El título de esta noticia es la que da nombre a esta entrada que os presento hoy sobre una visita que se realizó en Alicante para mostrar su patrimonio industrial. El guía de la ruta fue el arquitecto Rubén Bodewig.
A continuación os transcribo las noticias aparecidas sobre la misma.
La Universidad de Alicante ha organizado una ruta guiada por la antigua arquitectura industrial de la ciudad de Alicante. Este recorrido a pie, que se desarrollará durante la mañana de este sábado 3 de marzo, incluirá visitas organizadas y explicaciones sobre la historia, arquitectura, estructura y funcionamiento de una decena de recintos e instalaciones. Durante unas cinco horas los participantes visitarán los pocos vestigios que permanecen en pie en la ciudad de Alicante que hablan de su desconocido pasado industrial con origen en los finales del siglo XIX y primera mitad del XX.
El itinerario arrancará en la Estación de ferrocarril e instalaciones anejas, donde se observará cómo afectan las obras del AVE a su arquitectura histórica. Seguirá luego por la antigua estación de Benalúa (futura Casa Mediterráneo), las harineras de harineras de Bufort y Cloquell y el recinto portuario. Se visitará luego el tranvía entre Puerta del Mar y Goteta y la estación de ferrocarril de FGV de La Marina y sus tinglados. El recorrido incluirá la refinería subterránea de La Británica (Serra Grossa) y terminará en la antigua Fábrica de Tabacos, actualmente Centro Cultural Cigarreras.
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La diversidad de los recintos permitirá conocer "distintos tipos de edificaciones, métodos constructivos, materiales, estructuras, épocas históricas, estilos compositivos, así como intervenciones en el patrimonio, restauraciones, abandonos, oportunidades de futuro", según explica el guía de esta ruta, Rubén Bodewig. Este alumno recién titulado,y profesor colaborador honorario del Departamento de Expresión Gráfica y Cartografía, asegura que el recorrido permitirá comprobar cómo las antiguas construcciones industriales y ferroviarias modifican y condicionan el desarrollo de la ciudad . "Por lo general estos recintos son muy flexibles, con muchas posibilidades para adaptarlos a los nuevos tiempos, y no sólo como contenedores culturales, sino como oficinas y hasta viviendas. En países de Europa se han reconvertido antiguas fábricas y silos con excelentes resultados", agrega.
Huellas del pasado que reclaman un nuevo uso en la ciudad
La actividad industrial lleva habitualmente aparejada una arquitectura que, en mayor o menor medida, configura un paisaje. En el caso de las instalaciones propias de tiempos pasados, la morfología es aún más característica y con frecuencia da lugar a espacios muy singulares, que pueden llegar a convertirse en una seña de identidad. Y Alicante no es una excepción. La industria tuvo un peso muy importante en la economía de la ciudad hasta hace no demasiado tiempo, y eso todavía se refleja en muchas construcciones cuya antigüedad ya les confiere de por sí un valor histórico, al que se unen atractivos arquitectónicos y hasta un potencial turístico.
La Escuela Politécnica Superior de la Universidad de Alicante culminó ayer las actividades de su Semana Cultural con una ruta por siete de esos elementos clave del patrimonio industrial alicantino. Las estaciones de ferrocarril, el recinto portuario y las fábricas harineras próximas, la refinería de petróleo de Sangueta y la fábrica de tabacos son imágenes muy representativas de Alicante, pero en buena medida desconocidas para el gran público. Además, algunas de esas instalaciones corren serio riesgo de desaparecer al no estar protegidas. Por ello, la concienciación sobre esos aspectos era uno de los principales objetivos de la jornada, tal y como explicó el guía de la ruta, Rubén Bodewig.
Arquitecto y miembro de la Asociación Cultural Alicante Vivo, el organizador indicó que todos los puntos del recorrido son "tesoros de la ciudad que han sido menospreciados u ocultos". El primero de los ejemplos visitados durante la mañana de ayer fue la estación de ferrocarril Alicante Término, con especial atención a los elementos que perviven de las instalaciones originales de 1858, como la cubierta metálica o uno de los tinglados de carga. El riesgo de que estos vestigios de mediados del siglo XIX desaparezcan con las obras del tren de alta velocidad fue uno de los aspectos en los que se incidió, al igual que en lugares como las harineras o la estación del Trenet de la Marina, por respectivos proyectos urbanísticos.
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La montaña horadada
No obstante, el punto culminante fue sin duda la visita a los restos de la refinería que funcionó hasta hace aproximadamente medio siglo en la zona de Sangueta, al pie de la Serra Grossa. Según Bodewig, allí se llegó a producir "el 55% del petróleo que se consumía en España" y, por sus características, "es un patrimonio único que, tristemente, está abandonado y que la mayoría no conoce". Junto al edificio principal de la factoría, ya desaparecido, existía un complejo de depósitos subterráneos, excavados bajo la montaña, que está todavía intacto. Su recuperación y habilitación para visitas, argumentó Bodewig, sería relativamente poco costosa, pero no se contempla por el momento.
Los asistentes, alrededor de 30, mostraron en general una gran satisfacción por el recorrido. Buena parte de ellos eran estudiantes de Arquitectura, como Santiago Romero y Héctor Candela, quienes destacaron que es "una forma de conocer elementos de la ciudad a los que de otra forma no tendríamos acceso" y que "deben ponerse en valor", ya que están "ocultos". Esta falta de visibilidad, lamentan, puede ayudar a que "los políticos puedan quitarse de en medio algunos de estos edificios si no les vienen bien". Por su parte, Pedro Alcañiz, arquitecto jubilado, hizo hincapié en que "hay un gran abandono patrimonial", y que, además, los edificios industriales antiguos presntan características "clásicas, pero que son para toda la vida" y no sucumben ante las "modas" en la construcción.
Carlos Pérez, vocal el Colegio Territorial de Arquitectos de Alicante (CTAA), valoró la iniciativa porque "junta a gente de varias disciplinas". El responsable destacó que "se está viendo cada vez más movimiento a la protección del patrimonio, pero para intervenir en él y darle uso, y no como algo intocable". En este sentido, citó la recuperación de la Estación de Murcia como sede de Casa Mediterráneo, tras décadas de abandono.
Pero las implicaciones van más allá de la arquitectura. Rosario Navalón, profesora de la UA, y María José Aparicio, guía turístico, recalcaron que "Alicante es una ciudad llena de pequeños tesoros, que vale la pena que los turistas los conozcan, pero también los alicantinos, para que sepan valorarlos". Al respecto, incidieron en que "interesa tener algo singular, y que no se vea que se ha alterado mucho", refiriéndose al caso concreto de la refinería de Sangueta, que podría ser "muy atractivo para darlo a conocer al gran público".
Diario Información
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