En su crítica al proyecto del
Ministerio de Agricultura, San Quirce recuerda la rica arquitectura industrial
asociada a la Cañada Real Soriana Occidental, “una ruina en progresivo estado
de deterioro”, que “de seguir este proceso, llegará un día en que no quede sino
en topónimo”. Después de señalar que de los más de 36 lavaderos y esquileos que
hubo en la provincia en el siglo XVIII, tan solo uno queda en pie, el de
Cabanillas, de la familia Peñalosa Contreras, San Quirce expone la paradoja de
que mientras que esa arquitectura industrial se encuentra en serio peligro de
desaparecer “se emplean fondos públicos en unas obras que atentan contra uno de
los paisajes más representativos de la geografía segoviana”.
En ese sentido, la Real Academia de Historia y Arte reitera su petición de redactar un proyecto que garantice la adecuada conservación del patrimonio vinculado a las cañadas.
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En su informe, San Quirce utiliza un texto de Alonso Cano,
obispo de Segorbe, quien en 1762 escribió sobre los esquileos, advirtiendo que
“los de más nombre son los que se encuentran en las faldas de esta sierra, que
divide las dos Castillas, todos a corta distancia de Segovia”. La Real Academia
de Historia y Arte pone como paradigma de esos esquileos el de Iturbieta,
llamado así por su fundador, Ignacio de Arizcun, marqués de Iturbieta. En la
actualidad, este esquileo, cuyas impresionantes ruinas se sitúan al borde de la
Cañada Real Soriana Occidental, en término municipal de Revenga, es conocido
como esquileo de Santillana, por una venta que hubo allí cerca. Estuvo en pie
hasta mediados del siglo XX. Este complejo industrial, a juicio del recordado
Ángel García Sanz es “el esquileo más grande y, a la vez, el más pedagógico de
todos los esquileos segovianos” pues “los restos que quedan permiten
reconstruir casi completamente su funcionamiento”.
El propio García Sanz, en su libro “Antiguos esquileos y lavaderos de lana en Segovia”, propone, a fin de salvar y valorizar este valioso patrimonio, llevar a cabo un proyecto, denominado ‘La ruta de los esquileos a través de la Cañada de la Vera de la Sierra’, consistente en “detener el avance de la ruina actual de los esquileos, adecentar y abrir el tránsito de los visitantes —a pie, en bicicleta, sobre lomos de animal— el trayecto de cañada que va desde el esquileo de Santillana al esquileo de Alfaro, en un trayecto de unos 15 kilómetros”.
Fuente
de la noticia http://www.eladelantado.com
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