Artículo
de Ter García para Diagonal Periódico
“El Ayuntamiento de Madrid confunde utilizar un espacio público con
hacerlo público”, explican desde la asamblea del Espacio Vecinal
Arganzuela (EVA). La plataforma de colectivos que se creó con el objetivo de
convertir el antiguo Mercado de Frutas y Verduras de Legazpi, en Madrid, en un
espacio de gestión ciudadana señala las deficiencias del proceso participativo impulsado desde el
Ayuntamiento para decidir sobre el destino de este edificio, al que está
previsto que se trasladen cerca de 2.000 funcionarios, y del que 17.000 metros
se destinarán a usos sociales.
Sobre
este traslado de funcionarios,
el concejal de Economía y Hacienda, Carlos Sánchez Mato, destaca a Diagonal que
“tenemos miles de funcionarios repartidos por Madrid, pagando alquileres
astronómicos, que fue la política de Gallardón y Botella”. El concejal explica
que tomaron la opción de reducir el importe de esos alquileres. “De 50 millones
se ha pasado a 28 millones, y el objetivo es pagar menos de 5 millones. Vamos a
trasladar a Legazpi funcionarios que actualmente están ubicados en locales por
los que pagamos 2 y 15 millones de euros, y con ese dinero vamos a financiar
las mejoras en el Mercado y en el barrio.
Sin
embargo, desde el EVA señalan que “el traslado de funcionarios no es la
cuestión en disputa, mientras la Administración no se impongan al uso por parte
de la ciudadanía” y apuntan al propio proceso de participación en torno al
Mercado, que han narrado a Diagonal.
El
EVA nació en septiembre de 2014 para plantear al Ayuntamiento –entonces del
Partido Popular con Ana Botella– un proyecto sobre el Mercado de Frutas y
Verduras de legazpi. El proyecto contaba con el apoyo de cerca de medio
centenar de organizaciones civiles, entre las que se cuentan varias AMPAs,
asociaciones de vecinos o la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Su
borrador planteaba el respeto a toda la arquitectura del edificio –protegido
como bien patrimonial en buena parte, a pesar de las sucesivas
descatalogaciones realizadas desde el Partido Popular– y su cesión a organizaciones sociales del barrio,
tomando como marco jurídico la modificación del Mercado publicada en el Boletín
Oficial 191 de la Comunidad de Madrid, que le otorgaba un uso administrativo;
uso que, según el Plan de Ordenación Urbana de 1997, puede sustituirse por el
de servicios públicos, zonas deportivas o verdes
Imagen de la noticia |
Sin embargo, en febrero de 2015, en
los meses previos a las últimas elecciones municipales, la respuesta desde el
Ayuntamiento de Ana Botella fue sacar a información pública el estudio de
viabilidad para su construcción y explotación en régimen de concesión pública,
es decir, su privatización.
En marzo, la promotora Adripabel presentó su proyecto para el edificio, que
contemplaba la construcción de un mercado turístico de 16.800 metros cuadrados,
un centro comercial de 8.000 metros cuadrados más, un centro deportivo de 7.500
metros cuadrados, una biblioteca pública de 1.500 metros cuadrados y, bajo todo
ello, un parking de 34.550 metros cuadrados. Todo por un canon anual de 60.000 euros. La
intención de privatizar el espacio por parte de Ana Botella llegó a los medios
de comunicación a partir de las alegaciones al proyecto presentadas por el
EVA.
El
destino del Mercado de Legazpi se convirtió en un tema de debate electoral.
Tras las elecciones, con la llegada al Ayuntamiento de Ahora Madrid, la privatización del espacio se paralizó.
Pero aún llevaría un año más poner en marcha un proceso participativo en el
barrio de Arganzuela sobre el destino del inmueble, un proceso que desde el EVA
tachan de “frustrante”.
El
proceso participativo para decidir sobre el Mercado de Legazpi
El
proceso participativo comenzó en abril de este año. “El EVA planteó su
proyecto para el Mercado de Legazpi, que tiene mucho que ver con proyectos que
se han puesto en marcha en Berlín, Amsterdam o Gernika”, explican
desde la asamblea del colectivo. “Sin embargo, cuando llegamos allí, vimos que
el Ayuntamiento había decidido rescatar el proyecto para el Mercado que se
había presentado en 2007 por el Gobierno de [Alberto Ruíz] Gallardón, que nunca
se llevó a cabo”. El proyecto de Gallardón, que sirvió de base para el proceso participativo, contemplaba la
rehabilitación del espacio con una inversión de 61,1 millones de euros y su
conversión en sede del Área de Gobierno de Urbanismo. Suponía, según señalan
desde el EVA, una “reforma muy agresiva” sobre el edificio.
Aún
así, el EVA se implicó en el proceso de participación, en cuya primera sesión,
celebrada el 27 de abril, llegaron a participar medio centenar de personas, y
que en principio iba a estar dividido en dos fases: una primera enfocada sobre
la arquitectura y otra sobre la gobernanza del espacio, aunque esta última no
se ha puesto en marcha a día de hoy. A esta primera sesión asistieron técnicos
del ayuntamiento, miembros del EVA, otros vecinos de Arganzuela que no están
implicados en el colectivo y representantes de prácticamente todos los partidos
políticos con representación del Ayuntamiento. Sin embargo, en la siguiente
sesión los políticos desaparecieron y ya en la tercera sesión el número de personas que acudieron a la cita
se redujeron a un tercio de las iniciales. “Aún no somos capaces de
que en un distrito como Arganzuela la gente participe de manera masiva, pero ha
habido una participación suficientemente importante como para entender que
había que escuchar”, afirma Sánchez Mato.
Fuente
de la noticia https://www.diagonalperiodico.net
El
mercado de Legazpi de Madrid, ¿cúal será su futuro?
El
Valor del lugar en el Mercado de Legazpi. Julián Sobrino
No hay comentarios:
Publicar un comentario