Entrevista a Mariano Fernández Hevia
Mariano Fernández Hevia no se pone nervioso delante de los periodistas, no titubea a la hora de contestar a las preguntas, ni tampoco a la hora de señalar a los responsables del posible cierre de la fábrica de armas de La Vega, en Oviedo. Es el presidente del comité de empresa, la cabeza visible de los 280 trabajadores que tiene la histórica factoría, y deja claro desde un principio una cuestión: «No defendemos piedras, defendemos un trabajo». La Vega comenzó la pasada semana una huelga para evitar su desaparición. General Dynamics quiere que los operarios se integren en la fábrica de Trubia el próximo mes de octubre, y garantiza que no se perderán empleos. Fernández Hevia lucha porque no sea así.
-Diga la verdad. ¿Es pesimista? Esta vez el cierre de La Vega parece que se consumará.
-Es la situación más difícil desde que se intentó hace 25 años el cierre de la fábrica. No cabe duda de que la empresa es el brazo ejecutor, pero hay otros intereses que están persiguiendo el fin del sector en Asturias con el cierre de la fábrica de armas de Oviedo.
-¿A qué intereses se refiere?
-Intereses del sector de la defensa.
-¿Habla del Gobierno central?
-Si no desde el Gobierno directamente, sí de grupos de presión, puesto que esto ya se intentó con otros gobiernos (a nivel nacional y regional) siendo pública o privada Santa Bárbara... La decisión final de consentir, autorizar el expolio, es política.
-¿Es tan golosa La Vega por su 12 hectáreas de terrenos?
-Hay tres cosas en este mundo que dan dinero: la prostitución, las drogas y las armas. Las dos primeras son ilegales, la tercera es legal y cada día da más dinero. El sector y la industria de la defensa van a existir mientras haya ejércitos. Mientras haya seres humanos, por suerte o por desgracia, va a existir.
-No cuadra. ¿Si tanto dinero da, por qué ahora tienen poca carga de trabajo?
-Son ciclos. La industria de defensa viene determinada por las decisiones de los gobiernos. En la mayoría de los casos los propietarios de las licencias y los clientes son los gobiernos.
-En La Vega, además, el Gobierno central es dueño del solar.
-Sí. Hay un componente político y de decisiones gubernamentales que son las que mueven, dan y quitan, los contratos, la mano de obra y las inversiones correspondientes.
-Desde fuera, la fábrica de La Vega tiene un componente de oscurantismo. Nadie que no sea operario puede pasar. ¿Qué hay dentro?
-Hace tiempo que alguien nos dijo que pese a estar en el centro de la ciudad, la fábrica vive de espaldas a la sociedad, pero lo hace por su propia idiosincracia. Su acceso está limitado y no tiene nada que ver el interior con el exterior. No podemos dejar de pensar que su aspecto, que toda la parte de La Tenderina, con los chalés degradados, es intencionado. Hay que dar una imagen de que esto está ruinoso, de que se está cayendo...
-¿Pero qué hacen dentro? Porque se lleva hablando del contrato del 8x8 años y no acaba de llegar.
-Es la fábrica que trabaja en más programas de todo el grupo. Participamos en el programa Pizarro, en el Leopard (ambos finalizando), en el de obús, en el Meteoro (uno de misiles para el eurofigther), y en el Spike. Nos vanagloriamos de ser versátiles, pero la empresa en vez de aprovecharlo, está intentando destruirlo.
-Ha dicho en varias ocasiones que el único que puede evitar el cierre es el Ministerio de Defensa.
-Sí. Con General Dynamics hemos agotado los plazos. Ya ha tomado su decisión empresarial, nos guste o no, pero aquí hay un componente importante: el que tiene la capacidad de decidir es el ministerio, al ser una fábrica de armas de guerra. Está todo regulado por el real decreto del reglamento de armas. Y está haciendo caso omiso de él.
-Asegura que habrá un repunte del sector, a pesar de que la inversión de Defensa desapareció este año.
-Lo habrá tarde o temprano. Nos consta que incluso el máximo representante del Ejército de Tierra, el general Fulgencio Coll, reivindica que los soldados para ir a las misiones de paz deben ir protegidos, y ahora mismo hay un vacío importante, pero que quedaría cubierto con el 8x8. Si éste se adjudica a Santa Bárbara, se fabricará principalmente Oviedo y Trubia, puesto que tenemos casi el 70% del mecanizado de la empresa.
-La salvación...
-Sí... pero si no existe la fábrica de Oviedo y se ejecuta la integración, aunque Santa Bárbara quiera, no podrá hacer los sistemas de armas. Y si no los hace, puede pasar que la adjudicación no se haga a Santa Bárbara y ésta quede como subcontratista, con la fábrica de Trubia del consorcio franco-catalán. Es decir, que los sistemas de armas en vez de hacerlos Asturias los haría Francia, que es la que tiene la tecología. Pierde España. También hay ciertos sectores empresarial vasco que reivindica el sector de defensa para su región.
-¿Cree que ese panorama no le preocupa a General Dynamics?
-Le da lo mismo, porque al final lo que viene es hacer dinero. No es una empresa que mire por el interés de la defensa nacional. Es una multinacional y su interés es ganar dinero, le da igual siendo contratista que subcontratista. Cierto es que Trubia tiene las mejores instalaciones de Europa para la fabricación de las barcazas y las torretas. Pero ese no es el sector que tiene Oviedo. No tenemos nada que ver.
-Insisto. ¿Considera que General Dynamics quiere quedarse como subcontratista?
-Que preferiría ser contratista, pues bueno..., pero si lo que le aseguran es tal porción al repartir el pastel y tantas horas de trabajo.... Antes éramos proveedores de componentes aeronáuticos, pero no interesó a General Dynamics porque tiene en Estados Unidos sus empresas para ello, y Asturias perdió ese tren.
-Garantiza el cien por cien del empleo en Trubia.
-En la mesa de negociación, dijo que la garantía de empleo es la misma estando juntas las fábricas que separadas. Es decir, la que dé la carga de trabajo.
-¿Se ven en octubre allí?
-No. Vamos a pelear hasta el final.
-¿Cuándo fue el último contacto que tuvieron con la empresa?
-El último fue cuando fueron los concejales vinieron el pasado martes a la fábrica. Pedimos que les dejaran entrar y no lo permitieron.
-El Ayuntamiento ha solicitado una reunión al ministerio. Se opone al traslado. Igual el Principado. No hay respuesta aún. ¿Existe un ninguneo?
-Esto es un problema de Asturias. Los gobiernos local y autonómico tienen una postura firme. Es una decisión que se toma en contra del Ayuntamiento y del Principado. Como trabajadores nos sentimos desilusionados después de que hace más de un mes que el Pleno del Ayuntamiento, los ciudadanos, pidiera una reunión al ministro y que no haya sido capaz de concertar una cita... flaco favor está haciendo el PP a su alcalde. Como ciudadano de Oviedo, también estoy indignado.
-¿Con Gabino de Lorenzo como alcalde hubiera sido diferente, como dijo el portavoz de Foro, Arturo González de Mesa?
-Como delegado de gobierno no nos ha dicho si ha trasladado nuestra posición e información al Gobierno y qué le ha contestado. Si se ejecuta el real decreo, Gabino de Lorenzo será quien tenga que plasmar con su firma el cierre.
-Llevan 25 años con amenazas de cierre. ¿No se siente agotados?
-La primera fue en marzo de 1987. Estamos agotados, cada tres o cuatro años una reválida, pero esta está difícil. La empresa sigue dando sus pasos y ejerciendo presión.
-Las monjas benedictinas también les apoyan.
-Son 200 años en Oviedo. Se van a a cargar el sector industrial más antiguo de la ciudad y de los más antiguos de asturias. Hasta hace poco era raro que alguien de Oviedo no hubiera tenido un pariente trabajando en La Vega.
El Comercio
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