Pocos días antes de Navidad, el barrio del Rec de Igualada (Anoia), cambiaba sustancialmente su fisonomía al llevarse a cabo el derribo de la singular y emblemática curtiduría Minguet del Pèrrica, conocida popularmente como Cal Badia. Ya a finales del mes de noviembre su inminente derribo, así como la retirada de una parte de la estructura que, al parecer había cedido, promovió una serie de reclamaciones, instancias y movimiento vecinal iniciado por la entidad Amigos del Rec (que ha emitido un comunicado de prensa criticando este derribo por injustificable) que, por lo visto, de poco ha servido para detener esta nueva pérdida del patrimonio industrial.
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El edificio y la finca, propiedad de una sociedad de bancos y entidades financieras llamada Avalis de Catalunya (participada también por la Generalitat), tienen una larga historia industrial y un especial interés artístico. Aunque la familia Bahía dio el nombre popular a la fábrica, a lo largo de su historia esta curtiduría había pasado por diferentes propietarios (Bas, Morera, Biosca) y había tenido diferentes actividades de oficios tradicionales: cordillaire, tinte, pelaire y curtidores.
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Según Antoni Valls, arquitecto que llevó a cabo un trabajo de revalorización y posibilidades de nuevos usos para el edificio, considera que el valor arquitectónico del edificio "era indiscutible por diferentes aspectos, como el hecho de encontrarse aislada, lo que contrasta con la arquitectura compacta del barrio, fue la única que se mantenía al otro lado de la ronda del Rec o bien por su propia arquitectura, que mostraba las diferentes etapas por las que había pasado, sus aperturas, y por contar con una manera muy innovadora de organización de los espacios ".
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*Noticia original en catalán
Fuente http://mnactecbutlleti.wordpress.com
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