A Coruña
La Xunta espera convertir una antigua fábrica de tabaco en edificio de justicia
Después de que la pasada semana el Consello de la Xunta aprobara el protocolo de colaboración con el Ayuntamiento de A Coruña para las obras en el edificio en estado ruinoso, el titular autonómico de Justicia visitó el inmueble.
Rueda hizo la visita acompañado del alcalde de A Coruña, Carlos Negreira; del fiscal superior de Galicia, Carlos Varela; y del presidente del Tribunal Superior de Justicia de Galicia, Miguel Ángel Cadenas La Xunta prevé invertir 20 millones de euros con la intención de facilitar infraestructuras para la Administración de justicia.
El conselleiro ha destacado que el nuevo alcalde ha logrado "desbloquear" el proyecto.
El acuerdo alcanzado por las dos administraciones establece que la Xunta asuma las obras de conversión y reforma necesarias para un espacio aproximado de 14.000 metros cuadrados dedicados a dependencias judiciales.
La superficie restante, uno de los aspectos de discusión con el Ayuntamiento, de unos 3.000 metros cuadrados, quedarán "en reserva" para necesidades futuras "que serán determinadas de común acuerdo".
Por su parte, el Ayuntamiento se compromete a ceder gratuitamente y libre de cargas y gravámenes el edificio.
El proyecto permitirá incrementar en un 70 por ciento la superficie de espacio judicial de la ciudad.
El alcalde ha resaltado la importancia del proyecto para garantizar que A Coruña "siga siendo la capital judicial de Galicia".
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Alcoy
Desmontan el amianto de una antigua fábrica en la Zona de Alcoy
Trabajadores de una empresa especializada están procediendo a la retirada del amianto de la cubierta de una antigua fábrica de Alcoy, un producto cuya peligrosidad ha sido señalada de forma creciente en los últimos años.
Dotados de fuertes medidas de seguridad, estos operarios están retirando las placas de amianto, que posteriormente son trasladadas a un vertedero especial, con el fin de proceder a su tratamiento.
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La operación se está desarrollando durante la demolición de una antigua fábrica situada en la Zona Norte, concretamente en la avenida de la Hispanidad, una actuación para la que el Ayuntamiento concedió licencia en fechas recientes.
Vecinos de la zona no han ocultado su preocupación por la presencia del amianto en la instalación, y del riesgo que pudieron sufrir tanto los trabajadores de la fábrica como los residentes en la barriada, en general.
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Candás
Un museo en los despachos
La incertidumbre sigue rodeando al proyecto para la construcción de un Museo de la pesca y la conserva regional en Candás. El proyecto, que debía haberse materializado ya entre el pasado año y este, se encuentra en punto muerto, a la espera de que el Ministerio de Cultura responda a la solicitud de ampliación de plazo para la ejecución que le requirió el Ayuntamiento de Carreño el pasado mes de junio. Esa espera no solo está generando incertidumbre sobre su desenlace, sino que podría poner en peligro los nuevos plazos que plantea el Ayuntamiento de Carreño.
El municipio solicitó al Ministerio que la obra pudiese estar finalizada a fecha de 31 de marzo de 2012, en contraposición al plazo vigente, que llega hasta el 31 de diciembre. Para la respuesta se fijó en el mes de julio un plazo de un mes, que, por tanto, ya expiró, a pesar de lo cual y de las consultas diarias del Ayuntamiento a ese organismo, aún no se ha producido un pronunciamiento por parte del Estado.
Están en juego los 1.399.520 euros que le fueron concedidos en noviembre de 2009 y que, inicialmente, se emplearon en la contratación de Contratas Iglesias para ejecutar el proyecto. Las discrepancias de esta firma con respecto al precio final provocaron su salida del proyecto, que ahora debe ser licitado nuevamente.
No obstante, según fuentes del gobierno esta licitación no se producirá hasta que el Ministerio de Cultura conteste, y en caso de que la respuesta sea positiva, ya que, de otra forma, se darían por perdidas la subvención y la posibilidad de sacar adelante el museo por la imposibilidad de que las obras fueran ejecutadas antes de finalizar el año.
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En el caso de que la respuesta sea positiva, como espera el Ayuntamiento, el tiempo no sobra. Las obras tendrán una duración aproximada de cuatro meses y medio, según recogerá el pliego de condiciones de la licitación, mientras que los tiempos que establece la ley de contratos para esa licitación añadirían más de un mes a esa cifra.
Por eso, la puesta en marcha de la reconstrucción de la antigua fábrica de conservas de Ortiz en museo de la industria conservera necesita de seis meses para hacerse realidad y, a su vez, el Ayuntamiento debe sacar de forma inmediata a contratación los trabajos si no quiere que el nuevo plazo establecido, el 31 de marzo, también se le eche encima.
No sobra ninguno de esos meses, pero al menos el Ayuntamiento carreñense ya cuenta con los pliegos de condiciones para que, una vez se reciba la contestación, la contratación se realice de la forma más rápida posible.
El próximo mes de noviembre se cumplirán dos años desde que el Ministerio concedió al Ayuntamiento la subvención para realizar el museo. Dos años de pelea en los despachos para sacarlo adelante.
Cronología
Noviembre de 2009
IU obtiene 1.400.000 euros de las arcas del Estado para financiar la construcción del edificio que albergará el museo.
Agosto de 2010
Las obras son adjudicadas a la firma Contratas Iglesias, por valor de algo menos de un millón de euros
Octubre de 2010
Contratas Iglesias entra en el recinto de Ortiz por primera vez para trabajar.
Enero de 2011
Sin apenas haberse movido una piedra, el gobierno anuncia la paralización de las obras por diferencias con la empresa.
Abril de 2011
Se produce el anuncio de que las obras tendrán que ser licitadas de nuevo.
Julio de 2011
Se solicita al Ministerio una prórroga de seis meses para poder concluir las obras.
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Cáceres
La ciudad cuenta con seis centros de interpretación que explican su pasado
Son las 13.30 horas y Marta Osuna acaba de visitar la Torre Bujaco. Es la primera parada de esta madrileña que tiene previsto conocer el casco antiguo de Cáceres junto a su marido y su hija. «Nos ha encantado el trato que hemos recibido hasta el momento. Además, el centro de interpretación que tiene en su interior nos ha contextualizado parte del patrimonio cultural de esta ciudad y ahora conozco un poco más su historia», cuenta Marta, una joven que pasará a engrosar la lista de personas que entran en uno de los centros de interpretación más visitados de la ciudad. Fuentes municipales aseguran que de enero a octubre de 2010, 23.870 turistas subieron hasta el mirador de esta fortificación que lleva en pie desde el siglo XII.
Antes pasaron por el denominado centro de interpretación que se ubica en el interior de la Torre Bujaco, muy concurrido durante todas las épocas del año. «Mientras que no llueva siempre hay turistas. Casi todos vienen de diferentes puntos de España, aunque también hay algunos extranjeros», afirma uno de los trabajadores que recibe a los visitantes que se acercan a este monumento, antesala de la zona amurallada.
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En Cáceres, hay otros cinco espacios cuya función es promover un ambiente para el aprendizaje que revele el significado del legado cultural o histórico de los bienes expuestos. Todo, con el fin de que el viajero entienda por qué es importante ese lugar y los objetos que se exponen. «Cuentan la historia de la ciudad y te sitúan en el enclave histórico que vas a visitar», explica el concejal de Turismo, Jorge Suárez.
Junto al de la Torre Bujaco, otros dos dependen del Ayuntamiento de Cáceres. Son el Centro Turístico Baluarte de los Pozos (29.600 visitantes en 2010), ubicado en el barrio de San Antonio en pleno corazón de la judería cacereña, y el Centro de Interpretación Cáceres Galarza. Este último, inaugurado por el Ayuntamiento en el año 2003, se encuentra situado en la cuarta planta del parking Obispo Galarza y recibió 1.504 visitas el pasado año.
Actualmente, «está cerrado por falta de personal», según explica Suárez, quien detalla que están estudiando qué hacer con esta construcción y reconoce que el objetivo prioritario es «mantener los espacios turísticos ya existentes y conseguir que se conviertan en un reclamo que haga que el visitante pernocte en la ciudad».
Otros centros situados en la capital cacereña dependen de la Junta de Extremadura. Es el caso del que tiene como protagonista la Cueva de Maltravieso, descubierta en la zona del Calerizo cacereño en 1951. Desde el 4 de mayo hasta el final de año de 2010, 1.504 personas pudieron ver este espacio que estuvo cerrado al público durante cuatro meses por reformas. Hasta julio de 2011, se registraron 1.221 visitantes.
Ya alejados de centro urbano, también son gestionados por el gobierno regional las dotaciones de Cáceres el Viejo y el espacio reservado al pasado minero en Aldea Moret. El primero de ellos, situado en el propio yacimiento del antiguo campamento romano de Castra Caecilia y fundado hacia el año 80 a.C., acogió 1.364 visitas en 2010. Teniendo en cuenta que se ubica en la carretera de Torrejón el Rubio, fuera del recorrido habitual del casco histórico, desde la Consejería de Cultura tratan de promocionarlo a través de visitas, especialmente de escolares.
El segundo corrió menos suerte en 2010 y es que sólo se acercaron 1.266 personas para conocer un proyecto que ha sido rehabilitado dentro del marco Alba Plata y con él se puede apreciar el patrimonio industrial que desde el siglo XIX se desarrolló en Extremadura y más concretamente al suroeste de la ciudad de Cáceres.
Todos estos centros de interpretación están abierto de lunes a domingo en horario de 10.00 a 14.00 horas y de 17.00 a 20.00 horas en verano. En invierno, el horario de mañana se mantiene y por la tarde se adelanta de 16.00 a 19.00 horas.
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Valladolid
Guillermo Bas Ordóñez: Los hornos de A Pontenova son un patrimonio único en Galicia”
el ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino terminó la redacción del proyecto para crear una senda verde siguiendo el trazado de la antigua ruta del ferrocarril que llevaba el mineral de hierro de las minas pontenovesas de Vilaoudrid hasta Ribadeo. El director general de Sostenibilidad de la Costa, Pedro Antonio Ríos, precisó, en enero de este año, durante la presentación de la iniciativa en A Pontenova, que su departamento preveía licitar las actuaciones «antes de las elecciones generales» con un presupuesto de 5,5 millones de euros. El autor del único libro existente sobre este tren, el joven historiador asturiano Guillermo Bas, lleva años reivindicando esta recuperación.
Guió una excursión, el 18 de agosto, por esta ruta en el marco de unas jornadas de la reserva de la Sociedad Asturgalaica de Amigos del País, ¿qué opina acerca del proyecto del Estado?
Es una idea estupenda, pero en realidad, aunque la vía verde atraiga a cierto número de visitantes, su potencial turístico todavía no ha sido explotado. Los hornos de calcinación de A Pontenova constituyen un patrimonio único en Galicia y poseen un interés tanto histórico, como estético que aún no se ha difundido como merece. Hay que tener en cuenta que la mina de Villaodrid, por ejemplo, fue la impulsora del nacimiento de la población pontenovesa, que creció de la nada junto a la estación. Durante las jornadas, participé en una ponencia junto a la alcaldesa de San Tirso de Abres y estamos planeando una exposición itinerante sobre el ferrocarril que se exhibirá en los diferentes municipios que atravesaba.
¿Qué supondrá el proyecto para la vertebración del territorio?
A día de hoy, la vía verde que ya hay se ha convertido en un importante atractivo turístico y, una vez completa debería desempeñar un papel vertebrador dada su situación geográfica, en pleno centro de la reserva del Eo, cohesionando tanto el turismo de sol y playa que se acerca a Ribadeo, como el de naturaleza que llega atraído por los valores ecológicos de la biosfera y el cultural, que debe centrar su interés en el patrimonio etnográfico e industrial de la zona.
La Sociedad Asturgalaica le encargó la obra ‘El Ferrocarril Villaoudrid-Ribadeo’, editada en 2005, aunque se prepara una reedición. ¿Qué aspectos destaca en el libro?
Que el transporte de mineral fue su verdadera razón de ser aunque también transportaba pasajeros. Discurría paralelo al Eo entre la estación de Villaodrid (en el casco urbano de A Pontenova) y el cargadero de Porto Estreito cerca de Ribadeo, donde se encontraba su sede. Se inauguró en 1904 y vivió unos años muy buenos hasta más o menos 1917 cuando la minería entró en crisis y con ella el ferrocarril, cuyo tráfico fue decayendo lentamente. Después de muchos años de vivir de subvenciones estatales y de varios cierres temporales, fue clausurado en 1964 y luego desmantelado.
¿Qué importancia tuvo como medio de transporte de pasajeros?
Aunque mantuvo el tráfico de hierro hasta el final, en sus últimos años vivía sobre todo del de pasajeros. Si bien sus promotores no lo pensaron inicialmente así, el tren tuvo una gran importancia para la comarca: en unos años en los que el transporte por carretera era casi inexistente, la vía era indispensable para la vida y la economía de los pueblos de la zona.
Siendo vecino del municipio minero de Mieres, ¿ve paralelismos con la industria del hierro mariñana?
Tienen poco que ver entre sí. La minería mariñana se centraba en la explotación del hierro, con unas reservas de mineral relativamente pequeñas y de mala calidad. Antiguamente se explotaba para abastecer a las pequeñas ferrerías de la comarca y luego se intentó explotar a escala industrial en varias ocasiones: primero por el marqués de Sargadelos (en el siglo XVIII) y en el XIX por la Vivero Iron Ore y más tarde por la Sociedad Minera de Villaodrid, ya en el XX, junto con alguna mina más pequeña. Pero su aislamiento y el alto precio de su transporte terminó por sentenciar esos negocios. Sin embargo, el declive de la minería asturiana ha sido en cierto modo parecido al de la mariñana: no por falta de mineral, sino por lo deficitario de su explotación. Después de 200 años yendo por caminos separados, las dos han terminado por encontrarse.
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