DECRETO
352/2010, de 27 de julio, por el que se inscribe en el Catálogo General del
Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural, con la tipología de
Sitio Histórico, la zona Minera de Cerro Muriano, en los términos municipales
de Córdoba y Obejo.
DESCRIPCIÓN
La
red filoniana de Cerro Muriano, tanto por sus medidas de longitud-profundidad
como por sus altos tenores en cobre, ha de ser considerada como un caso
excepcional en la Península Ibérica. Está constituida por más de 100 filones,
siendo 17 los aflorantes y encajados en fracturas hercínicas tardías o en otras
más antiguas que se reactivaron entonces. En su génesis hidrotermal están presentes
especies como la pirita, pirrotina, calcopirita, cobres grises, arsenopirita,
bornita, blenda, galena y minerales secundarios, siendo predominante el cobre y
la calcopirita.
El
origen de la minería en Cerro Muriano hay que buscarlo en el III milenio a.C.,
durante el Calcolítico, momento que adquiere una especial relevancia, pues es
entonces cuando comienzan a formarse estructuras relativamente estables de liderazgo
social que provocan la formación de las primeras sociedades con jerarquía entre
sus miembros. Estos viejos sistemas de explotación a cielo abierto han dejado,
en parte, sus huellas, emergiendo a la superficie en forma de embudos, cortas,
pozos, socavones en rampa o extensas escombreras donde se han recogido con
frecuencia martillos de escotadura de diversa tipología, desde los más toscos
de escotaduras laterales, a los más evolucionados.
Pero
no es hasta la época romana cuando los filones de cobre de Cerro Muriano
comienzan a explotarse de forma intensa y sistemática, especialmente en la
minería subterránea, como lo demuestran los pozos de San Rafael, Levante o Victoria,
donde se llega a bajar a más de 150 metros de profundidad en busca de los
codiciados sulfuros. La arquitectura minera romana ha dejado huella, muy
probablemente, en los arcos interiores de las galerías, los sistemas de
entibación por sostenimiento artificial y la canalización de atanores finos;
así como en la bocamina o socavón de desagüe de Suerte Alta y el Tornillo de
Arquímedes que fue hallado en uno de los pozos mineros de Cerro Muriano antes
del año 1927, con unas dimensiones de 1,50 m.
Las
fundiciones romanas del Cerro de la Coja o el filón cuprífero de Siete Cuevas
conforman uno de los complejos de minería subterránea antigua más importantes
de cuantos se conocen en la Península Ibérica. El magnífico estado de
conservación de la mina Siete Cuevas ha permitido su estudio y ha revelado un
alto desarrollo de la ingeniería y tecnología minera que indican la existencia
de una alta especialización en el trabajo y de una planificación previa.
Los
sulfuros arsenicales de la Zona Minera de Cerro Muriano no vuelven a ser explotados
hasta bien entrado el siglo XIX, cuando la explotación de mineral se reduce a
la recolección de escorias en superficie, «… dando esto ocasión a que se haya
formado un pequeño centro de actividad industrial, donde no obstante la riqueza
y abundancia de aquellas, están limitados los trabajos á reducida escala»
(Vilanova J., 1872, 187-228).
Pero
es a finales del XIX cuando las compañías de capital inglés adquieren en
arrendamiento estos recursos mineros y se comienzan a explotar de forma
intensiva e industrial los filones de cobre. Fueron cuatro las compañías
inglesas que se asentaron en Cerro Muriano, la cuarta, Córdoba Copper Company
Ltd., fue la última y más potente. Establecida en 1908, se dedicó tanto a la
extracción de mineral como a la fundición del mismo, en la conocida actualmente
como «Fundiciones y Lavaderos de la CCC Ltd.». Se trata de un complejo
excepcional en la metalurgia del cobre no sólo para Andalucía sino también para
el resto del Estado, ya que muy pocos ejemplos de este tipo de plantas
industriales inglesas han logrado sobrevivir hasta nuestros días, aunque, como
en este caso, en forma de restos.
La
zona de lavaderos y fundiciones conectaba con la vía férrea minera de
Córdoba-Bélmez. Este engranaje era posible gracias a la red de caminos que partían
de muchos de los pozos, barrios mineros y oficinas que conectaban con el eje principal,
es decir, la carretera de Córdoba-Almadén y, a su vez, con la línea de tren
(paralela) antes mencionada. Testigos del intenso discurrir de mercancías de
mineral son la casa del paso a nivel, la casa pasaje de Cabanillas y la
estación de ferrocarril, coetáneos a esta época de principios del siglo XX.
Para
responder a la necesidad de disponer de mano de obra junto a los pozos se dio
lugar a edificaciones de barrios de mineros, de los que quedan vestigios como
el conocido «Barrio Norte», próximo a los pozos núm. 2, núm. 1 y núm. 3, o el
«Barrio Casas para Obreros» también conocido como «Barracas y Chozas Muriano»,
al suroeste, cercano a los pozos de Santa Victoria y San Rafael. Las casas de
los mineros eran de muy baja calidad constructiva, de hecho no quedan rastros de
las chozas circulares ni de los barracones donde se alojaban, quedando sólo de
aquellas construidas con mampuesto, ladrillo y carbonilla.
Resulta
significativo por tanto que los restos peor conservados de todo este complejo
minero-industrial sean las viviendas de los mineros (tan abundantes en aquella época),
lo cual indica el tipo de vida de los mineros en este modo de producción
industrial. Y así también queda reflejado en la festividad de Santa Bárbara,
celebrada el 4 de diciembre, cuando los mineros sacan en procesión a su santa
patrona y le cantan y piden fervientemente que les proteja en la mina.
Esta
fiesta local de Cerro Muriano, aún vigente, constituye un ritual simbólico
religioso-festivo de fuerte identificación local. Los problemas de falta de
competitividad y de mano de obra provocaron la quiebra en 1918 y el cierre al
año de la CCC Ltd. Después de esa fecha hay documentados trabajos de minería
del cobre a muy reducida escala, como las labores de recuperación llevadas a cabo
por la empresa vasca Minera de Cantos Blancos en el Cerro del Depósito, entre
los años 1955 y 1961.
Este
complejo industrial descrito fue desmantelado y abandonado y nada queda de la
maquinaria. Fruto de este proceso la Zona Minera de Cerro Muriano conserva
actualmente todo un conjunto de restos interrelacionados, a través de los
cuales es posible reconocer este valioso patrimonio que configura y se integra
en el paisaje de sierra, y que está gravemente amenazado por las urbanizaciones
y expansión de éstas.
Existe,
además, un interesante conjunto de utensilios y documentos relacionados con la
Zona Minera de Cerro Muriano que actualmente se encuentran depositados en
varios museos, principalmente en el Museo del Cobre del término municipal de
Obejo, y en el Museo Arqueológico y Etnológico de Córdoba.
Desde
el siguiente link se puede leer y descargar el decreto.
NOTICIAS
SOBRE CERRO MURIANO
Se
inscribe como Bien de Interés Cultural, con la tipología de Sitio Histórico, la
zona Minera de Cerro Muriano
Fuente
de la noticia http://feriamineralespenarroya.blogspot.com/
“Cerro
Muriano es como un libro de historia de la minería”
Fuente
de la noticia https://www.diariocordoba.com
5.000
años de historia íntimamente unidos a la minería
Fuente
de la noticia https://www.diariocordoba.com
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