Interesante artículo, aunque breve, que trata sobre el uso de antiguas construcciones ferroviarias para viviendas o usos sociales, es una propuesta de Adif. Me parece que está muy bien este tipo de propuestas para reutilizar y mantener con “vida” antiguas instalaciones para que no se echen a perder ni se deterioren y todo por un bajo precio de alquiler.
Alquileres para viviendas o uso social que impidan el expolio de los edificios.
Conservar el patrimonio ferroviario español es una de las principales misiones con las que trabaja día tras día Adif y para ello, entre otras medidas, en los últimos años ha optado por alquilar los viejos almacenes de carga y las antiguas estaciones que han quedado en desuso como viviendas o como centros de carácter social. Todo para evitar el expolio al que están siendo sometidos muchos de los edificios ferroviarios y una importante suma de tramos de vías en León, una provincia en la que sólo entre Astorga y el límite con Zamora tiene medio centenar de kilómetros como reclamo para los amigos de lo ajeno.
Un arrendamiento fácil y con unas condiciones económicamente ventajosas hacen que muchas familias sin vivienda estén dispuestas a convivir con el ruido diario del paso de los trenes a escasos metros de su hogar o a instalarse en una zona donde el cierre de la línea férrea ha dado paso a un rincón ‘fantasma’ donde algunos edificios con más de un siglo de vida luchan por mantenerse en pie ante constantes asaltos y actos vandálicos que los han dejado sin puertas ni ventanas o mobiliario y poco a poco van perdiendo todo aquello que pueda acabar convirtiéndose en artículo de chatarrería al peso.
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Adif gestiona en Castilla y León 180 viviendas y almacenes de los cuales medio centenar están vacíos, muchos por el pésimo estado de conservación después de haber soportado casi tres décadas de abandono. Un ejemplo son los edificios de la Vía de la Plata, cerrada al tráfico de viajeros a mediados de los 80, y donde se encuentran ejemplos de inmuebles en un abandono total como los de Valderrey o Valcabado, entre otros, y donde las viejas construcciones de Renfe se han convertido en modernos centros para uso social, como los de La Bañeza.
Vivir en una antigua estación supone para muchos inquilinos acceder a una vivienda por una renta de apenas 30 euros al mes, además del privilegio de disfrutar de un hogar en casonas imponentes que forman parte de ese legado industrial que dejó huella en muchas ciudades y pueblos, donde todavía hay voces que gritan por la reapertura de una línea que hace casi tres décadas dejaba de ser rentable económicamente y que hoy es un gancho muy apetecible para los amigos de lo ajeno, como se ha denunciado a lo largo de los últimos tiempos.
La Crónica de León
La Bañeza, León
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