Hoy
os pongo como imagen del día la fotografía de este magnífico árbol de especie
Ailanto que se encuentra junto al antiguo andén de la Estación de ferrocarril
de Tomelloso. Este es también otro increible patrimonio que tenemos (el patrimonio arbóreo) que debemos cuidar y conservar.
También os transcribo la noticia, del dia 2 de octubre de 2011,
donde habla de la historia de la antigua estación me ha parecido un bello
artículo.
Imagen de la noticia |
Tomelloso tuvo tren
entre los años 1913 y 1987, una línea ferroviaria que unía esta localidad y la
de Cinco Casas. Cuando se construyó la Estación de Tomellloso, la compañía que
lo explotaba plantó en las instalaciones gran cantidad de árboles de la especie
Ailanto (Ailanthus altíssima). Desde que se cerró la línea de ferrocarril la
zona ha cambiado mucho, urbanizándose en parte y otra quedando como patrimonio
restaurado. Precisamente junto al antiguo andén de la Estación del Ferrocarril,
restaurado y destinado a día de hoy a usos diversos, se encuentran dos
ejemplares notables de Ailanto. Por su belleza estos árboles tienen varios
nombres asociados, uno de ellos es el de “Árbol del Cielo”.
La zona de la Antigua
Estación de Tomelloso es una de las que tienen mayor interés patrimonial en la
localidad, pues la circulación de trenes durante más de setenta años atrajo
mucha actividad económica. Los esfuerzos de Francisco Martínez Ramírez, “El
obrero” dieron resultado positivo y en el año 1913 se inauguraba la línea
ferroviaria entre Tomelloso y Cinco Casas, conectando Tomelloso y Argamasilla
de Alba con la línea Madrid-Andalucía. Cuando la actividad fue absorbida por Renfe
en 1941, se produjo un impulso notable tanto en el transporte de viajeros como
en el de mercancías, sobre todo vino y productos de calidad derivados de la
destilación de este.
La estación se
encontraba a principios del siglo XX en un descampado a las afueras de
Tomelloso y la compañía adjudicataria pensó, con acierto, que plantar árboles
en la zona traería muchas ventajas. El Ailanto es un árbol que no necesita
apenas cuidados, además de desarrollarse bien en todo tipo de terrenos y
climas, también soporta bien suelos o ambientes contaminados, lo cual era algo
a considerar en una estación, con entrada y salida constante de trenes, muy
contaminantes entonces por el ruido, los humos y los restos del engrase. Hay
otra cuestión: pocas especies de árboles muestran un aspecto tan bello en la
segunda mitad de la primavera y todo el verano, pues las flores y vainas del
fruto del Ailanto se sitúan en la parte más externa del follaje y presentan
colores que van desde el verde amarillento hasta el pardo rojizo, dándole un
bonito aspecto.
Se trata de un árbol
dioico, pues tiene pies machos y hembras diferenciados. Hemos de citar aquí que
esta especie tiene también sus detractores, por la facilidad con que se
reproduce en rebrotes de las raíces y por un olor ligeramente desagradable de
flor y futo de los pies machos. Si queremos plantar este árbol pondremos solo
pies hembras.
Tras el edificio
rehabilitado del hangar de la Antigua Estación, situado en el cruce de las
calles Estación con Juan Antonio López, hay un jardín con varios árboles, entre
ellos dos Ailantos centenarios. Tienen una altura cercana a los dieciocho
metros, dan sombra cada uno de ellos a una superficie de 150 metros cuadrados y
tienen un perímetro del tronco de 2 metros. Están en propiedad pública accesible
sin problemas, así como en un entorno bien cuidado. Son árboles de hoja caduca
y se pueden visitar todo el año, aunque, por razones ya expuestas, la mejor
época para hacerlo es en primavera y verano.
La Antigua Estación
del Ferrocarril de Tomelloso tiene unos excelentes accesos y estacionamientos
para todo tipo de vehículos, incluidos autobuses, por la calle Estación, por el
Paseo de San Isidro, por la Carretera de la Alavesa (CM-3109) o por la Avenida
Príncipe Alfonso. Un paseo sin prisas por las calles citadas, o por la calle
Airén u otra de las aledañas, nos llevará a visitar al menos tres “Árboles de
cielo” centenarios, además de un patrimonio industrial difícilmente igualable
en La Mancha, constituido por varios edificios perfectamente rehabilitados de
las antiguas instalaciones ferroviarias, cinco destilerías de vino (dos de
ellas en plena actividad), gran cantidad de altísimas chimeneas industriales,
enormes torres de destilación junto a éstas y otros muchos elementos de una
pasada y presente gran actividad industrial en la zona.
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