Averly
ya tiene un nuevo proyecto con las mismas viviendas y más alturas.
La polémica por el futuro de los
suelos de Averly continúa. Esta semana se ha cerrado el plazo para presentar
alegaciones al expediente emitido por la Dirección General de Patrimonio y,
pocos días después, se ha recibido en el área municipal de Urbanismo un segundo
plan especial de intervención por parte del dueño de los terrenos, el grupo
Brial, que respeta las prescripciones marcadas por la DGA pero que también ha
logrado mantener las mismas 200 viviendas que pretendía levantar donde está la
vieja fundición de Zaragoza. Un segundo proyecto que logra una reordenación de
los edificios y aumenta la densidad de vivienda elevando en hasta dos alturas
más algunos de los bloques que quería construir.
Hace 15 días que Urbanismo le
reclamó una actualización del primer plan especial, ya que Patrimonio había
establecido en sus prescripciones que la nave de ajustes, justo donde Brial
pretendía construir una torre emblemática de 16 plantas, debía conservarse
íntegramente. Echaba abajo la distribución propuesta por la promotora y
obligaba a introducir cambios. Así que el ayuntamiento le dio un plazo de diez
días para que presentara una segunda que estudiar. Y ya la tiene sobre la mesa.
CAMBIO DE PLANES
Brial ha presentado alegaciones al
veredicto de Patrimonio y, aunque no es el único que lo ha hecho, sus peticiones
a la dirección general son bastante contundentes al respecto. Aunque, hay que
decirlo, respeta las valoraciones hechas sobre la importancia y valía de los
bienes muebles e inmuebles que se encuentran aún en la vieja fundición. Otra
cosa es que esté de acuerdo en el momento en el que se ha producido, después de
que ella haya desembolsado unos diez millones de euros por esos terrenos. Por
eso, y porque hace 40 años que se decidió permitir que se construyan esas
viviendas allí --y fue ratificado en varias ocasiones por el Plan General de
Ordenación Urbana (PGOU) de Zaragoza--, en sus alegaciones habla por primera
vez de su intención de reclamar indemnizaciones a quien corresponda en caso de
que su proyecto no pueda llevarse a cabo finalmente.
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En cualquier caso, su segundo plan
especial para Averly introduce importantes novedades, como el incremento de la
cesión obligatoria para el ayuntamiento, que pasa del 35% anterior al 40%
actual. Mantener la nave de ajustes, junto a la residencia de los Averly, el
jardín y el cerramiento, reduce la superficie donde edificar y, por tanto, el
espacio cedido al consistorio. En cuanto al número de viviendas, mantendría
unas 40 VPO de esos 200 pisos a levantar allí.
Una parte importante de esta cesión
correspondería a la zona verde que la constructora iba a asumir en su proyecto
y que, precisamente, se localizaba en la zona más próxima a la residencia de
los Averly, que pretendía rehabilitar en su conjunto y ceder en usufructo a la
viuda. El problema ahora es el espacio que permite la nave de ajustes,
levantada justo en ese emplazamiento, donde además se iba a levantar el bloque
de 16 alturas, que ahora cambia de ubicación en el esquema de Brial.
Mientras, para la constructora el
agravio es complicado de cuantificar, sobre todo teniendo en cuenta que será
difícil hasta cumplir con una de las cláusulas importantes fijadas en el
contrato de compraventa: que Averly se vaciara antes del 31 de diciembre de
este año. También ha tenido que paralizar el inicio de la comercialización de
los pisos, que preveía iniciar este mes. Y no ha solicitado licencia, ni lo
hará, para derribar las naves. Ni siquiera derruirá aquellas que la DGA no ha
protegido.
"Salvemos
Averly" sopesa demandar a Serrat y al director de Patrimonio.
La plataforma Salvemos
Averly no está de acuerdo con la valoración que han realizado desde la
Dirección General de Patrimonio para catalogar el conjunto patrimonial de
Averly en Zaragoza y podrían acabar llevando el asunto a los tribunales.
Fuentes de este colectivo aseguraron a este diario que "estamos
consultando con abogados para demandar a la consejera de Educación, Cultura y
deportes del Gobierno aragonés, Dolores Serrat, y al director general de
patrimonio, Javier Callizo, porque "consideramos que se encargó el
análisis de los bienes muebles e inmuebles a técnicos que no son expertos en el
patrimonio industrial de esta ciudad" y, sobre todo, "que podría
haberse hecho de forma intencionada".
El enfado de este colectivo con la
resolución de la DGA es evidente. De hecho, tanto la Asociación Pública en
Defensa del Patrimonio Aragonés (Apudepa), como Carlos Blázquez y Belén Boloqui
han presentado alegaciones al documento que la dirección general ha sometido a
exposición pública durante el último mes. Todos ellos ahondando en la necesidad
de conservar íntegramente el conjunto de la vieja fundición e incluso señalaron
que "estamos buscando inversores privados que ayuden a financiar su conservación
en el futuro", aunque es pronto para hablar de nombres o de garantías de
disponer del dinero suficiente.
Sin embargo, ahora se pone en duda
la intencionalidad con la que se ha realizado el análisis por parte de
Patrimonio y las consecuencias que esta puede tener en el futuro. "Al
final siempre acaba mandando el ladrillo", señaló Carlos Blázquez.
ALEGACIONES
Mientras, la Confederación de
Empresarios de Zaragoza (CEZ), la Cámara de Comercio y la Asociación de
Promotores Inmobiliarios también han presentado alegaciones. Todos respetando
el valor histórico de los bienes inmuebles y muebles de Averly que señala la
dirección general, pero también incidiendo en que han cambiado las reglas justo
después de cerrarse una operación de compraventa por parte de Brial.
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La constructora, por su parte,
también presentó alegaciones al expediente señalando que no están de acuerdo
con la catalogación por el simple motivo de que ha cambiado de propietario, que
lleva más de 40 años aprobado el ayuntamiento el Plan General de Ordenación
Urbana (PGOU) autorizando a hacer viviendas y con una protección ratificada en
el 2005 por el consistorio y la DGA, en colaboración con el departamento de
Historia de la Universidad de Zaragoza.
Además, advirtió de que
"habiendo sido realizado un trabajo exhaustivo" por parte de los
técnicos de Patrimonio, "no tenemos más que aceptar la decisión" de
que hay bienes que proteger pero que "en el caso de que no pueda
realizarse el proyecto reclamarán los daños y perjuicios a quien corresponda".
Salvaguardar
todo el conjunto podría costar unos 20 millones de euros.
En el expediente que recoge toda la
documentación aportada para valorar la catalogación de Averly, solo la
constructora Brial se atreve a cuantificar cuánto podría costar mantener todo
el conjunto de naves y maquinaria de la vieja fundición. Aunque sea parte
interesada, cifra en unos 10 millones de euros salvaguardarlo, debido al mal
estado de conservación en el que también inciden los técnicos de la Dirección
General de Patrimonio. Si se sumara la cuantía que desembolsó la constructora
para hacerse con estos suelos, otros diez millones, la factura ascendería a
cerca de 20 millones.
Fantasmas
del presente.
"Es difícil saber qué están
metiendo en esos camiones, pero desde hace días llegan por la mañana, se meten
dentro, los cargan y se van llenos de materiales del interior. ¿No estaba
prohibido?". Con estas palabras explicaba a este diario un vecino de la zona
cómo ha podido ser testigo de cómo se están extrayendo cosas del interior de
unas instalaciones que albergan 140 elementos que la Dirección General de
Patrimonio ha prohibido expresamente que se toquen. "¿Quién lo está
controlando?", se preguntaba Carlos Blázquez, de la
plataforma Salvemos Averly.
Consultados por EL PERIÓDICO, los
dueños de estas instalaciones, el Grupo Brial, restaron importancia a estos
trabajos ya que, según aseguraron, "no es algo de ahora, ya se lleva
haciendo desde el verano" y, además, "es solo chatarra y productos
acabados de Averly que están vendiendo". Porque Averly sigue funcionando y
sigue comercializando algunas de esas piezas que en otros tiempos fabricaban
para clientes en Zaragoza, piezas que nadie ha dicho que no puedan salir al
exterior o venderse.
De manera que esa "nocturnidad
y alevosía" que los vecinos denuncian "aunque se haga a plena luz del
día" son, en principio, solo fantasmas en la mente de quienes no quieren
ver desaparecer la factoría del centro de la ciudad. No son del pasado, sino de
un presente que es cada vez más incierto.
Todos, incluso quienes tienen
proyecto para levantar 200 pisos, están de acuerdo en conservar todo el
patrimonio histórico de gran valor que albergan esas naves medio derruidas por
el abandono. Pero nunca la fundición ha tenido tantos ojos sobre sus tejados de
uralita. Incluso se oyen más ruidos que antes en su interior, reales o
imaginarios. Y toparse con uno de estos camiones es siempre fruto de la
casualidad. Los muros de la fundición solo dejan salir a la calle el ruido de
la chatarra sobre el camión y cualquier cosa es posible a puerta cerrada.
Por eso piden, quienes claman por su
protección, que se vigile y se supervise al máximo cada trabajo que se haga
allí dentro. Porque no solo se habla de catalogar bienes inmuebles, sino
también muebles que, como su propio nombre indica, pueden moverse.
Aunque nadie podría pensar que la
familia Hauke o Brial estuvieran dispuestos a desafiar a Patrimonio, al menos
en los próximos 18 meses en los que esos fantasmas podrían multiplicarse a
golpe de ruidos.
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