A continuación os hago un recorrido
por las noticias aparecidas sobre el patrimonio industrial de Lousado y la
realización de una exposición en una antigua fábrica.
Ya os puse una entrada sobre la
muestra Artestr@za.
Debo agradecer toda la información
facilitada a Manuel Alfonso Estévez (comisario de la exposición).
Cartel
de la exposición
Fotos
de exposición "Telas al viento" en Lousado.
Estas imágenes me las ha enviado
Manuel Alfonso Estévez
Noticias
sobre la exposición realizada
04/05/2012
Cien
artistas tras una promesa
Más de cien artistas del conjunto
del Estado, de Portugal y Alemania ultiman una exposición que se podrá ver a
mediados de este mes en la antigua fábrica de papel de Lousado. Se trata de un
acto reivindicativo para reclamar que el Concello de Piñor, con el apoyo de la
Xunta o de otras administraciones, convierta el edificio en un centro de
atención a personas discapacitadas, especialmente de las que sufren síndrome de
Down. José Hipólito Rodríguez Presas realizó la donación para esa finalidad,
con la condición de que se ejecutase en un plazo de cinco años. La cuenta atrás
ya ha comenzado
Manuel Alfonso Estévez, facilitó
láminas de papel de estraza, procedentes de los secaderos de Lousado, a
artistas de Castilla-León, País Vasco, Cataluña, Madrid, Comunidad Valenciana,
Andalucía, Rusia, Portugal, Alemania y Galicia, para que realizaran sus obras.
Respondieron a la llamada solidaria,
artistas como Vidal Souto, Ángel Aja, Manuel Penín, Xaime Fuentes, Ignacio
Granero, Xosé Poldras, Leandro Sánchez, Xosé Vilamoure, Isabel Somoza, Manolo
Figueiras, Alejandro Corporale, Tareixa Taboada, Paco Lareo, Xavier de Sousa,
Mayte Janeiro, Leticia Alvariñas, Emilia Pereira, José Manuel Vázquez Rivada,
Carmen Peña, Alexandro, Xavier de Dios, Torres Pato, MPXXI, Verónica Alcázar,
Isabel Seidell, César Taboada, Toño, M. Mantilla, Fran Herreros, Paula
Sampelayo, Nicolás González Aller, María Gómez Pereda, Karina Vagradova, Dalila
D´ Alte, Eurico Gonçalves, Fernando Arahuetes, Igor Torres, Rodrigo Alonso,
María José Castaño, entre otros nombres propios de la plástica internacional.
Esta iniciativa se suma a otras que
ha impulsado con anterioridad Manuel Alfonso Estévez, como "Telas al viento",
en la propia fábrica, además de coordinar propuestas en la península como
"Venir a degustarlo con Arte", "Tres miradas al románico
olvidado", "Cuatro Escultores Gallegos en la Casa da Anta",
"Intercambio-Luso Galaico en la Galería Caminhense", el acercamiento
de las vanguardias al pueblo burgalés de Quincoces de Yuso con el lema
"Arte en el Rural", así como el evento "Artespantallos en la
Ruta de la Plata" a su paso por los concellos de Vilamarín, San Cristovo
de Cea, Piñor, Rodeiro y Lalín.
La fábrica
En el contexto socioeconómico de las
primeras décadas de 1800 surge en la comarca de Carballiño una iniciativa
empresarial. En esa época, concretamente en 1836, Antonio Rivero de Aguilar,
natural de A Coruña, junto con su esposa, Juliana Rodríguez de Celanova, fundan
la fábrica de Papel de Lousado.
Imagen de la noticia |
La trayectoria de las industrias
papeleras, a partir de entonces y hasta mediados del siglo XX, dejó un legado y
patrimonio cultural de enorme valor en la zona. Un pilar fundamental en las
riberas del río Arenteiro, donde el sector del papel y cuero ejercerá "una
gran influencia, eje tanto dinamizador como económico", resalta Estévez.
Tras el cierre definitivo, es
"obligatoria" la recuperación de la memoria y los vestigios de su
pasado industrial y he ahí el trabajo de José Luis Sobrado y Francisco José
Fumega, avalado por el Centro de Estudios Chamoso Lamas, recogiendo el
esplendor papelero en la provincia de Ourense en un libro presentado en "O
Palleiro", que fue morada de los impulsores, tanto del templo fabril como
del santuario de San Antonio en Lousado. En días más recientes, la historia de
estas industrias y sus avatares en la comarca centraron el ciclo de
"Jóvenes Investigadores" en el Liceo carballinés.
En octubre de 2007, entre los muros
de la antigua fábrica de Piñor, surgió el evento contemporáneo "Telas al
viento", con la participación de creadores procedentes de varios países,
con el objetivo de integrar a los lugareños y foráneos en el enclave, dar a
conocer su historia y el movimiento obrero, fundamentalmente de las mujeres de
Trigás, Bagarelas, Barrán, Arenteiro, Piñor, Albarona, Senderiz, Torcela y
Lousado.
Fue cuando José Hipólito Rodríguez
Presas, actual propietario, comunicó a los asistentes, vecinos, autoridades
locales, provinciales, artistas y Aspanas, el deseo de donar parte de los
inmuebles. Naves, molino, Central eléctrica y dos hectáreas de terreno en las
inmediaciones de Torguedo para reinventarlo como espacio residencial y de
trabajo para discapacitados, acuerdo plasmado en un documento.
La muestra se podrá ver en varias
salas de la Península
Cinco años de plazo con prórroga si
fuera necesaria, para el inicio de la nueva vida en las naves vacías, fue el
establecido por José Hipólito Rodríguez Presas, pero está transcurriendo el
tiempo y nada se hizo, advierte Manuel Alfonso Estévez.
El impulsor de la idea creativa ha
vuelto a llamar a los artistas, plenamente consciente de la necesidad de
promover y difundir los valores naturales, arquitectónicos y culturales en el
mismo pueblo que inspirara a las inolvidables pintoras Carmen y Matilde
Legísima, la cuna del escultor Xurxo Oro Claro o el enclave que motivó a Camilo
José Cela para escribir Mazurca para dos muertos, novela por la que le
concedieron el Premio Nacional de Literatura, que ya se puede leer en quince
lenguas. Manuel Alfonso Estévez contempla esto como "una oportunidad para
la integración de los recursos y servicios turísticos de interés de una zona
potencial en muchos sentidos, para crear un producto atractivo en una comarca
considerada uno de los enclaves referentes de la arquitectura de las industrias
papeleras y cultura gallegas".
Postmoderna
Artestr@za 1836, pensada para salas,
otrora con funciones industriales, ferrerías, conserveras, mataderos,
cerámicas, naves, astilleros, centrales eléctricas, embarcaderos, cárceles,
manicomios, estaciones, conjuntos industriales que han sido rehabilitados y
renacieron como lugares museísticos, "síntoma de condición
postmoderna".
Pintores, escultores, arquitectos,
profesores de la Escuela de Arte y Superior de Diseño, fotógrafos creativos,
artistas Down, ejercitando un trabajo en equipo, cuyo resultado es la
colaboración entre las diferentes corrientes y actitudes, dando lugar a
"un discurso expositivo de verdadera integración, puesto que jóvenes con
discapacidad intelectual han formado parte del proceso para apuntalar el
desarrollo y bienestar personal y social del colectivo".
05/07/2012
La
antigua fábrica de Lousado acoge el trabajo artístico de discapacitados
La antigua fábrica de papel ubicada
en la localidad de Lousado, a orillas del río Arenteiro y en el municipio de
Piñor, acoge 'Artestr@za 1836', una exposición de arte contemporáneo que nace
con el objetivo de despertar la vocación artística en personas con
discapacidad, y comprobar los estímulos que provoca en ellos pintar. Además,
este proyecto pretende reivindicar un centro de atención y talleres en los
espacios e inmuebles de la vieja factoría, que han sido donados para tal fin
por su propietario, José Hipólito Rodríguez Presas, que fue alcalde de Cea.
La iniciativa y coordinación del
proyecto creativo corre a cargo de Manuel Estévez y reúne además un centenar de
artistas de reconocido prestigio de toda la península y la intervención
escultórica de Acisclo Manzano en la capilla de San Antonio, que forma parte
del escenario de la Galicia preindustrial. Los primeros en dar respuesta a la
propuesta fueron los jóvenes procedentes del colegio concertado de Educación
Especial 'Estela', de la Asociación Síndrome de Down de Burgos, de entre 14 y
21 años, así como la colaboración de la profesora, Inés Santamaría, que plasmó
sobre papel de estraza el trabajo, 'Pequeños caminos'. Según Manuel Estévez,
'la experiencia no ha podido ser más gratificante, ya que de este trabajo
colectivo ha salido un diálogo entre la pintura y escultura, que se inaugurará
en días venideros en la capilla y en la vivienda del antiguo encargado'.
17/09/2012
El
Papel que protagonizó Lousado
A juzgar por el entorno, cualquiera
diría que la mole fabril que dormita en Lousado dio con el municipio piñorense
un día que el progreso se extravió por la N-525. Sin embargo, su partida de
nacimiento certifica que la fábrica de papel profanó la floresta ourensana en
1840, mucho antes de que toneladas de asfalto tendieran un lazo entre Santiago
y Benavente. En una de las aldeas que aún salpican una alfombra de verde
espeso, cuesta adivinar que 8.000 metros de muro de granito abrazan el fósil de
la industria papelera más próspera y longeva de la provincia.
Cuando el Estado moderno inventó la
burocracia, el papel se convirtió en negocio y el río Arenteiro lo sembró por
la comarca de O Carballiño. Las últimas luces del siglo XVIII decretaron el
ocaso de la palabra como aval y recetaron papel contra el olvido. La obligación
de rendir cuentas ante Dios y Administración animó la demanda en círculos
eclesiásticos y despachos notariales. También la prensa, que amaneció con el
siglo XIX en el noroeste del mapa español, reclamaba un soporte para explicar
el mundo. Acostumbrada a saciar con la azada el apetito de la urbe, la Galicia
rural supo cultivar en la cadena de montaje el terreno que transita la tinta.
Cientos de aldeanos, que aprendieron a transformar trapos en papel antes que
letras en historias, nutrieron una importante industria que se apagaría antes
de cruzar la centuria.
Imagen de la noticia |
Galicia llegó a contar 27 núcleos
papeleros cuando el mercado colonial abarrotaba las arcas, pero la industria se
arrugó a medida que el Imperio se despedazaba y la mayoría no llegó a vérselas
con el siglo XX. El caudal regular del Arenteiro arrullaba las tres fábricas
que hubo en Ourense, pero fue la de Lousado la que mejor aprovechó el baño. En
el curso alto del río, un empresario santiagués construyó un espectacular dique
que daría vida a las máquinas más punteras de la provincia. Antonio Rivero de
Aguilar encerró entre los muros de Lousado un microcosmos en el que medio
centenar de mujeres y una decena de hombres se dejaban la salud entre paredes
húmedas y trabajos precarios. Muchos morían de calenturas antes de cumplir los
30. Varios criados atendían a sus patrones y 25 vacas pastaban el terreno
inmenso que circundaba al gigante de piedra. Vivienda, huerto y graneros
coloreaban la estampa industrial.
La campana de una capilla aledaña
medía los tiempos de la jornada seis días por semana. Los domingos anunciaba
misa de 12. En los años veinte, Fernando de Cárdenas adquirió la fábrica y
endulzó con chocolate caliente el tañido dominical. Ingeniero de profesión y
rojo de entendimiento, compartía mesa y beneficios anuales con sus
trabajadores. Participar en la sublevación de Jaca le valió un desengaño y el
exilio. Después de vender la fábrica, la capilla se convirtió en almacén, la
campana se mudó de espadaña y la fábrica lo echó de menos. A mediados de siglo,
las máquinas se quedaron sin resuello.
Cuando la historia se detiene entre
caminos de tierra, el abandono suele comerse el granito a bocados. También lo
intentó en Lousado. Sin embargo, el azar le paró los pies en los años sesenta.
El día que Hipólito Rodríguez Presas
compró la fábrica, ni siquiera sabía lo que se escondía intramuros. Trabajaba
en un banco y tenía unos ahorros, eso era todo. Su tío, que había querido
comprar el complejo para dos hijos suyos, llegó furioso a la sucursal porque
estos rechazaron el presente. “Yo lo compro contigo”, resolvió. Pero a su socio
le faltó entusiasmo e Hipólito se hizo con todo el complejo.
Retiró zarzas, restauró el molino y
se dejó maravillar por la minicentral eléctrica que moraba en el recinto desde
1921. Recuperó todo lo que no pudieron llevarse el tiempo, los espolios y un
chatarrero de Lalín. Transformó varias estancias en granja avícola y se hizo
viejo al pie de un magnolio cuyo tronco no cabe en un abrazo. Resuelto como el
río pertinaz que coquetea con el esqueleto de la fábrica, no deja de discurrir
nuevos proyectos para devolverle el aliento.
Hace unos años, le ofrecieron un
millón y medio de euros por su tesoro piñorense. No lo vendió porque tenía un
sueño. Quería convertir la fábrica en un centro de discapacitados y donó la
mayor parte de los edificios al Ayuntamiento de Piñor, que en un plazo de cinco
años podría disponer de las instalaciones para llevar a cabo el cometido.
Cuando mira a través de la ventana,
recorre con el índice la geografía de su proyecto. “Ahí podrían vivir 50 o 100
chicos con sus profesores, y mas allá podrían montar unos invernaderos. La
minicentral podría abastecerlos de electricidad”, fantasea. Cedió los terrenos
en 2008, pero nada se ha movido desde entonces. No hay fondos ni se les espera.
Pese a todo, la fábrica no se rinde y, de vez en cuando, se engalana con
exposiciones que le alegran el semblante. En 2007, Telas al Viento coronó sus
muros con vastos lienzos que vistieron el entorno de arte conceptual. Este
verano, varios jóvenes de la Asociación Síndrome de Down Estela, de Burgos,
dejaron su impronta en una muestra que puso a un centenar de artistas frente a
otros tantos papeles de estraza. Sin reglas ni cortapisas, el único límite lo
ponía una superficie amarronada de 30x40 cenímetros. Ahora, el papel de
envolver que cocinó Lousado hace más de medio siglo deja su casa para visitar
varias ciudades españolas mientras Hipólito, que diluye las tardes en la
quietud de su feudo, sigue hilvanando sueños con los codos en el alféizar.
12/10/2012
A
Rúa expone las obras de más de cien pintores y personas discapacitadas.
Uno de los espacios del Cine
Avenida, hoy motor cultural del Concello de A Rua, acoge desde el pasado día 5
y hasta finales de este mes un proyecto colectivo de pintura, bajo el nombre de
Artestr@za, que reúne trabajos de artistas contemporáneos y personas con
discapacidad.
La exposición arrancó en la Antigua
Fábrica de Papel de Lousado (Piñor), en la Comarca de Carballiño a mediados del
verano, inaugurada por el Conselleiro de Educación y Cultura, Jesús Vázquez
Abad, para el disfrute de las obras y de las instalaciones de la industria
fabril, un espacio donado por el actual propietario José Hipólito Rodríguez
Presas, con el fin de que se transforme en un Centro de Atención, Talleres y
Lugar de trabajo para personas con síndrome de Down.
La muestra reúne a más de cien
artistas procedentes de diversas Comunidades y países, además de jóvenes y
menos jóvenes de varios centros con diferentes niveles de discapacidad.
Unos y otros han utilizado el mismo
soporte para realizar sus trabajos pictóricos. Papel de estraza de 30x40
centímetros, el mismo que ha salido de la propia fábrica a orillas del río
Arenteiro hace más de sesenta años. Un papel que permaneció escondido hasta
ahora y plasmar un mensaje itinerante que viaje por las Comunidades de donde
proceden los distintos participantes es uno de los objetivos del proyecto,
según su Comisario, Manuel Estévez
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