Una antigua nave industrial es hoy el refugio del conocimiento que albergan 200.000 volúmenes, una hemeroteca, una mediateca, un área de investigación, cuatro aulas de informática, un laboratorio multimedia, nueve salas de trabajo en grupo, dos salas de grados y trece seminarios de usos múltiples, además de 834 puestos de trabajo para otras tantas personas que quieran aprender.
La transformación la ha llevado a cabo la Universidad Pablo de Olavide (UPO) y hoy se ha hecho pública, después de casi doce años de trabajos en la ampliación de su biblioteca.
Las obras de remodelación han durado una docena de años, mucho más de lo deseado, pero la rápida transformación del entorno tecnológico ha obligado a los responsables del proyecto a ir adaptándolo continuamente a las nuevas necesidades y demandas de la comunidad universitaria.
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Doce años es, quizás, mucho, visto desde la óptica de quien tiene al alcance de la mano una red inalámbrica -acceso WiFi- y puestos para conectar ordenadores personales, gestión documental por radiofrecuencia (RFID), sistemas automatizados de control de acceso y un servicio de autopréstamo y autodevolución. Pero no tanto para un edificio con más de medio siglo -data de 1956- en el que sus usuarios se comunican a través de las redes sociales y mediante el envío de mensajes SMS.
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"El concepto de biblioteca, y sobre todo la universitaria, ha cambiado mucho, y sobre la marcha hemos ido adaptándola, pero ésta es una apuesta a la que ahora se le ve el fruto. Además, al margen del contenido, en sí mismo, también se trata de un edificio muy emblemático", señala Andrés Garzón.
Esta obra, ha añadido, también pone de relieve "el papel que pensamos que debe desempeñar en una institución académica una biblioteca, tanto de apoyo al aprendizaje como en investigación".
Cuando la UPO se creó, en 1997, su biblioteca ocupaba 436 metros cuadrados en el edificio Gaspar Melchor de Jovellanos y Ramírez, con 172 puestos de lectura y 9 ordenadores de uso público. En el año 2000, el equipo de gobierno se planteó la ampliación de estas dotaciones y comenzó el proyecto de rehabilitación del inmueble actual. Una nave diseñada según el estilo de arquitectura industrial del momento y que servía de fábrica para los oficios que los alumnos de la antigua Universidad Laboral aprendían.
El edificio contaba con una superficie construida de 14.952 metros cuadrados, que se mantiene hoy día, y tres diferentes unidades constructivas y funcionales. Al norte, un prisma alargado de dos plantas hacía las veces de aulario. Al sur, y dispuesto de forma paralela, otro prisma más corto albergó los cuartos de máquinas. La zona central fue la gran sala taller, con una cubierta dotada de lucernarios lineales que proporcionan iluminación cenital. En la planta baja se encontraban los accesos, vestuarios, aseos, salas de profesores y de prácticas, entre otras dependencias.
Sobre esta base trabajó Juan Manuel Rojo Laguillo, cuyo proyecto de rehabilitación ha terminado con casi 15.000 metros cuadrados de biblioteca dispuestos en una planta de 10.500 m2, 7.300 de los cuales están dedicados a albergar una sala de lectura diáfana de más de 5 metros de altura.
Inaugurada la Biblioteca de la Universidad Pablo de Olavide, con una superficie de 15.000 metros cuadrados.
http://www.upo.es/
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