En
estos últimos días han aparecido diferentes noticias sobre el futuro de estas
emblemáticas instalaciones industriales, y tristemente ya se ha adjudicado la demolición
de las instalaciones de La Camocha.
03/10/2011
Vestigios industriales
sin plan
La
última comisión de urbanismo ha vuelto a poner en el candelero los usos de los
terrenos de Mina la Camocha y Naval Gijón. La expresión “estudiar nuevos usos
del suelo” que recoge el documento elaborado por el equipo de gobierno da pie a
pensar al PSOE que el objetivo es urbanizar los suelos excedentes de los
astilleros, propiedad de la Autoridad Portuaria y Pymar. Foro, como no podía
ser de otra manera, lo niega. En todo caso, el futuro de dos de las industrias
que fueron motor económico de Gijón vuelve a ser objeto de controversia.
Vecinos,
sindicatos y plataformas de historiadores y expertos en el tema exigen que
tanto Mina la Camocha como Naval Gijón sean reutilizados en favor del pueblo,
ya que fue al pueblo al que sirvieron en su día. Sin embargo, los
administradores concursales de Mina la Camocha ya han abierto el concurso para
la destrucción de buena parte del patrimonio de la instalación, que sería
convertido en chatarra. Una parte de las instalaciones de Naval Gijón ya han
pasado por la trituradora. En 2009 se convirtieron en chatarra dos grúas de
cadena y las compuertas del dique seco. Un destino mucho más drástico corrieron
en el pasado vestigios de industrias que en su día fueron clave para el
desarrollo económico de Gijón como La Algodonera, la fábrica del gas o la
Azucarera de Veriña.
El
catálogo urbanístico aprobado en julio de 2010 tan sólo asegura la protección
de la fachada del edificio principal de Naval Gijón. En el caso de Mina la
Camocha, se incluyen en el catálogo el castillete número 3, su sala de
máquinas, la chimenea número 2, el taller eléctrico y la lampistería. La
administración concursal ha decidido demoler el resto, lo que ha puesto en pie
de guerra a los vecinos de Vega-La Camocha que denuncian que no existe licencia
de demolición.
Plan
especial Los vecinos de la zona apelan al compromiso del anterior gobierno
municipal de elaborar un plan especial, no sólo con Mina la Camocha sino
también con Naval Gijón, antes de decidir el futuro de los vestigios
industriales. El compromiso es el fruto de las recomendaciones del equipo
técnico que realizó el último catálogo urbanístico, al que presentaron
alegaciones tanto los vecinos de Vega-La Camocha como la plataforma en favor
del patrimonio industrial, compuesta por historiadores y sindicalistas.
El
cambio de gobierno, no obstante, ha dejado en stand by el compromiso. De hecho,
el actual concejal de Desarrollo Económico, Fernando Couto, anunció a finales
de julio una reunión con los conservacionistas. Sin embargo, problemas de
agenda indujeron a Couto a posponer un encuentro que aún no tiene fecha.
Carmen
Suárez, presidenta de la asociación de vecinos de Vega-La Camocha, insiste en
que el plan especial, comprometido por el anterior gobierno, comienza a
demorarse en exceso. Máxime cuando los administradores concursales ya han
iniciado el desmantelamiento de gran parte del patrimonio industrial de la
mina. “Lo único que decimos es que no se puede tocar nada del patrimonio de
Mina la Camocha sin que se redacte el plan especial. Los estudios pertinentes,
que ya deberían haber comenzado, serán los que determinen qué hay que
conservar. Luego, será el momento de decidir el uso”, afirma Suárez, que ve en
la premura de los administradores concursales un intento de lucrarse con la
venta de gran parte de los vestigios de la mina.
En
idénticas circunstancias se encuentran los vestigios de Naval Gijón. Los
partidos de izquierda apostaron en la anterior legislatura por construir un
parque tecnológico dedicado a las energías limpias en los terrenos excedentes.
Un proyecto que chocaba con los objetivos de los propietarios del suelo, Pymar
y Autoridad Portuaria, que alegaron contra el Plan General de Ordenación y
propusieron una combinación de usos comerciales y viviendas, una postura con la
que Foro parece converger.
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Sin
embargo, la plataforma de historiadores y sindicalistas que piden la
preservación del patrimonio también apela al comprometido plan especial antes
de tomar cualquier decisión. “En el último catálogo urbanístico tan sólo se
incluyó la fachada principal del edificio de los astilleros, lo cual es
absurdo”, señala Rubén Vega, profesor de Historia en la Universidad de Oviedo y
uno de los más firmes defensores de conservar y reutilizar los vestigios de
Naval. “No se puede catalogar una parte y otra no, porque lo que tiene interés
es todo, desde las naves al tallerón de Duro pasando por el dique seco, pionero
en España, una auténtica joya, y ahora inundado tras haberse destruido sus
compuertas hace dos años”, añade.
La
plataforma exige que los vestigios de uno de los astilleros más potentes de
España en su día no pasen por la trituradora. “El plan especial es un
compromiso. Es hora de que, o bien técnicos municipales, bien expertos de la
Universidad de Oviedo, realicen una catalogación minuciosa de todo lo que queda
de la Naval. Luego, será el momento de decidir los usos”, señala Rubén Vega.
“Tiene que haber intereses generales que primen por encima de los
empresariales”, apostilla el historiador gijonés.
De
momento, tanto vecinos como especialistas coinciden en que el ayuntamiento debe
catalogar minuciosamente el patrimonio industrial tanto de Mina La Camocha como
de Naval Gijón. Será entonces el turno de hablar de usos. La construcción de un
museo naval toma fuerza en el caso de los extintos astilleros. “Es una de
tantas propuestas y que, además, sería compatible con el proyecto de construir
un parque tecnológico en los terrenos excedentes”, explica Rubén Vega.
La Voz de Asturias
04/10/2011
El juez adjudica a
Inagen la demolición de las instalaciones de Mina La Camocha
El
juez de lo Mercantil número uno de Oviedo ha adjudicado a la empresa
barcelonesa Inversiones Asociadas Generales, S. L. (Inagen), el derribo y el
aprovechamiento de la mayoría de las instalaciones de Mina La Camocha, que Inagen
tendrá que convertir en chatarra en el plazo de seis meses a contar desde la
fecha de adjudicación, el pasado 28 de septiembre.
La empresa catalana pagará 555.555 euros netos, más los impuestos correspondientes, por dejar para chatarra, entre otras instalaciones, el castillete del pozo número dos y el lavadero del pozo tres. Ambos son considerados como elementos emblemáticos de la explotación minera, lo que ha llevado a sindicatos, asociaciones vecinales de Vega y al colectivo en defensa del patrimonio a pedir al Ayuntamiento de Gijón que bloquee los derribos hasta que no se realice un estudio sobre el patrimonio histórico de la mina. El Juzgado entiende que se pueden derribar todos los edificios que no están protegidos por el catálogo urbanístico municipal. Los colectivos que se oponen consideran que la normativa urbanística obliga a elaborar un plan especial para los antiguos terrenos mineros de San Martín de Huerces, en el que se tendrá que estudiar a fondo qué edificaciones deben salvarse como patrimonio industrial.
La empresa catalana pagará 555.555 euros netos, más los impuestos correspondientes, por dejar para chatarra, entre otras instalaciones, el castillete del pozo número dos y el lavadero del pozo tres. Ambos son considerados como elementos emblemáticos de la explotación minera, lo que ha llevado a sindicatos, asociaciones vecinales de Vega y al colectivo en defensa del patrimonio a pedir al Ayuntamiento de Gijón que bloquee los derribos hasta que no se realice un estudio sobre el patrimonio histórico de la mina. El Juzgado entiende que se pueden derribar todos los edificios que no están protegidos por el catálogo urbanístico municipal. Los colectivos que se oponen consideran que la normativa urbanística obliga a elaborar un plan especial para los antiguos terrenos mineros de San Martín de Huerces, en el que se tendrá que estudiar a fondo qué edificaciones deben salvarse como patrimonio industrial.
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El
juez ha adjudicado el achatarramiento de las instalaciones de Mina La Camocha a
la empresa que presentó la oferta económica más elevada, en base al informe que
presentaron en el mismo sentido los administradores concursales de la mina en
liquidación. Inagen competía con otras once empresas de toda España por los
metales de las instalaciones mineras gijonesas. La empresa catalana subsanó un
defecto de su oferta, dado que inicialmente no había presentado al Juzgado la
póliza de responsabilidad civil para la obra, algo que hizo días después de la
apertura de los sobres.
Quienes se oponen a los derribos en tanto no se efectúe un estudio en profundidad del patrimonio industrial que queda en Mina La Camocha argumentan que no hay prisa por achatarrar las instalaciones. Cualquier operación urbanística en los antiguos terrenos mineros requiere la descontaminación de los mismos, algo que actualmente está paralizado. Por un lado, la empresa asturiana Posada Organización no llegó a cerrar su oferta de 7 millones de euros por las balsas de finos de carbón, que ocupan gran parte de los terrenos mineros y que acumulan unas 813.000 toneladas de carbón mezclado con tierra. A esto se suma que nadie ha presentado ofertas para comprar los estériles que aún permanecen en las dos escombreras de Mina La Camocha y que suman 1.933.442,51 toneladas de tierra, según los cálculos de la administración concursal.
Quienes se oponen a los derribos en tanto no se efectúe un estudio en profundidad del patrimonio industrial que queda en Mina La Camocha argumentan que no hay prisa por achatarrar las instalaciones. Cualquier operación urbanística en los antiguos terrenos mineros requiere la descontaminación de los mismos, algo que actualmente está paralizado. Por un lado, la empresa asturiana Posada Organización no llegó a cerrar su oferta de 7 millones de euros por las balsas de finos de carbón, que ocupan gran parte de los terrenos mineros y que acumulan unas 813.000 toneladas de carbón mezclado con tierra. A esto se suma que nadie ha presentado ofertas para comprar los estériles que aún permanecen en las dos escombreras de Mina La Camocha y que suman 1.933.442,51 toneladas de tierra, según los cálculos de la administración concursal.
La
eliminación de las dos escombreras y de las balsas de lodos es imprescindible
para cualquier actuación sobre esos terrenos, por lo que efectuar un estudio
antes de iniciar las demoliciones no supondrá ningún contratiempo, recalcan
quienes defienden esa medida.
Lne
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