El solar de la antigua factoría
Moahsa (Grupo de Empresas Álvarez) en Coruxo se ha convertido en un vertedero
ilegal. La descarga de escombros y basura se ha vuelto una conducta habitual en
los últimos meses. La situación alarma a los vecinos, que temen que afecte a
sus viviendas.
El mal estado del inmueble viene de
lejos. El estado asilvestrado que presenta se debe a que no se acondiciona
desde hace nueve años. Las plantas han crecido sin control y los residentes en
casas aledañas han visto crecer el número de ratas o serpientes que llegan
hasta su propiedad.
No es solo la visita de estos
inquilinos no deseados lo que más preocupa a los vecinos. La fábrica, que ya ha
sido desvalijada en varias ocasiones, todavía cuenta con restos que pueden
crear situaciones de riesgo.
Imagen de la noticia |
El Plan General del 2008, anulado
por el Supremo, lo consideró como suelo urbano. Fueron varias las propuestas
para dar una nueva vida a las instalaciones, desde una escuela de negocios a un
centro de ocio. Ninguna de ellas ha prosperado y la crisis inmobiliaria solo
prolongó el abandono.
La nave se abrió en 1969 y se dedicó
a la producción de porcelanas para la hostelería. Sufrió el mismo destino que
su factoría gemela de Cabral en el 2001.
La situación desatendida en la que
se encuentra este inmueble no beneficia a nadie y perjudica gravemente a los
residentes. El presidente de la Asociación de Veciños de Coruxo, Emilio Pérez,
relata cómo «los camiones vienen, dejan materiales y se ponen a retirar
chatarra». Estos días, asegura, la finca es «un cementerio de neumáticos».
El cansancio hizo que enviasen a la
alcaldía un documento, con las firmas de los vecinos, para solicitar una
limpieza a fondo del lugar. Están a la espera, después de que el consistorio
confirmase que la petición se había «trasladado a Urbanismo».
Esta presunta falta de interés
contrasta con el cuidado que hubo hasta el 2008. Explica Pérez que entonces
bastaba con llamar para que a los pocos días ya estuviese limpia la zona.
Ahora la principal preocupación es
otra. «Con la llegada del buen tiempo se podría animar a los niños a usar esta
finca como lugar de juegos y que ocurra así una desgracia». El solar tiene
hoyos y restos afilados o peligrosos, aunque «por el momento no ha habido
ningún accidente», concluye.
Dentro de la propiedad se conserva
un transformador eléctrico entre las malas hierbas. Son los propios operarios
de la compañía los que cortan las silvas y otras plantas para realizar labores
de mantenimiento. Existe miedo a que se produzca un incendio y se propague a
las casas.
Fuente
de la noticia
No hay comentarios:
Publicar un comentario