Horario: De 9 de la mañana a 3,30 de la tarde y
Para concertar visitas: A través del móvil 667756600.
Situación: El Monumento Natural Mina de la Jayona se encuentra en el sureste de la provincia de Badajoz, en el municipio Fuente del Arco, casi en el límite con la provincia de Sevilla.
Situación aérea
El espacio protegido incluye los terrenos circundantes a la mina y tiene una superficie total de 80 ha.
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La mina Jayona vuelve a estar abierta al público. Tras la reunión mantenida con el Director General de Medio Ambiente y con responsables de la empresa pública Gpex (Sociedad de Gestión Pública de Extremadura), la alcaldesa de Fuente del Arco, María del Carmen Dominguez, ha comunicado que este monumento natural podrá visitarse de nuevo tras el cierre de varios meses. De igual forma, se mantendrán los tres puestos de trabajo que existían.
Decreto 115/1997, de 23 de septiembre por el que se declara Monumento Natural la Mina de Jayona. Pdf
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Más información sobre la mina
Tríptico minería pdf
Documento en pdf sobre la mina La Jayona aquí
Historia
El origen de la mina se inicia con la llegada de los romanos y ha estado en explotación en distintas fases hasta su cierre definitivo en el año 1921 el Marqués de Bogarava le vendió el coto minero a la empresa Sociedad Minera de Peñarroya (dos hermanos belgas). Su explotación se caracterizó por sus numerosos fraudes en la declaración de la cantidad y calidad del hierro extraído y la intervención final del estado. La mina fue muy rentable durante la Primera Guerra Mundial, pero el descenso de la demanda y los conflictos sociales posteriores provocaron su abandono.
Desde su cierre estuvo abandonada sirviendo simplemente como lugar de pastoreo para el ganado de la zona. Desde finales del siglo XX se recuperó para uso recreativo, primero de forma espontánea y después como valor turístico.
A principios del siglo XX, entre 1900 y 1921, casi 500 mineros, incluidos mujeres y niños, excavaron la Sierra de la Jayona en las minas «Monstruo» y «Ya te lo decía», que formaban el coto minero de La Jayona, para extraer más de 270.000 toneladas de mineral de hierro de las calizas que lo ocultaban.
Hasta el año 1905, el mineral era transportado con borricos hasta la fundición de Fuente del Arco, y a partir de este año, con ayuda de un teleférico, ya desaparecido, que atravesaba las sierras cargando con el hierro extraído por los mineros. En la fundición, situada en la estación del ferrocarril, a más de 6 km de la mina, se realizaba el primer tratamiento del mineral, antes de ser transportado por un ferrocarril de vía estrecha, del que todavía se conserva el trazado, hasta la fundición de Peñarroya, propiedad de la Sociedad Minera de Peñarroya, explotadora también de la Mina La Jayona.
La explotación dejó una ladera llena de escombreras de color rojizo que sobresalen sobre el verde mediterráneo de la Sierra de la Jayona, escombreras entre las que se esconden cargaderos y ruinas mineras, testigos de un pasado reciente más próspero. Pero, sin lugar a dudas, el mayor legado de la explotación lo constituye el hueco excavado para extraer el mineral, que con sus más de 700 m de longitud y 50 m de profundidad, ha dejado al descubierto las entrañas de la tierra. Por este hueco, en la actualidad, pueden recorrerse cuatro de los 11 niveles dejados por la explotación.
El final de la Primera Guerra Mundial significó el cierre de la actividad minera en la mina Jayona, en el sureste de la región. Han pasado muchos años desde aquel 1921, y la mina volvía a cerrarse en enero al no renovar la Junta de Extremadura el convenio de colaboración que subscribía anualmente con el Ayuntamiento de Fuente del Arco para el mantenimiento de la mina. La petición de renovación fue solicitada por la Alcaldía en el mes de agosto pasado, pero no se recibió respuesta hasta diciembre. En ella se comunicaba el cierre temporal de las instalaciones. Un cierre que ha durado dos meses.
Geología, flora y fauna
En el año 1900, la mina de la Jayona producía 3.960 toneladas de hierro. Dos décadas después, en 1921, tras haber extraído unas 270.000 toneladas, cuyo resultado fue una espectacular 'trinchera' de 80 metros de profundidad de media, finalizó la explotación.
Muchos años más tarde se convirtió por decreto (115/1997 23 de septiembre) en un monumento natural que formaba parte de la Asociación de Cuevas Turísticas de España (ACTE).
Así comenzaba una 'segunda vida' para este enclave que se convertiría en un referente turístico. Durante un tiempo estimado de una hora y cuarenta y cinco minutos, los ciudadanos tenían la oportunidad de recorrer una ruta guiada de unos dos kilómetros que incluía visitar las ruinas de la industria minera, el cargadero interior de los minerales, el plano de falla y la sala de las columnas.
Además del atractivo geológico, ya que los turistas pueden disfrutar del gran espejo de falla visible desde varios niveles, las mineralizaciones de hierro o el proceso de formación de relieves con estalactitas en formación, la mina se convirtió en todo un 'museo' de vegetación, ya que auna la más típica de climas húmedos (helechos, musgos o almez) con la del monte mediterráneo propio de la zona. Los amantes de la fauna tampoco se sienten defraudados, ya que los pozos abandonados de la mina se han convertido en el hábitat natural de reptiles, anfibios, aves y mamíferos, entre los que destaca una colonia de murciélagos que habitan los huecos dejados por los mineros.
Fuente información http://www.hoy.es
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