El
derribo de tres bloques industriales abrirá una nueva calle para conectar
Rekalde y Ametzola
Artículo para DEIA
Rekalde cada vez se abre más al
Ensanche y al centro de Bilbao. Si la creación del parque lineal por encima del
soterramiento de la línea de Feve ha hecho olvidar la trinchera ferroviaria y
conectar el barrio sur de la ciudad con Irala, la nueva intervención lanzada
por el Ayuntamiento de la capital vizcaina generará una arteria urbana de nuevo
cuño que unirá directamente para los peatones la calle Salou con la avenida del
Ferrocarril y el parque de Ametzola.
Este cosido fue presentado en el
último Consejo Asesor de Urbanismo del Ayuntamiento de Bilbao y supondrá el
derribo de tres edificios, que ahora albergan pequeñas industrias y almacenes,
y la construcción de cuatro nuevas manzanas residenciales que sumarán 290
viviendas.
El concejal de Planificación Urbana,
Asier Abaunza, aseguró a DEIA que “al residencializar esta zona se quita el
tapón que suponen los edificios industriales, se da continuidad a Rekalde hacia
el centro de la ciudad y damos además una alternativa al único corredor directo
existente por la calle y el viejo puente de Gordoniz”.
Sobre el plano, el área de
actuación, integrada en el Plan de Reforma Interior de Ametzola, cuenta con un
forma triangular que está delimitada por la avenida del Ferrocarril, en el
tramo que linda con el parque, y las calles Jaén y María Victoria Uribe Laso.
En su interior otras dos arterias, la calle Padre Larramendi y la denominada
calle H, dividen los actuales bloques industriales.
El Plan General de Ordenación
Urbanística aprobado en 1995 prevé para este conjunto de edificios a creación
de dos manzanas residenciales, con la calle H en medio dibujando una pequeña
curva, y manteniendo el viejo bloque industrial alargado de casi 150 metros con
la fachada de pequeñas ventanas que se ven desde Ametzola.
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Todo eso cambia con la modificación
presentada, ya que suma a la actuación este último bloque de forma que será
derribado y sustituido por dos manzanas, 64 A y 64 B, que estarán separadas por
la prolongación de la mencionada calle H, lo que permitirá un nuevo flujo
ciudadano.
Este arteria quedará a la misma
altura que el parque de Ametzola -ahora está a diferente cota- y será mucho más
ancha de lo previsto inicialmente, lo que obligará a retranquear o retrasar las
fachadas de los futuros edificios de viviendas que constituirán las manzanas 65
y 66 que la delimitan como se observa en el gráfico de la página siguiente.
“A la vez se va a enderezar esta
calle, antes planteada con una ligera curva al lado de la calle Jaén, y así se
enfila directamente facilitando los tránsitos peatonales desde la calle Salou
hacia la avenida del Ferrocarril”, apostilla Abaunza. Este nuevo corredor solo
será para viandantes ya que el parque lineal por encima del recorrido soterrado
de Feve inaugurado el año pasado impide que sea atravesado por el tráfico
rodado.
El edil también explicó que “el
ensanchamiento de la calle obligará a cambiar los volúmenes actuales
edificatorios dándoles un poco más de altura porque se estrechan las parcelas
donde se construirán”.
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