El yacimiento ibero-romano de El
Palau, en Alcañiz, pudo haber sido un gran centro de producción, almacenamiento
o de distribución de aceite o vino durante la época en que este poblamiento
-uno de los más grandes que se conocen en el Bajo Aragón- alcanzó su máximo
apogeo, entre el año 100 antes de Cristo y 100 después de Cristo. En ese
momento, el poblamiento ibero ya se encontraba bajo la dominación romana.
Aunque no es una opinión unánime,
algunos de los investigadores que han dirigido el último programa de
excavaciones en El Palao -Salvador Melguizo, Francisco Marco, Pierre Moret y
José Antonio Benavente- sostienen esta hipótesis. Uno de ellos es este último,
arqueólogo y director del Taller de Arqueología de Alcañiz, director de la Ruta
Iberos en el Bajo Aragón.
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Lo que permite apuntar a que El
Palau fue un centro neurálgico de producción o distribución de aceite fue el
hallazgo -durante la campaña voluntaria de excavaciones realizada el verano
pasado- de una habitación de planta rectangular y de unos 25 metros cuadrados
que presentaba un tipo de pavimento de cal o yeso blanco con un banco
perimetral situado alrededor y donde “se supone que se guardaban diferentes
vasijas de almacenamiento”, comentó José Antonio Benavente. Además, las
excavaciones sacaron a la luz lo que parece ser un pequeño depósito que sirvió
para la recogida de líquidos.
Según el arqueólogo alcañizano, esta
zona de almacenamiento hallada recientemente en El Palao se sitúa al noroeste
del poblamiento. En su opinión, este habitáculo cuadrangular es “idéntico a
bodegas de aceite que todavía hoy se conservan en pueblos del Bajo Aragón”. En
concreto, señaló que “hay una copia idéntica en una vivienda de Castellote”.
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