Autora del artículo: Susana Regueira
El arquitecto pontevedrés Alejandro
de la Sota diseña a principios de los sesenta la central lechera Clesa, que se
levantaría en la madrileña calle Herrera Oria, en el distrito de Fuencarral.
Fue uno de los primeros edificios en emplear una estructura de hormigón
pretensado con tirantes de acero, una solución que adoptó el arquitecto ante la
escasez de hierro. Se la considera una joya de la arquitectura industrial
española del siglo XX, lo cual no ha impedido que una inmobiliaria proyecte
derribarla en breve plazo. Una campaña de recogida de firmas busca librarla en
extremis de la piqueta.
Construido en 1961, el edificio
Clesa fue "un hito en su época", recuerda la Fundación Alejandro de
la Sota, un bellísimo ejemplo de la mejor arquitectura industrial, que
reflejaba como pocos el afán de modernidad y desarrollo del sector lácteo
iniciado en la década de los cincuenta. "De hecho", detalla la
entidad encargada de velar por el legado del arquitecto pontevedrés, "De
la Sota realizarán en estos años, entre 1955 y 1969, seis proyectos de
centrales lecheras aunque Clesa es el único que construye".
Fue, recuerda la misma fuentes, de
las primeras obras que se llevaron a cabo en España con estructura de hormigón
pretensado, cuyo objetivo era lograr "la mayor diafanidad en la manera de
cubrir las naves de fabricación" y, especialmente, afrontar con imaginación
la escasez de hierro en España.
El exterior de la fábrica estaba
dominado por cubiertas escalonadas en forma de dientes de sierra. Por su parte,
el interior se caracteriza por los volúmenes diferenciados y bien ordenados,
que son escenario de las diversas funciones dentro de la fábrica.
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A pesar de este reparto de los
volúmenes, una fragmentación debida en buena medida a exigencias higiénicas, el
interior de las naves se percibe como un espacio continuo.
Alejandro de la Sota escribiría
sobre esta obra: "Siempre llama la atención, hace más años, el orden del
equipaje sobre los coches de los toreros, siempre rematado con los estoques y
el botijo. ¡Perfecto! El contenido de un edificio es el conjunto de menores
contenidos de distintas funciones. El acierto en el orden dentro de las partes
y en el orden del todo es una manera de plantear nuestras edificaciones...
¿Hagamos como los toreros! Clesa está formada por una serie de volúmenes
parciales que corresponden cada uno a una función destinada en la fábrica; cada
uno funciona bien con independencia de los demás y la relación de unos con
otros es como las piezas de un reloj. Al equipaje de Clesa se le ve su
orden".
Pasado medio siglo de su
construcción, el edificio Clesa está considerado una joya. Forma parte del
catálogo inicial del Plan Nacional de Patrimonio del siglo XX, elaborado por el
Instituto del Patrimonio Cultural de España y en 2001 el Ayuntamiento de Madrid
se comprometió a incluirlo dentro de su Catálogo de Elementos Protegidos,
"pero nada se ha hecho", recuerda la Fundación De la Sota.
Y es que a pesar de su aparente
solidez el patrimonio arquitectónico industrial es en realidad muy frágil.
Habitualmente, solo el cambio de usos basta para "argumentar" su
derribo y/o abandono o su alteración irreversible.
La Fundación Alejandro de la Sota es
una de las organizaciones que denuncia la pretensión, por parte de la
inmobiliaria Metrovacesa de demoler la fábrica. "Sólo se puede detener el
derribo", detalla la misma fuente, "si se abre un expediente de protección,
potestad que tienen el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid. Pero ambas
administraciones se niegan a ir más allá de las buenas palabras, y rehusan
proteger el edificio".
Alrededor de 2.000 personas han respaldado ya con su firma la campaña iniciada en la plataforma Change.org para
frenar el derribo del edificio Clesa. Sus impulsores recuerdan que en 1999
"el Ayuntamiento de Madrid permitió que se derribara otra joya
arquitectónica, la Pagoda de Miguel Fisac, que seis años antes se había comprometido
a proteger" e invitan a sumarse a la iniciativa y evitar así que la
fábrica diseñada por Alejandro de la Sota acabe siendo también víctima de la
piqueta.
La petición se eleva al
Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y el director general de Patrimonio Histórico
de la Comunidad de Madrid y diversos arquitectos apuntan a que el edificio
podría con facilidad transformarse en un centro (artístico, social etc) que
además contribuyese a reactivar y animar la zona, volviendo a empezar desde el
mismo hermoso, plural y ordenado lugar.
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