El
Cabildo de Gran Canaria restaura el emblemático Molino de Cazorla, en Fataga.
La Corporación que preside José
Miguel Bravo de Laguna ha adjudicado el proyecto, que costará 45.516,00 euros y
correrá a cargo de la arquitecta Guacimara Delgado, a la empresa Rodríguez
Luján.
“Con el paso del tiempo, han ido apareciendo grietas y fisuras en los pilares de piedra que soportan el acueducto, y que, de no intervenir, afectarían a su estabilidad, por lo que desde el Cabildo hemos aprobado por la vía de urgencia una actuación que creemos indispensable para evitar el desplome y la consecuente pérdida de este emblemático bien”, según Larry Álvarez.
“Con el paso del tiempo, han ido apareciendo grietas y fisuras en los pilares de piedra que soportan el acueducto, y que, de no intervenir, afectarían a su estabilidad, por lo que desde el Cabildo hemos aprobado por la vía de urgencia una actuación que creemos indispensable para evitar el desplome y la consecuente pérdida de este emblemático bien”, según Larry Álvarez.
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Icono de Gran Canaria.
Sus características constructivas
han convertido al Molino de Cazorla en un icono del paisaje cultural
grancanario, siendo objeto de las fotografías y el interés de los miles de
visitantes que cada año pasan por la carretera que va del Sur hacia el Centro
de la Isla, por Fataga y Tunte.
Declarado Bien de Interés Cultural (BIC) y situado junto al pueblo de Fataga, el molino fue construido en 1880 por Sebastián Cazorla Jiménez conforme a los cánones de la arquitectura rural tradicional.
Esta joya del patrimonio etnográfico grancanario –dedicada en su día a moler el grano para la obtención del gofio, gracias a la fuerza del agua procedente de la Heredad de la Fataga- tiene entre sus características más destacadas un acueducto de carga, cuyos pilares de piedra, levantados sobre una ladera de marcado desnivel, soportan una acequia de mortero de cal montada sobre vigas de madera.
La estabilidad de esta estructura quedará ahora garantizada con la actuación llevada a cabo por el Cabildo.
El
Molino de Los Cazorla será restaurado.
El Cabildo de Gran Canaria y el
Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana coinciden en la necesidad de que el
emblemático Molino de Los Cazorla, en Fataga, sea restaurado, por lo que se
destinarán 45.000 euros a este fin, informó el Consistorio sureño.
De esta manera, el estado de deterioro que presentan ahora algunas de las cinco pilastras que sirven de apoyo a su acueducto hacen peligrar esta infraestructura rural que está declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de monumento desde 1995.
La restauración de este molino, que estuvo funcionando para la producción de gofio hasta 1960, cuenta desde el pasado agosto con el beneplácito del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana, en cuyo vigente Plan General de Ordenación figura como elemento de ingeniería agrícola a proteger por su singularidad. También está inventariado por la Fedac como bien etnográfico.
Por su parte, en los últimos cincuenta años el conjunto del molino no ha recibido ninguna obra de mantenimiento o reparación. Según el estudio de actuación de la arquitecta Guacimara Delgado Quintana, el mismo presenta en estos momentos un deterioro visible en varias de las cinco pilastras que soportan su acequia-acueducto.
El
molino de Los Cazorla de Fataga se somete a un plan de restauración.
El Cabildo y el Ayuntamiento de San
Bartolomé de Tirajana coinciden en la necesidad de que el emblemático Molino de
Los Cazorla, en Fataga, sea restaurado. El estado de deterioro que presentan
ahora algunas de las cinco pilastras que sirven de apoyo a su acueducto hacen
peligrar esta infraestructura rural que está declarada Bien de Interés Cultural
con la categoría de monumento desde 1995.
La restauración de este molino, que
estuvo funcionando para la producción de gofio hasta 1960, cuenta desde el
pasado agosto con el beneplácito del Ayuntamiento de San Bartolomé de Tirajana,
en cuyo vigente Plan General de Ordenación figura como elemento de ingeniería
agrícola a proteger por su singularidad. También está inventariado por la Fedac
como bien etnográfico.
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En los últimos 50 años el conjunto
del molino no ha recibido ninguna obra de mantenimiento o reparación. Según el
estudio de actuación de la arquitecta Guacimara Delgado Quintana, el mismo
presenta en estos momentos un deterioro visible en varias de las cinco
pilastras que soportan su acequia-acueducto.
Las pilastras afectadas,
constituidas por sillares de poco espesor con juntas de mortero de cal y
piedras en su exterior, y de mortero de barro y piedras más pequeñas en su
interior, se han deteriorado y agrietado por las afecciones meteorológicas y el
paso del tiempo.
La actuación de restauración que
ahora promueve el Cabildo de Gran Canaria a través de Cultura cuenta con un
presupuesto de 45.516 euros.
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