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PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

miércoles, 23 de marzo de 2016

La Colonia de Santa Eulalia es declarada Bien de Interés Cultural con categoría de Espacio Etnológico. (Sax y Villena, Alicante)

En enero de 2015 se incoaba expediente para la declaración de Bien de Interés Cultural de esta emblemática colonia ubicada entre los términos municipales de Sax y Villena, en la provincia de Alicante.

El 22 de febrero era declarado definitivamente BIC, por el DECRETO18/2016, de 19 de febrero, del Consell, por el que se declara Bien de Interés Cultural, con la categoría de Espacio Etnológico, la Colonia de Santa Eulalia, situada en los términos municipales de Sax y Villena.
DOCV nº 7725 del 22 de febrero de 2016)


DELIMITACIÓN GRÁFICA DEL CONJUNTO

Dentro del ANEXO I del decreto está "Descripción de la Colonia de Santa Eulalia y datos histórico-artísticos"

La Colonia de Santa Eulalia posee un extraordinario interés tanto etnológico e histórico como arquitectónico y tipológico, como muestra sobresaliente de un tipo de asentamientos inspirados en las ideas ilustradas y progresistas de los siglos XVIII y XIX, que la hace merecedora de su declaración como Bien de Interés Cultural con la categoría de Espacio Etnológico.

La implantación de esta colonia remite a las experiencias llevadas a cabo por los utópicos del siglo XIX como New Lanark (Owen), Icaria (Cabet) o los falansterios de Fourier, entre otras. En España varias experiencias similares fueron las de la Colonia Güell o Ametlla de Merola, Nuevo Baztán, la Colonia Campano de Cádiz o Bustiello en Asturias.

La colonia agrícola de Santa Eulalia, levantada en los llamados prados de Santa Eulalia y declarada como tal de primera clase el 1 de julio de 1887, estaba dedicada al cultivo de la vid, cereales, incluso entre ellos el arroz, y de olivos, así como de su posterior transformación industrial para su comercialización. Fue proyectada de manera que constituyera una unidad productiva autosuficiente, que satisficiera, además, las necesidades de habitación, solaz, y asistencia religiosa y educacional de sus trabajadores y empleados, sin olvidar ni escatimar en su ornato público y privado recurriendo para ello a escultores, pintores y ebanistas de calidad, a la manera que promulgaban las teorías utópicas más avanzadas.

Fue promovida en su propias tierras por Antonio de Padua Saavedra y Rodríguez de la Guerra, conde de l'Alcúdia y de Gestalgar, debido a las expectativas económicas de la zona favorecidas por la llegada del ferrocarril desde Madrid en 1858 y al incremento de la comercialización de los productos vitícolas por efecto de la crisis del sector provocada por la filoxera en Francia. Éste constituyó en 1900 la Sociedad Saavedra y Bertodano, figurando como gerente de la misma, con su pariente el ingeniero Mariano de Bertodano y Roncali, vizconde de Alzira, quien estaba casado con María Avial Peña, hija de un rico indiano, que contaba con la extraordinaria dote de dieciocho millones de pesetas que se cree invirtió en este proyecto.

Según Belando Carbonell, en 1888 las tierras estaban distribuidas de la siguiente manera: 123 ha de secano, 5 ha de regadío y 10 ha de tierras incultas, con una renta de 5.291 pesetas.

El contexto histórico propicio se inicia, tras varias desamortizaciones de menor importancia, en el año 1855, durante el segundo gobierno de Espartero. El ministro de Hacienda, Pascual Madoz, realiza una nueva desamortización que fue ejecutada con mayor control que la de Mendizábal. El 1 de mayo de 1855 se publicaba en la Gaceta de Madrid y el 31 la instrucción para realizarla.

Se declaraban en venta, con excepciones, todas las propiedades y censos del Estado, del clero, de las órdenes militares, cofradías, obras pías, santuarios, del ex infante Carlos, de los propios y los comunes de los pueblos, de la beneficencia y de la instrucción pública. No cesaron las ventas hasta fin de siglo, continuando a pesar de los diferentes cambios de gobierno. En 1867 se habían vendido en total 198.523 fincas rústicas y 27.442 urbanas.

Paralelamente a las sucesivas desamortizaciones, los gobiernos de España emprenden una política de fomento de la repoblación y de cultivo de terrenos baldíos que pusiesen en producción la ingente cantidad de nuevos terrenos así obtenidos. A tal efecto, el Ministerio de Fomento decreta tres leyes al respecto: la Ley de 21 de noviembre de 1855, disponiendo lo conveniente sobre el establecimiento de colonias agrícolas o nuevas poblaciones para reducir a cultivo terrenos baldíos y realengos del Estado y los particulares o para introducir mejores sistemas en los ya establecidos (Gaceta de Madrid 1053, 22.11.1855), la Ley de 11 de junio de 1866 sobre el fomento de la población rural (Gaceta de Madrid 195, 14.06.1866) y la Ley de 5 de junio de 1868 relativa al fomento de la repoblación rural (Gaceta de Madrid 161, 09.06.1868).

En estas leyes se establecían las condiciones para los promotores de las llamadas colonias agrícolas, así como las exenciones fiscales a las que tenían derecho y otras exenciones, además del procedimiento de obtención de los beneficios dispensados.

La prescripción de los privilegios de la Ley de 1868, la falta de una adecuada gestión y la decadencia de la agricultura en torno a una sociedad cada vez más industrializada, provocaron la decadencia de la colonia apenas unos 40 años después de su fundación.

La colonia se articula sobre el eje central de la calle Salinas de nordeste a sudoeste, que es también límite entre los términos de Sax y Villena. A cada lado de esta calle y tangencialmente a ella se abren dos plazas. La plaza de Santa Eulalia fue la primera construida, alrededor de la antigua ermita reedificada, a la que recaen también la casa palacio, el parador, la fábrica de alcoholes y la bodega, además de las primeras casas de trabajadores y capataces. Completan la plaza, al otro lado de la calle Salinas, la tienda y el casinete. La otra plaza, llamada de San Antonio, se conforma con la fábrica de harinas, dos almacenes y nuevas viviendas obreras. Se completó el conjunto con nuevas edificaciones, como el teatro y el llamado barrio nuevo de La Concepción, una calle situada al otro lado de la casa palacio con viviendas a ambos lados. El conjunto también contaba con barbería, horno de pan y taller de reparaciones, un colegio (fuera de la colonia), además del parque de recreo con una amplia arboleda y lago con isla.


NOTICIAS SOBRE LA DECLARACIÓN
La Colonia de Santa Eulalia obtiene la declaración de Bien de Interés Cultural
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La Colonia de Santa Eulalia declarada Bien de Interés Cultural

La Colonia de Santa Eulalia es declarada Bien de Interés Cultural

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La Colonia de Santa Eulalia, declarada bien de interés cultural

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