Alcoy (Alicante)
Alcoy abre mañana el Museo Provincial de Bomberos
Tras una espera que se ha prolongado durante más de cuatro años, Alcoy contará a partir de mañana con su Museo de Bomberos, convirtiéndose en el primero de toda la Comunitat Valenciana. Vehículos, herramientas y uniformes inmemoriales conforman la muestra permanente que alberga la antigua fábrica de tacos alcoyana, ubicada en el cauce del río Barxell, y que se verá complementada con material audiovisual, informático y escenografías. Además de los retrasos, las obras han registrado un sobrecoste de más de 3,5 millones de euros.
El Ayuntamiento de Alcoy cedió a la Diputación de Alicante una antigua fábrica textil ubicada en la zona de Algezares en el año 2005 para desarrollar el Museo Provincial de Bomberos.
La obra se adjudicó en agosto de 2006 por 2,5 millones de euros con un plazo de ejecución de nueve meses, y la primera piedra se puso en julio de 2006 con Miguel Peralta como conseller.
Una vez concluidos los trabajos, que han consistido en la rehabilitación y adaptación del edificio, así como en la construcción de instalaciones complementarias como quisco-bar con terraza, servicios, cabina de control en el exterior, el Consorcio Provincial de Bomberos iniciaba hace seis meses el proceso para licitar el equipamiento del museo, con un presupuesto base de 222.725 euros, y una vez completado, anuncia su inauguración para la jornada de mañana viernes.
El edificio tiene una superficie de 4.000 metros cuadrados divididos en tres plantas, donde los visitantes podrán realizar un recorrido circular, en el que no se puede ver la parte central.
Durante el itinerario dentro del museo se podrá contemplar la evolución de los bomberos desde sus comienzos, mediante representaciones virtuales y vídeos. El material didáctico se irá renovando para que el centro museístico sea dinámico y pueda ser visitado más de una vez.
Al llegar al final del recorrido, en la tercera planta del inmueble, habrá tres opciones de bajada: por la misma escalera, por el ascensor o por una barra de bomberos que simulará el parque
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Cádiz
Los trabajos descubren la totalidad del molino de mareas del Zaporito
Más de una generación podrá contemplar con incredulidad lo que se puede ver ya en el molino de mareas del Zaporito que está siendo restaurado a marchas forzadas, todo lo contrario a lo que tuvo que esperar el proyecto en los cajones del Ministerio de Medio Ambiente hasta que el Estado se tomó en serio su recuperación.
Si a mediados del mes de abril ya este periódico anunciaba el vaciado del caño cegado durante decenios para llegar casi a los mismos cimientos del molino, la vista que se presente ahora es la del molino en todo su esplendor, por la parte de fuera, después de que se haya procedido a la recuperación de los muros y se trabaje en proporcionar al entorno la contención propia de este tipo de instalaciones industriales.
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Han pasado menos de ocho meses desde que comenzaron los trabajos, la fase llamada a completar la recuperación de todo el caño del Carrascón cuyo sendero tanto éxito ha tenido en los usuarios del Parque Natural por la cercanía con la ciudad, aunque ya denunciada la falta de mantenimiento del mismo por el efecto de las mareas y los temporales. Y a este paso, la inversión de 1.369.000 euros destinada a recuperar el edificio es más que posible que cumpla el plazo del mes de octubre para que esté terminado. Otra cosa será, como ocurre con otros inmuebles reconquistados al olvido, llenarlo de contenido.
Tras la restauración de los muros del antiguo muelle, llegará la tercera y definitiva fase, que es la que comprende la adecuación paisajística de todo el entorno, paso previo para que se proceda a la potenciación del uso público y didáctico de los elementos de interés arquitectónico, histórico y cultural que ofrece un enclave como es el molino.
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Cangas del Narcea (Asturias)
El derrumbe del tejado del “molín” de Cangas amenaza su recuperación.
El paso de los años y el abandono ha provocado el hundimiento de gran parte de la cubierta del antiguo molino harinero que se encuentra en las inmediaciones del puente romano de Cangas del Narcea, uno de los edificios históricos de carácter industrial más emblemáticos del concejo. De hecho, está catalogado como Bien de Interés Municipal.
El inmueble es de propiedad participar, aunque una parte, colindante al parque del Prao del Molín, pertenece al Ayuntamiento, que lo tienen cedido a la sociedad de Artesanos que lo utiliza como almacén de las máquinas del disparo de voladores de la centenaria Descarga del día del Carmen.
El alcalde en funciones, José Manuel Martínez, explicó que se está realizando una evaluación de los daños para ver qué medidas se pueden tomar «ya que se corre el peligro de que todo el edificio se venga abajo y se pierda una parte del patrimonio del concejo».
Hace años, el Ayuntamiento entabló conversaciones con la propiedad para hacerse con todo el conjunto y convertirlo en el Museo de la Descarga, que recogería todo lo relacionado con la tradición festiva y los voladores.
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Esta intervención también permitiría restaurar un inmueble que aparece documentado en la Edad Media entre las propiedades del Palacio de Omaña, uno de los linajes más poderosos de la villa canguesa. En los siglos XVIII y XIX, fue mencionado en el catastro del marqués de Ensenada y en el Diccionario Geográfico-Histórico de España de Pascual Madoz, por «sus dimensiones y por sus ocho muelas en continuo ejercicio».
Hacia 1880, el molino pasó a manos de Anselmo González del Valle, que decidió remodelar el antiguo molino con los nuevos adelantos. Se inauguró en 1884 y se sustituyeron las ocho muelas antiguas por tres que molían más rápido.
En las primeras décadas del siglo XX el molino fue adquirido por José María López, que lo amplía y lo convierte también en central hidroeléctrica. De esta forma, el viejo molino de Cangas se convirtió en 1924 en una central hidroeléctrica, denominada Hidroeléctrica del Luiña, que daba servicio a la villa canguesa y a pueblos cercanos. A pesar de ello, siguió durante varios años como molino harinero, aunque movido por electricidad, y llegó a moler más de 50 sacos de trigo al día. Esta doble labor se compaginó con una fábrica de madreñas.
El edificio entró en desuso a partir de la década de 1960 del pasado siglo y con el desplome de gran parte de la cubierta y con el suelo y las paredes deterioradas corre el serio peligro de un deterioro progresivo, por lo que ya suenan voces que reclaman una rápida rehabilitación para conservar el significado histórico y etnográfico del edificio y su entorno.
El Comercio---------------------------------------------------
Cocentaina (Alicante)
Nueve detenidos cuando se llevaban las vigas de hierro de una fábrica abandonada
La Policía Local de Cocentaina sorprendió el pasado sábado a nueve personas cuando desmantelaban la estructura metálica de una fábrica abandonada e intentaban llevarse las vigas de hierro que previamente habían cortado con ayuda de radiales. Los autores de los hechos, de origen búlgaro y residentes en el municipio valenciano de l'Olleria, han pasado a disposición de la Guardia Civil, que se ha hecho cargo de las diligencias.
El incidente se registró en la tarde del pasado sábado. Agentes de la Policía Local, tras recibir un aviso del 112, se trasladaron a la antigua factoría del Molí Serelles, en la partida de l'Alcudia, donde habían sido vistos unos individuos en actitud sospechosa.
A su llegada pudieron constatar que un grupo formado por nueve personas estaba desmantelando la estructura metálica de la fábrica para llevarse las vigas de hierro. De hecho, los policías los sorprendieron cuando las estaban cargando en una furgoneta, tras haberlas cortado previamente con radiales alimentadas mediante un generador eléctrico que funcionaba con gasolina.
La identificación permitió constatar que todos los componentes del grupo son de origen búlgaro y que residen en la vecina localidad valenciana de l'Olleria. Los agentes cursaron aviso a la Guardia Civil, que se hizo cargo de las diligencias.
Si bien en la comarca son varios los robos que se han registrado de cables de cobre, esta es la primera ocasión en que se registra un hecho de estas características, en el que el objetivo son vigas metálicas empleadas en la construcción.
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Gijón (Asturias)
El colectivo que defiende recuperar el patrimonio industrial de Naval Gijón urge su rehabilitación.
«Es urgente valorar las instalaciones de Naval Gijón, determinar qué cosas tienen que ser protegidas y ponerse manos a la obra, porque cada día que pasa se están deteriorando». El llamamiento lo hizo ayer el historiador Rubén Vega, uno de los integrantes del colectivo de ciudadanos que presentó alegaciones al catálogo urbanístico y al PGO para que contemplase la protección de las instalaciones industriales del antiguo astillero, uno de los más antiguos de España. Esa protección ya se logró sobre el papel. El colectivo, apoyado por los sindicatos CSI y CC OO y por asociaciones culturales quiere que la próxima corporación municipal, que se constituirá el día 11, pase de las palabras a los hechos para evitar la destrucción de lo que aún queda en pie.
Rubén Vega; el presidente de la Fundación Juan Muñiz Zapico, Francisco Prado Alberdi; el secretario general de la Unión Comarcal de Gijón de CC OO, Juan Sánchez y el último responsable sindical de CSI en el astillero, Balbino Cano, comparecieron ayer públicamente para dar la voz de alarma ante la situación de las instalaciones, coincidiendo con el segundo aniversario del fin de la actividad laboral en Naval Gijón. El último día de trabajo en el astillero fue el 31 de mayo de 2009.
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Los cuatro coincidieron en destacar que la decisión de incluir instalaciones de Naval Gijón en el catálogo de bienes protegidos es «vinculante» para el futuro gobierno local que se constituya el próximo día 11. Rubén Vega destacó que «el momento adecuado para actuar era hace dos años», cuando se podía haber evitado el achatarramiento de las grúas y de la compuerta del dique seco del astillero gijonés. «Hasta ahora, más bien mostraron su pasividad», indicó en relación a la corporación municipal saliente. «Ahora, con la constitución de una corporación nueva sería un buen momento para cambiar de actitud», remató el historiador.
En el heterogéneo grupo que reclama la conservación del patrimonio industrial de Naval Gijón existen distintas preferencias sobre qué usos futuros darles. Desde el mantenimiento de algún tipo de actividad industrial o empresarial, los usos deportivos (un polideportivo en las naves y una piscina de agua salada en el dique) o la constitución de un museo naval vinculado al museo del ferrocarril son algunas de las alternativas. En lo que todos coinciden es en que lo único incompatible con la conservación de ese patrimonio histórico es la edificación residencial.
La recalificación para construir pisos es precisamente lo que exigen los dos propietarios de los terrenos del antiguo astillero: La Autoridad Portuaria de Gijón (posee 38.000 m2) y Pequeños y Medianos Astilleros Sociedad de Reconversión (Pymar, organismo controlado por el Ministerio de Industria que posee 20.573 m2).
Ante esto, el colectivo que aboga por la conservación argumenta que las instalaciones de Naval Gijón, cuyo dique seco tiene 120 años de antigüedad, «son patrimonio de todos, no sólo de los titulares del solar; la solución tiene que mirar por el bien general y el interés colectivo antes que por intereses privados a corto plazo», en palabras de Rubén Vega.
Por eso piden que además de iniciarse de manera inmediata el estudio del valor de esas instalaciones, en el mismo participen especialistas en arqueología industrial y se tenga en cuenta el estudio previo hecho por Elena Toral Alonso.
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