«Estoy
viendo las dentelladas que da la máquina y es como si se la diera a mi casa».
Treinta años de recuerdos de Juan Bueno se hacían ayer añicos con el derribo de
lo poco que queda de la Azucarera de Jédula. Él era solo un ejemplo de los
cientos de trabajadores que pasaron entre el año 1.946 y el 2.000 por estas
instalaciones industriales. Ellos sentían ayer como, irremediablemente, se
hacía aún más evidente la muerte que hace más de una década que ya se produjo
con el abandono de la producción.
La
industria desapareció pero aún quedaban en pie algunas de sus instalaciones, en
concreto el depósito de 25 millones de kilogramos, el más grande y la imagen
más típica de la ya desaparecida azucarera. Su torre más alta, donde terminaba
el ascensor interior, era lo primero que se veía en el camino de Arcos a Jédula
aunque esa estampa tiene ya las horas contadas. En breve solo quedarán las
huellas de los cimientos de los edificios, algunas balsas que hay junto a la
antigua azucarera y curiosamente la pequeña caseta de acceso a la instalación.
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El
olor a remolacha quemada ya hace años que no inundaba la atmósfera de Jédula
pero en el fondo sus vecinos seguían mirando de reojo a su antigua azucarera,
aferrándose al símbolo como una esperanza de desarrollo industrial futuro.
Atrás quedan los años de esplendor de la misma y el desarrollo que generó junto
a la también desaparecida Algodonera. Ahora el símbolo industrial ha
desparecido y las esperanzas parecen demasiado irreales como para permanecer
vivas.
Atrás
quedó el momento en el que Jédula volvió a ilusionarse con la posibilidad de
que estos terrenos fueran sede de un gran proyecto industrial que volviera a
generar empleo. Su ubicación, a pie de autovía, la buena conexión con Sevilla y
el Campo de Gibraltar y el hecho de que se encuentre a escasos minutos de Jerez
y el aeropuerto, convirtieron a estos terrenos en un bien muy preciado para sus
propietarios, Ebro Puleva, lo que siempre ha hecho albergar esperanzas de que
antes o después se les sacaría un rendimiento, algo que no se ha materializado.
A
finales de marzo de 2007 arrancó un proyecto ilusionante y en el que la
empresa, a través de su filial Dosbio 2010, puso todo su empeño para adentrarse
en el mercado de los biocarburantes. Entonces se puso en marcha una obra para
construir una planta de Biodiésel en la que se pretendían invertir 60 millones
de euros, no obstante los cambios en la normativa hicieron que la empresa
reculara en sus pretensiones y en mayo de 2008 confirmó que abandonaba el
proyecto.
En
este año y dos meses que duraron las obras, Ebro Puleva asegura que se
invirtieron 11 millones de euros, que no obtuvieron rendimiento, y prefirieron
apostar por una retirada a tiempo. Este abandono también hizo que se esfumaran
las esperanzas de crear unos 60 empleos directos, además de los beneficios que
generaría para los agricultores de la zona que apostaran por los cultivos
energéticos. Las instalaciones industriales volvieron a quedar entonces semi
abandonadas.
Desde
Ebro Puleva han asegurado a LA VOZ que la empresa «no tiene planes industriales
inmediatos para esta instalación» y que es su división de patrimonio quien
están planteándose la mejor salida para la misma.
La Voz digital
Reportaje fotográfico
de la noticia aquí
El Gobierno local
pretende crear un polígono
El primer teniente de alcalde y delegado de
Urbanismo del Ayuntamiento de Arcos, Manuel Erdozain, confirmó ayer que
mantienen «la pretensión» de levantar un nuevo polígono industrial en los
terrenos de la azucarera. A favor de la iniciativa está «la excelente ubicación
de la zona» pero en su contra encuentra que «la situación económica complica
que se puedan desarrollar iniciativas de este tipo». No obstante, esta
iniciativa siempre tendría que contar con el acuerdo de los propietarios del
terreno, ya sea para que «promoviera directamente la instalación o vendiera los
terrenos para que Jédula pudiera sacar rendimientos de los mismos y se cree
empleo», destacó.
La Voz digital
Noticia de 17/10/2009
La azucarera de Jédula
será centro logístico en 18 meses
Antonio Hernández Calleja, presidente del primer
grupo alimentario español, Ebro Puleva, confirmó ayer en las instalaciones de
la antigua azucarera de Jédula que "las intenciones de esta compañía pasan
por sacar un rendimiento económico a estas instalaciones cuanto antes", en
clara referencia al estado ocioso en que se encuentra la factoría desde que
ésta cesó en la actividad remolachera.
El presidente del Grupo Ebro Puleva destacó que
tiene a los 'cerebros' de la compañía manos a la obra "buscando la forma
en la que la planta de Jédula vuelva a ser productiva, buscándole usos en
suma", resumió. Hernández Calleja quiso dejar claro ayer que Ebro Puleva
apostó de una forma fuerte por la planta de biodiésel que se iba a levantar en
Jédula; destacó que nada menos que 11 millones de euros se invirtieron antes de
que varios cambios de normativa y la política empresarial de las petroleras
provocaran que el grupo decidiera dar un paso atrás "antes de tener que
soportar una inversión ruinosa". El tiempo, como recordó a los presentes,
les dio la razón a los gestores del Grupo Ebro Puleva, ya que "aunque fue
muy duro renunciar a este proyecto la experiencia ha demostrado que hicimos lo
correcto. Mantener la inversión no lo hubiera sido", sentenció.
"Seguimos pensando en los usos de la planta y
puedo asegurar -señaló a este medio en exclusiva- que soy un enamorado de estas
instalaciones por su ubicación. Como centro logístico son maravillosas pues
están a un tiro de piedra de dos puertos tan importantes como Algeciras y Cádiz
y de vías de comunicación como la A-4" (autovía (Cádiz-Sevilla).
A estas alturas es difícil saber a qué labor
productiva se dedicará la antigua azucarera de Jédula "pero es probable
-por el momento tan sólo eso señaló- que en un plazo de 18 meses pudiera
convertirse en un importante centro logístico de cereales y trigo, que son
justamente los productos que se encuentran por la zona".
El presidente del Grupo Ebro Puleva destacó
igualmente a este medio que pese al abandono de la actividad remolachera en
pueblos como Jédula la apuesta sigue firme en otras instalaciones como es el
caso del "importante esfuerzo que se desarrolla en centros de producción
no muy distantes como la Azucarera 'Guadalete', popularmente conocida como la
de El Portal, que es una de las más importantes del país".
Diario de Jerez
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