Noticia del estado de abandono de
esta antigua industrial, la lástima es que echo en falta alguna fotografía de
las instalaciones….
A continuación os transcribo la
noticia.
Artículo de Joan Morales
Cuesta
mucho imaginar que pasillos, oficinas y almacenes en los que durante la década
de los 60 había una actividad frenética de trabajo, hoy en día se han
convertido en un nido de suciedad, escombros, grafitis y, en definitiva, de
abandono. Las instalaciones que durante más de 40 años albergaron las oficinas
de la Cooperativa Comarcal de Avicultura se encuentran dejadas de la mano de
Dios, a la espera de que su actual propietario, un conocido empresario de
la Costa Daurada, decida qué hacer con ellas o, mejor dicho, qué puede hacer
con ellas.
Alertado por la posibilidad de que en su interior hubiesen ‘okupas’, el Diari se ha dado una vuelta esta semana por las instalaciones para intentar hablar con ellos. Lo primero que puede observarse al acceder al recinto es que éste ha quedado dividido en tres espacios. Dos de ellos, el antiguo matadero y la fábrica de piensos, prosiguen su actividad desde hace años, delimitados por una valla. El primero en manos de Alimentbarna y el segundo, desde febrero de 2008, a cargo de Guissona.
En cambio, si se gira la vista a la izquierda pueden verse las viejas oficinas y almacenes de la Comarcal totalmente abandonados. Aunque algunos de los accesos están tapiados con ladrillos, otros han sido abiertos por quienes durante los últimos tiempos han aprovechado el abandono de las instalaciones para campar a sus anchas.
Aunque durante algún tiempo se ha constatado la presencia de ‘okupas’ en su interior, lo cierto es que a día de hoy no sólo no hay ninguno, sino que tampoco quedan signos de su paso. Eso sí, los ‘grafiteros’ han encontrado en las viejas oficinas de la Comarcal en el espacio ideal en el que poder desarrollar todo el arte que llevan dentro. De esta manera, hay muy pocas paredes que se hayan librado del efecto de los esprays.
Una de las cosas que más choca es que, todavía hoy, en algunas de las dependencias de las oficinas pueden encontrarse desparramados por las mesas, las estanterías y el suelo productos veterinarios. Medicamentos como el pitruifal (una hormona inyectable), la poli-metasona o sacos de pienso están al alcance de cualquier persona que acceda a las instalaciones.
En otra habitación también te encuentras con material de oficina y carpetas y archivadores con fichas personales con altas y bajas laborales de trabajadores de la antigua Comarcal, datadas en la década de los años 90, además de algún libro de contabilidad.
En las naves más grandes, que en su día hicieron las funciones de almacenes, la desolación es -si cabe- todavía mayor teniendo en cuenta sus enormes dimensiones. Es aquí donde los grafitis adquieren su mayor esplendor, aprovechando las enormes dimensiones de las paredes.
Mientras que la suciedad del interior de las instalaciones es relativamente soportable, es en el exterior donde se acumula más porquería, sobre todo escombros de la construcción que son depositados impunemente por aquellos que, tras haber realizado alguna pequeña obra o reforma, se saltan la ley y utilizan cualquier espacio como vertedero ilegal. Otro espacio que ofrece una imagen deplorable es la garita exterior que hay nada más entrar (junto a la carretera de Riudoms) y que antaño era el punto de control de acceso a la Comarcal. Hoy, los cristales rotos, los escombros y los restos de mobiliario destrozado dan la bienvenida a quien cruza el umbral de las instalaciones.
Historia
de un declive
La
historia de la Cooperativa Comarcal de Avicultura de Reus puede diferenciarse
en dos etapas. La primera, la de esplendor, se inicia en 1945 con la
constitución de la cooperativa. El matadero empezó a funcionar en 1994 y la
cooperativa se convirtió durante muchos años en uno de los referentes
económicos, no sólo de Reus sino de toda la comarca. Pero las cosas se
torcieron en 1993, con la presentación de suspensión de pagos.
A
partir de aquí se inició una época de despropósitos en la que la empresa pasó
por varias manos, entre ellas la de Nueva Rumasa, hasta que cerró en julio de
2000.
Un
año después, una treintena de trabajadores que no se había acogido al despido
creó una cooperativa y reabrió el matadero. La historia más reciente habla de
una disgregación de las instalaciones de la Comarcal (matadero, fábrica de
piensos y oficinas) en diferentes propietarios
2 comentarios:
Disculpe la molestia. Mi nombre es JESUS DE VAL ARNAL, prof. de la Universidad de Zaragoza de Derecho del Trabajo y Seguridad Social. En estos días tengo a una trabajadora de la cooperativa comarcal de Reus que necesita acreditar tres días de cotización para acceder a una pensión de jubilación del SOVI. Necesito contactar con algún trabajador o la documentación de los años 1962, 1963 de la Cooperativa para encontrar una prueba que avale que trabajó con 14 años desde el mes de noviembre de 1962 a Agosto de 1963, ya que no cotizaron por ella pero a partir de agosto si lo hicieron. Espero su respuesta por si conoce alguno de estos datos
Buenos días Jesus,
Esta entrada es la transcripción de una noticia del Diari de Tarragona, cuyo autor es Joan Morales. Debería ponerse en contacto con él por si pudiera darle más datos. Desconozco los datos que necesita, lo lamento.
Espero que pueda dar con ellos,
un saludo muy cordial.
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