Una iniciativa vecinal recupera un antiguo molino de El Navaliegu (Laviana)

Sextaferia al pasado en El Navaliegu

Estos fueron pueblos duros”, repite Olegario González para que no pase desapercibido su comentario. Con “estos” se refiere a las aldeas que salpican la parroquia de Tolivia y aunque utilice el tiempo pasado, el duro trabajo realizado por varios vecinos bajo la lluvia de ayer acredita que el verbo también explica el presente “Son pueblos duros”. González y un grupo de personas cercanas a la localidad lavianesa de El Navaliegu se han propuesto tirar de fuerza y empuje para sacar adelante un proyecto que les viene rondando desde hace tiempo: La rehabilitación del molino harinero comunal, cerrado hace más de sesenta años.

“Nuestra intención es acabar el proyecto antes del verano”, explica, Corsino Fernández. “Tengo 73 años y recuerdo venir aquí de niño con mis padres. Era el molino de todos, no había molinero, el que tenía venía y molía”, recuerda.

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Las obras de rehabilitación del enclave comenzaron ayer con el desbroce y la limpieza del entorno de la aceña. Ha sido un duro trabajo pero tras varias horas comienzan a asomar las primeras piedras de la presa, después el tejado, la puerta, y la maquinaria del interior. La madera parece ajada aunque las vigas principales han soportado el tiempo con dignidad y la piedra “está perfecta, las cosas antes se hacían bien a conciencia”, apunta Olegario Fernández.Como uno de los impulsores de esta iniciativa que busca “recuperar el patrimonio etnográfico de la zona para poder enseñárselo a la gente joven, para poder disfrutarlo”, Olegario González ya se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento de Laviana.

“Hemos estado hablando con el vicealcalde, Julio García. El resultado de la reunión ha sido satisfactorio para nosotros porque vimos en el Ayuntamiento interés por poder echar una mano en el proyecto. Esperemos que las buenas vibraciones culminen con su apoyo bien con materiales o con alguna cuadrilla que venga a echar una mano”, señalan los vecinos de El Navaliegu.

Los ríos de la zona han ido perdiendo, en las últimas décadas, la mayoría de los molinos que les quedaban. “En el valle del Meruxal había contados 18 molinos, hoy no queda ninguno”, se lamenta González mientras mira a la cuadrilla que trabajó ayer en la iniciativa, Ovidio, Omar y Marcelo Fernández. “Hay que sensibilizar a los ciudadanos de que no podemos perder lo nuestro, porque es lo único que tenemos”, defienden, como emblema revolucionario, en El Navaliegu.

La Voz de Asturias