha que llegaban a sus instalaciones para producir la ginebra Larios. A la entrada al conjunto carros para el trasporte con las cubas que conservan las inscripciones de la bodega originaria de Jimenez Lamothe. En la gran sala una doble altura conserva dos grandes tinas de madera con aparatos como el generador eléctrico, primero de los que producían la energía necesaria para las instalaciones. Una de las grandes tinas conserva en su inscripción el recuerdo a tres de los trabajadores que murieron en 1904 trabajando en ella como testimonio no sólo de las máquinas, sino también de las personas que desarrollaron su actividad en estas instalaciones.

Las tinas de madera y las tinajas de barro
        Y al lado de estos elementos,  parte de la bodega con las grandes tinajas de barro, la cubierta de madera originaria, las filas de tinajas con sus sujeciones de madera, sus pasarelas y sus barandillas tenues de madera para poder recorrer la parte superior, controlar la fermentación y la elaboración del vino. Tinajas que llevan inscritas los anagramas de la empresa de ese momento: una figura alada con el rótulo Trade Mark, 7410 litros y el número de la tinaja. Una zona con una anchura singular en estas instalaciones bodegueras de algo más de 10 metros y cerchas con secciones ligeras que se repiten a intervalos de 1 metros albergando en esta zona un conjunto de 21 tinajas. Las mismas cerchas de otra zona de la bodega forman el techo de una zona noble del conjunto destinada a sala de reuniones.

        Una zona en la que la luz tenue matizada por la cubierta de madera con la cobertura superior de teja deja un espacio similar al de muchas de nuestras bodegas de siglos pasados. Las espléndidas tinajas de barro realizadas en Villarrobledo, las pasarelas y la cubierta superior nos trasladan al espacio de la bodega tradicional de la Mancha.


        En el nivel inferior del recorrido, un espacio que tiene la doble altura de la arquitectura original con pilares de fundición soportando una pasarela perimetral donde se sitúan los grandes depósitos metálicos de color rojo intenso. Un espacio de 10x15 metros con una cubierta de cerchas de madera en cuyo interior se sitúa la estructura de gruesos pilares de fundición pintados en color blanco. Las barandillas ornamentadas de la planta superior dejan ver los grandes depósitos con la inscripción Trade mark en una cinta que rodea el pájaro que extiende sus alas. Debajo el rótulo RN1 hasta el octavo de los elementos que se han conservado en este espacio.

        La secuencia de escaleras que va bajando a los cada uno de los tres niveles va permitiendo visiones generales del conjunto y de los espacios singulares de su interior. El gran espacio del conjunto con su altura singular y la cubierta con celosía que oculta las cerchas de la nave y tamizan su luz contrasta con los espacios menores creados en su interior para las áreas especiales. Las máquinas, con sus colores vivos, el pavimento de color anaranjado, el brillo de las piezas de cobre, la madera de los toneles, las grandes bocas circulares, de colores vivos de las calderas producidas cerca de Manchester y de las estructuras de madera, establecen un juego de contrastes de piezas, texturas y colores que enriquecen el espacio donde se sitúan.

La memoria de los documentos.
        En el espacio de su lateral de entrada al nivel de la calle se ha colocado una de las mesas y sillas del despacho de la zona administrativa, muebles para la documentación, cartas y papeles del uso diario de la empresa. Y en las mesas las piezas de vidrio de los laboratorios de control y análisis de la calidad del producto. En las paredes, en cuadros, las etiquetas de cada época con los nombres de Jiménez Lamothe , Larios y las imágenes que dan testimonio de la sensibilidad de cada momento. Etiquetas de Jimenez Lamothe con el Pedro Ximenez, el Jerez Pálido o el Oporto blanco.  Etiquetas de Larios SA con Jimenez Lamothe conjuntamente, o el Old Málaga fino sobre la ondulante bandera española. Litografías en las que el tenue grabado sobre la piedra permitía la impresión de etiquetas y material gráfico. Manifestaciones gráficas, modelos también del diseño y la sensibilidad de otras épocas.

        El conjunto del espacio expositivo y sus materiales es uno de los tesoros del patrimonio industrial de Castilla-La Mancha. Un tesoro valorado, conservado y apreciado por las personas que lo hicieron posible y lo mantienen con un cuidado exquisito como Gerardo o Luis. Un tesoro que se enriquecerá con la presencia de nuevos visitantes que aprendan de sus fondos, de la forma de presentación de los mismos, empezando a valorar la realidad producida por la industria, por el trabajo de décadas, por las tecnologías ya superadas que fueron pioneras en su momento para la producción cualificada y sobre todo por el trabajo de las personas que lo hicieron posible.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran parte de lo expuesto en Manzanares previene de Málaga,de donde fue extraído todo lo que se pudo,con el fin de borrar todo lo posible de la memoria de la casa LARIOS de MALAGA.