Breve pero intenso artículo del Periódico de Extremadura que solicita la protección de los pozos de mina de Cáceres.
Parte esencial del patrimonio minero son los viejos pozos levantados desde el siglo XIX, algunos únicos en la arqueología industrial en cientos de kilómetros a la redonda. Conservan incluso las trazas de los edificios aledaños: almacenes, talleres, casas de los mineros... Sin embargo, solo el de la Abundancia ha sido rehabilitado.
El resto continúa a merced del tiempo, en medio de los campos de Aldea Moret. El óxido y la hierba lo cubren todo, y las paredes están derruidas o agrietadas. Durante la pasada legislatura se barajó la rehabilitación y apertura al turismo y a los propios cacereños de algunos de estos pozos (Esmeralda, San Salvador...) para mostrar la vida a pie de mina. Pero proyectos aparte, lo que sí se demanda es la protección de estas instalaciones, víctimas de un expolio indiscriminado. No hay tejados, puertas ni ventanas. Se han llevado los elementos metálicos, incluida la parte superior de los depósitos del siglo XIX que abastecían de agua a Cáceres.
Los ochos retos de futuro
Las rehabilitaciones millonarias que se están llevando a cabo en los grandes edificios del complejo minero, convertidos en centros tecnológicos, culturales e innovadores, la puesta en marcha de la nueva urbanización Sierra de San Pedro (Río Tinto) con 2.000 viviendas programadas y un área comercial prevista, la declaración del poblado minero como Bien de Interés Cultural, la posible eliminación de las vías del tren con el futuro trazado del Ave, el desalojo del Bloque C o la construcción de un nuevo acceso por el sur están poniendo las bases para el cambio que anhela Aldea Moret. Pero esos proyectos, unos más avanzados que otros, son a la vez retos en sí mismos, porque aún tienen que consolidarse y demostrar si pueden o no impulsar la recuperación de la barriada.
En abril de 2011 apareció la siguiente noticia
Se busca pozo de mina para el turismo
Autora artículo: Lola Luceño
Los antiguos pozos se alzan en los cerros y llanos de Aldea Moret, con más de un siglo a merced del viento y la lluvia. Son construcciones decimonónicas, algunas únicas en la arqueología industrial a cientos de kilómetros a la redonda, muy interesantes para conocer las formas de vida de la mina que trajo el progreso a Cáceres. Pero nunca se ha realizado una sola actuación para protegerlos, no hay tejados ni puertas, las paredes se caen, la hierba y el óxido lo cubren todo y el expolio lleva décadas mermando el patrimonio minero.
La recuperación de la zona se ha puesto en marcha y pretende llegar a estos pozos. Tras las rehabilitaciones millonarias del Embarcadero y el Garaje 2.0, el poblado minero está pendiente de su declaración en breve como Bien de Interés Cultural, un título que permitirá trazar a continuación el Plan Director del Conjunto de Arqueología Industrial y Minera, es decir, el listado de proyectos e inversiones necesarias en la zona, según explica el edil del área, Víctor Santiago Tabares. Incluirá el estudio de los pozos que siguen en pie --hubo 12 y 119 edificaciones-- para abrir alguno a cacereños y turistas. Sería una auténtica ventana a la mina, pero no parece fácil.
El Periódico Extremadura
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