Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

lunes, 17 de diciembre de 2012

El Instituto Europeo de Turismo impulsa una ruta del wolframio que "puentea" al Bierzo.


Del pasado no se vive. Pero de la historia sí se puede vivir. Esa es la pretensión del Instituto Superior de Ciencias Empresariales y de Turismo de Portugal, que persigue que el Consejo de Europa dé luz verde a una Ruta Europea del Wólfram. La propuesta lusa para poner en valor al menos las viejas minas de ese país y también las gallegas que abastecieron del citado mineral a las fábricas alemanas de armamento en la Segunda Guerra Mundial ya ha despertado el interés del Instituto Europeo de Turismo (European Institute of Cultural Routes) que en tres años estudiará la posibilidad de poner en marcha dicho itinerario como atractivo turístico vinculado al patrimonio industrial y la recuperación de la memoria histórica para futuras generaciones.

Aunque los redactores del proyecto, entre los que se incluyen varios gallegos, siguen localizando puntos de referencia, por ahora en él no aparece ninguno de Castilla y León. A pesar de que en el Bierzo, en el entorno de la Peña do Seo (Corullón), se conservan a duras penas los vestigios de la singular aventura industrial que emprendió la Compañía Minera Montañas del Sur para extraer el wólfram de esas montañas entre 1952 y 1958, eso sí con destino al mercado norteamericano. El Gobierno de Estado Unidos, de hecho, llegó a adelantar a los socios de la firma un crédito de 230.000 dólares a cambio de un contrato en exclusiva por cinco años.

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Entre Vega de Valcarce, Barjas, Oencia y Corullón, casi en la raya con Galicia, siguen llamando la atención tanto las bocas de las galerías como los esqueletos de los lavaderos y también de un poblado minero nada menos que de cuarenta viviendas para que los trabajadores de la explotación pudieran residir en ellas con sus familias.

El Instituto Europeo de Turismo, que depende del Consejo de Europa, ha recibido un proyecto en el que figuran como hitos los pozos portugueses de Río de Frades en Aveiro y otras diez zonas lusas. Pero también las gallegas de Monte Neme en Carballo y la Ciudad de los Alemanes en la vecina Valdeorras. Además aparecen enclaves vinculados al wólfram en Francia y hasta en la República Checa.

Entre la decena de socios que avalan el proyecto, todos ellos portugueses, figura ya uno gallego. Se trata del Instituto Orensano de Desarrollo Económico (Inorde). Aunque por el momento el hilo común de la ruta es la Segunda Guerra Mundial y la mina berciana de Peña do Seo se inscribe en el periodo de esa poscontienda bélica, la posible inclusión en la iniciativa se plantea a todas luces como un reto para promocionar esos parajes bercianos que tanta vida tuvieron durante la época de explotación del mineral.

La idea de los promotores originales, que desvelaron la iniciativa en un reciente congreso sobre «turismo vivencial» celebrado en Galicia, es que los itinerarios se gestionen a través de clusters turísticos y que estos dinamicen la oferta para viajeros y potencien la economía de las zonas rurales.

Estudian las minas de wolframio de Galicia y Portugal para convertirlas en una ruta turística.
Las minas portuguesas y gallegas que abastecieron de wolframio a las fábricas alemanas de armamento en la Segunda Guerra Mundial han despertado el interés del Instituto Europeo de Turismo que, en tres años, analizará la posibilidad de instaurar una Ruta Europea del Wolframio como atractivo turístico vinculado al patrimonio industrial y a la recuperación de la memoria histórica para las próximas generaciones, encargadas de mantener una "Europa de la Paz".

Así lo ha explicado a Europa Press Luis Ferreira, uno de los autores del estudio inicial del wolframio portugués, que fue presentado en Europa por el Instituto Superior de Ciencias Empresariales y de Turismo de Portugal (ISCET), con sede en Porto.

Las minas de wolframio desarrollaron historias comunes a ambos lados de la frontera luso-española y también se abrieron en Francia, República Checa y otros países donde Ferreira y su equipo han comenzado a buscar información y socios.

"Empezamos el proyecto hace un año y nos quedan dos para seguir localizando puntos de referencia, pero ya contamos con las minas portuguesas de Río de Frades en Aveiro y otras 10 lusas, las gallegas de Monte Neme en Carballo y la Ciudad de los Alemanes en Carballeda de Valdeorras y otras dos en Francia, además de diez asociaciones y comunidades locales que estarán en la elaboración del proyecto y su posterior puesta en marcha", ha explicado.

La investigadora Lidia Aguiar forma parte el equipo de Ferreira y al comenzar su tesis doctoral sobre el contrabando descubrió que el wolframio también aparecía como uno de los productos que cruzaban la frontera desde Portugal a España, dado que los compradores pagaban más cuando lo adquirían en Galicia o Extremadura.

"El estraperlo fue fruto de la necesidad en el pasado y puede volver a ser una oportunidad en el futuro", ha indicado, pues las rutas utilizadas por los contrabandistas son lugares de gran atractivo paisajístico y en su entorno se desarrolla una gastronomía y artesanía locales que el turismo busca, pues quiere "conocimientos y vivencias culturales y de un patrimonio que en realidad no tiene fronteras", ha indicado Lidia Aguiar.

RECUPERACIÓN
Entre las dificultades que plantea esa posible Ruta Europea del Wolframio está el abandono total de muchas minas, pues sólo algunas mantuvieron cierta actividad hasta los años 80 y sólo la de Carballo está musealizada.

"Los turistas tendrán ansia por bajar a ellas y habrá que determinar la seguridad en cada una y la posibilidad de poner en marcha las infraestructuras necesarias", ha agregado, al tiempo que ha precisado que el mayor interés de las minas no está sólo en que son patrimonio industrial recuperable, sino la memoria histórica de una época en la que el wolframio supuso la apertura de minas que dieron una actividad insusitada a su entorno, y en la que el metal se extraía con el trabajo, en muchos casos, de republicanos con penas de prisión y trabajos forzados.

El profesor de Investigación de Mercados en la Universidad Carlos III de Madrid, Julio Cerviño, ha explicado a Europa Press que el desarrollo del turismo en Galicia y en el resto de España pasa por una cooperación total entre el sector industrial y el científico, pues "el cliente turístico evoluciona en sus gustos y búsquedas y la investigación desde las universidades detecta esos cambios y elabora contenidos para productos nuevos que satisfagan todas las demandas".

En ese sentido, Cerviño ha señalado que cada vez más el turista quiere historias "y hay que crearlas para él, pero en Galicia no hay que crear historias, sino hacer que los productos incluyan todas las vivencias e historias que existen".

En este sentido, ha puesto como ejemplo los productos turísticos para la Costa da Morte que incluyan vistas nocturnas al Cementerio de los Ingleses y explicaciones teatralizadas de naufragios, igual que la Semana Romana de Lugo incluye todo tipo de vivencias de aquella época.

Estos productos permitirían además romper la estacionalidad turística relacionada con el clima y posibilitarían atraer a visitantes también fuera del verano.

Cerviño ha aludido también al papel de las Administraciones Públicas y ha señalado que la actual crisis es un buen momento para "romper dinámicas como las de creación de observatorios y comisiones" y "pasar directamente a reuniones provechosas" de Administración y universidades gallegas cada tres o cuatro meses.

TURISMO VIVENCIAL
Galicia es pionera en elementos turísticos como la implantación de los códigos QR en monumentos y rutas, que se pueden leer con una aplicación específica para la telefonía móvil, y comienza a caminar en otros como la oferta de turismo vivencial y de "vuelta a lo tradicional y auténtico", sobre todo en la viticultura y el turismo de vendimia, la pesca y el turismo marinero y la historia con la piedra como protagonista, según recordó Cerviño.

Julio Cerviño, el equipo de Luis Ferreira y docenas de ponentes más, protagonizaron 87 intervenciones sobre turismo y ciencia en la edición número 17 del Congreso Internacional de Turismo de la asociación española de ciencia y turismo que se celebró durante varios días en O Carballiño (Ourense), para plantear retos, necesidades y novedades del sector.

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