En
el blog voy colgando las noticias que, tristemente, aparecen casi a diario
sobre el estado lamentable de muchos ejemplos de patrimonio industrial de toda
España, pero cuando se llega a noticias como esta, que conjuntos arquitectónicos
de reconocido valor con una autoría notable como es el caso que nos ocupa,
Antonio Gaudí, se encuentran en mal estado de conservación debido a la desidia
y falta de mantenimiento de los propietarios, es que las cosas van muy mal. A
veces reconozco que parece que el asunto mejore, pues poco a poco se ven más
iniciativas para la protección del patrimonio industrial, por su gestión y
promoción, por eso me duele aun más encontrarme este tipo de noticias que son
las que menos me gusta colgar, pero creo que es necesario que todos nos hagamos
eco de estos casos para que se oiga nuestra voz, y así poder reivindicar la protección y mantenimiento de nuestro
patrimonio para poder disfrutarlo nosotros, nuestros hijos y los hijos de
nuestros hijos, y no decirles algo tan triste (que ya ocurre por desgracia)
“hijo mío donde se encuentra este gran edificio (y horrendo en muchos casos) de
viviendas antes había una preciosa fábrica que te habría gustado contemplar y
visitar”… muy triste la verdad.
A
continuación os transcribo toda la noticia
La Colònia Güell está
en peligro. El antiguo recinto industrial obra de Antoni Gaudí, en Santa Coloma
de Cervelló, se encuentra muy deteriorado por el paso del tiempo y la falta de
mantenimiento. Tal es la situación en la que está que algunas de las viejas
naves fabriles se han desmoronado como un castillo de naipes sin que nadie lo
haya podido evitar. De poco sirvió que la vecina cripta de la colonia, visitada
por cientos de turistas, fuera designada patrimonio de la humanidad por la
Unesco. En la antigua colonia –bien de interés cultural, según la Generalitat–
son habituales los problemas de suministro de luz y agua, la inundación de
calles y sótanos cuando llueve y lo más preocupante, que los techos de los
edificios se hundan y que de las fachadas caigan cascotes.
El recinto es una
propiedad privada que durante estos últimos diez años ha estado gestionada por
una junta de compensación. Hace unos años, con el fin de recuperar el espacio,
se remodelaron algunas de las naves con el fin de albergar nueva actividad
empresarial y se aprobó un plan urbanístico para acondicionar y urbanizar la
zona. Se reformaron algunos edificios para que dieran el salto de la era
industrial a la tecnológica. El proyecto de reconversión en actividad terciaria
ganó incluso algunos premios, pero años después se ha abandonado completamente,
dejando a su suerte a los empresarios que apostaron por él. Tampoco se ha
llevado a cabo la urbanización.
Imagen de la noticia |
De hecho, las empresas
que se trasladaron a este rincón único que forma parte de la ruta Gaudí
critican no disponer de una conexión a internet eficiente, son habituales los
cortes de luz, y denuncian que están rodeados de edificios en peligro de
derrumbe. Así lo explica Xavier Cazabón, de F. Iniciatives, una empresa
afincada en el antiguo edificio de Filatures. "La nave está reformada. Por
fuera mantiene su estética modernista y por dentro es una oficina moderna, pero
los problemas de suministros y seguridad son constantes en el edificio. Por no
tener, no tenemos ni licencia de actividad", se lamenta Cazabón. En este
sentido, relata que recibir a clientes es toda una odisea. Las calles están sin
asfaltar y cuando llueve las calles se llenan de barro y se inundan. También
critica los problemas de conexión a internet que les ha obligado a comprar unas
potentes antenas y los fallos en el suministro de agua, algunas de los
edificios aún están conectadas a pozos. Pero eso no es todo, para Cazabón lo
más indignante es que el recinto de Gaudí esté sumido en el abandono por parte
de los responsables municipales.
Tal es la situación
que una decena de propietarios ha denunciado al Ayuntamiento como responsable
del deterioro del conjunto fabril y por no ejecutar el plan urbanístico
aprobado en el 2004. Por su parte el alcalde de Santa Coloma de Cervelló,
Gerard Segú, reconoce muchos de los problemas y deficiencias que sufre la
colonia. Asegura que hace dos años el Consistorio empezó a trabajar, a través
de una junta de cooperación, en el proyecto de reforma del recinto. Según
explica que la colonia es de particulares y que deben ser ellos quienes asuman
la mayor parte del coste económico de las reformas de urbanización, al tiempo
que sentencia que están trabajando para solucionar las deficiencias.
"Llevamos detrás
de Fecsa Endesa un año para que asegure el suministro en todo el recinto, pero
nos dicen que deberíamos instalar siete subestaciones. Estamos en ello",
dice Segú. Sobre el proyecto de urbanización, el alcalde también es claro en
este asunto y asegura que no depende del Ayuntamiento al tratarse de un espacio
privado. Aun así, reconoce que la "situación de la colonia es muy
precaria". "Desde hace un año estamos analizando y redefiniendo el
proyecto que suponía una inversión muy alta para los propietarios", aclara
el edil.
Por lo pronto, se está
buscando a todos los propietarios, ya que al parecer algunos han desembolsado
parte de la derrama para acometer los trabajos y otros no. También se está
llevando a cabo un plan para conocer la situación de cada uno de los edificios
y la actividad que se lleva a cabo en su interior. Al tiempo que se busca
financiación a través de empresas y subvenciones para rehabilitar las
deterioradas naves industriales.
Otro de los proyectos
que también se encuentra paralizado es la construcción de 1.300 pisos en el
entorno de la colonia. La Generalitat, a través del Incasòl, es propietaria de
los terrenos, pero la crisis y la situación de la empresa pública ha frenado el
plan. El futuro barrio estará integrado con la colonia a través de tres grandes
anillos verdes que rodearán el recinto fabril.
La Vanguardia
Otra
noticia relacionada del día anterior.
Las colonias del
Llobregat se reivindican
Resiguiendo los 32
kilómetros de la C-16 que separan Balsareny (Bages) de Berga, el río Llobregat
alberga a lo largo de este tramo 18 fábricas y colonias textiles que intentan
sobrevivir a la ininterrumpida pérdida de vecinos, sobre todo jóvenes, y a la
degradación de uno de los patrimonios industriales de mayor interés de
Cataluña. Aunque unas sesenta empresas de todo tipo ocupan a día de hoy las
instalaciones de las viejas naves, el Consorci del Parc Fluvial del Llobregat,
integrado por ayuntamientos, Generalitat y otras tantas entidades públicas y
privadas, consideran que la reactivación social y económica de sus habitantes
pasa por explotar otras fórmulas.
Por eso están
trabajando intensamente en el fomento del turismo de proximidad, una estrategia
para crear marca y ser referentes en patrimonio industrial. "Se nos ha hecho
tan habitual pasar por la C-16 –de Barcelona a la Cerdanya– y ver tantas
chimeneas que hemos dejado de prestar atención al potencial industrial que
tenemos. Aquí hay una concentración tan grande de colonias textiles como no
existe en ningún otro país del mundo", asegura Eva Soler, técnica del
consorcio. Para sacar a flote este potencial cuentan con tres ingredientes: un
entorno único a escasos kilómetros de la capital catalana, una oferta turística
estructurada que aumenta cada año y la implicación de los vecinos que hacen de
guía en las colonias y ayudan a divulgar su patrimonio histórico, natural y
cultural.
La puerta de entrada
para redescubrir el patrimonio industrial de la zona es la Torre de l'Amo de
Viladomiu Nou, en Gironella, que se abrió al público hace tres años. En este
caserío, desde donde se llevó la batuta de la fábrica y de la vida de sus
obreros durante un siglo, se ubica el centro de interpretación de las colonias
del Llobregat. La museización de la torre permite al visitante saber cuál era
el modus vivendi, hace cien años, de los propietarios de las colonias.
Pasear por sus
estancias es retroceder a una época en la que los amos "nos permitían un
trabajo estable, escuela para los niños, medico y tranquilidad. Nunca me sentí
explotada", explica Lola, que trabajó como tejedora en una de las colonias
hasta que nació su primera nieta, en 1982. "Empecé a los 14 años y un día.
Nadie se planteaba si era lo que queríamos o no. Era lo que había, sin
más", añade su hija Remei, a quien el cierre de la fábrica le sorprendió a
ella y a su marido a los cuarenta y pocos. Estas y otras vivencias, que se
encargan de transmitir los propios vecinos a los visitantes, sobre todo, a los
más jóvenes, forman parte del atractivo de otra de las rutas culturales impulsada
por el consorcio: la visita a la emblemática colonia de la Ametlla de Merola.
Visitar la iglesia, el teatro, la escuela, los pisos y la fábrica a través de
las anécdotas que cuentan los jubilados Pere y Mateu es una forma muy cercana y
personal de entrar en el entramado social de las colonias textiles.
La oferta turística en
las colonias del Llobregat es grande y el visitante tiene una gran diversidad
de propuestas lúdicas, deportivas, gastronómicas y culturales. Conocer el nuevo
centro de interpretación de la iglesia de Cal Pons, indagar en el museo de la
Colònia Vidal o la casa pairal Teixidor-Bassacs, asistir a una visita nocturna
teatralizada, pasear por el bosque de ribera o recorrer a pie un pequeño tramo
del PR C-144 de Cal Rosal a Balsareny son algunas de las continuadas
actividades que impulsa el Parc Fluvial.
Pero más allá de una
buena oferta turística, que se complementa con otra gastronómica y hotelera
competente, las colonias textiles necesitan inversión para preservar su
arquitectura, un plan de dinamización para conseguir nuevos usos de las
fábricas y batallar por la preservación de la biosfera.
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