Se trata de una ruta cultural por el
patrimonio minero jienenense, que se concentra en el antiguo distrito de
Linares - La Carolina.
Los bienes patrimoniales que propone
esta ruta, que cronológicamente se sitúa en época contemporánea -desde la
segunda mitad del siglo XIX hasta bien entrado el siglo XX- y discurre por las
localidades jienenses de Linares y La Carolina para concluir en el poblado de
El Centenillo -Baños de la Encina-, han de ser valorados no sólo por su
singularidad o valores estéticos sino por ser espacios de la memoria que deben
servir de nexo de unión entre el pasado, el presente y el futuro.
Una serie de factores diseminados
por el territorio ayudan a evidenciar la importancia del patrimonio cultural
relacionado con la actividad minera de este antiguo distrito minero a lo largo
de 4.000 años de historia1. Entre éstos podemos destacar varios que resultan definitorios
y otros que contribuyen a entender mejor las características de este
“territorio-museo” como patrimonio cultural.
Se trata del proyecto Arrayanes2 ,
que desde 1998 vienen promoviendo una serie de acciones para la valorización
del patrimonio minero industrial en la zona.
Por último, uno de los elementos que
más contribuyen a la elaboración y factibilidad de la ruta cultural que se
propone para la zona de Linares, es el aprovechamiento del trabajo que este
colectivo, ha realizado junto a la Consejería de Turismo y la Federación
Andaluza de Montañismo para la creación de los 58 kilómetros de senderos,
señalizados y con paneles interpretativos, que permiten conocer y valorar los
restos mineros que hay en el término municipal de Linares, ya que eran los
mismos caminos que empleaban los mineros para la realización de sus
actividades.
Además aprovecharemos la conversión
de las líneas férreas desmanteladas que unían los pozos y minas, en vías verdes
actuales.
La ruta que se propone en estas
líneas se sitúa en época contemporánea, desde la segunda mitad del siglo XIX
hasta los años noventa del siglo XX. Los antecedentes de esta etapa arrancan en Linares, a mediados del siglo XVIII,
cuando el Estado se hizo cargo de las minas de Arrayanes, lo que coincidió en
el tiempo con la creación de La Carolina como municipio de repoblación, al hilo
de la política de nuevas poblaciones impulsadas por Carlos III, con la
consiguiente pérdida de su término municipal. Esta nueva localidad tomó el
relevo a Linares en la segunda década del siglo XX, experimentando un
progresivo declive desde la I Guerra Mundial. Los bienes patrimoniales que
aparecen en la misma no destacan por su singularidad o valores estéticos sino
por ser espacios de la memoria que deben servir de nexo de unión entre el
pasado, el presente y el futuro.
Más
información y fuente de textos http://www.iaph.es/
Colectivo
Proyecto Arrayanes
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