Interesante y explicativo artículo de opinión del 06/09/2011, firmado por Sánchez, que trata sobre molinos de la huerta de Castellón. En este tipo de escritos casi siempre echo en falta alguna fotografía o esquema….
El sistema tradicional de riegos con el que históricamente contó la huerta de Castellón, con la acequia Mayor y las filas como corrientes de agua con un caudal asegurado, permitió el establecimiento de numerosos molinos a lo largo del tiempo.
Los documentos hablan del Molí Draper, dedicado a batán, del Arrocer y del D’oli. Pero mayoritariamente la información conservada se refiere a los molinos harineros, más numerosos y esenciales en la vida económica en tanto que eran el último eslabón en la cadena de transformación del cereal en un alimento básico.
Distribuidos a lo largo de la acequia Mayor, el más próximo al casco urbano era el Roder, que estaba situado en lo que hoy es la plaza Borrull.
Eran puntos de intensa actividad social a los que acudía, además de los vecinos de la villa, mucha gente de otros sitios. Se les distinguía por el gran chopo, que a modo de señalización, solía estar plantado a la puerta del molino, y la gran competencia existente entre unos y otros propició que los molineros buscaran clientes por todos los medios.
En este sentido, era frecuente el salir a los caminos per fer venir los blats cascún a son molí. Algo que en muchas ocasiones derivaba en situaciones muy violentas por los enfrentamientos que se producían entre la gente de los diferentes molinos.
Y cuando literalmente la sangre llegaba al río, como cuando se decía en el año 1409 hajen ja hagudes morts, las autoridades locales se veían obligadas a intervenir. Esgrimían entonces el argumento principal de que aquells homens estranys, es decir, forasteros, tenían todo el derecho de anar a molre lliurement lla hon los plaurà
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