El
XIV encuentro de entidades para la defensa del patrimonio cultural, celebrado en
Madrid el pasado mes de octubre, terminó con gran éxito. Después de poner en común
“experiencias colectivas de esperanza y frustración”, las JORNADAS de PATRIMONIO
CULTURAL Y SOCIEDAD organizadas por “Madrid Ciudadanía y Patrimonio” y “SOS
Monuments” concluyeron con la responsabilidad de redactar este MANIFIESTO DE
BOADILLA, que cuenta con el apoyo de todas las entidades participantes, y está
abierto a otras similares que quieran sumarse al mismo. No se trata de un
compendio sobre el patrimonio, tan solo de las inquietudes más graves y
urgentes que reclaman los distintos colectivos.
Colectivos
y asociaciones que, reunidos en Defensa del Patrimonio Cultural de España,
tenemos la voluntad de constituirnos en una Federación Nacional de Asociaciones
que pueda actuar de interlocutora ante las administraciones, y que se
manifiestan a favor de la urgente necesidad de la conservación, difusión, promoción
y educación en Patrimonio Cultural por parte de la totalidad de la ciudadanía.
A continuación transcribo el
manifiesto
MANIFIESTO
DE BOADILLA
- Denunciamos
el incumplimiento sistemático por parte del Estado y de las comunidades
autónomas de las leyes estatales y autonómicas en defensa del Patrimonio
Cultural, y expresamos la exigencia de que dichos organismos acaten
obligadamente su propia legislación.
- El
concepto de Patrimonio Cultural es cambiante a lo largo del tiempo, y se
enriquece con nuevos criterios que vienen a complementar los tradicionales.
Así, en los últimos años se ha comenzado a valorar el patrimonio industrial, el
inmaterial, el paisajístico y las infraestructuras y tramas (físicas o no) que
vertebran un territorio. Las administraciones públicas deben estar atentas a
estos cambios de sensibilidad para establecer la legislación correspondiente
que permita su adecuada valoración y protección.
- La
protección del Patrimonio Cultural contra el expolio es una obligación establecida
en la Constitución y ratificada por diversos convenios internacionales, que
debe ser secundada por todas las administraciones públicas en cualquiera de sus
niveles de actuación. El Ministerio de Cultura debe tener por añadidura un
papel destacado en la defensa de ese Patrimonio, coordinando y liderando la
investigación en la materia y disponiendo de especialistas y técnicos del más
alto nivel. Su actuación no debe limitarse a la simple defensa de los Bienes de
Interés Cultural declarados por las distintas administraciones, sino al fomento
de su aprecio por la ciudadanía y de la participación comunitaria en su
gestión.
- Manifestamos
la necesidad de que el poder judicial tenga un papel protagonista en la defensa
del Patrimonio cuando el resto de las administraciones planteen actuaciones que
dañen bienes culturales, estén o no estén catalogados, pues acudir a la
justicia es un derecho ciudadano para evitar las arbitrariedades contra los
bienes culturales. Por tanto, jueces y fiscales habrán de controlar con
carácter efectivo la legalidad de las políticas patrimoniales y urbanísticas de
las administraciones, así como su aplicación. Solicitamos para ellos la
sensibilidad y la formación especializada que exige el artículo 46 de la
Constitución; y apostamos por una fiscalía específica de Patrimonio y
Urbanismo.
- El
estudio, la conservación y rehabilitación de los bienes culturales deben ser
realizados por profesionales especializados: historiadores, arqueólogos,
conservadores restauradores y arquitectos con formación y experiencia en
Conservación-Restauración. Resulta aconsejable el fomento de equipos
interdisciplinares. Es imprescindible delimitar por ley quiénes pueden realizar
y ejecutar estos proyectos, atendiendo a criterios técnicos y no sólo a criterios
económicos. Manifestamos que debe revisarse la Ley de Contratos del sector
Público, erradicarse de la administración los concursos con bajas económicas
temerarias y que el Código Técnico de la Edificación (CTE) debe adaptarse a la
legislación de Patrimonio Cultural.
- Advertimos
que el patrimonio arquitectónico en general está en peligro, incluyendo los
cascos antiguos, los centros históricos protegidos y la arquitectura popular de
todo tipo, con ayuntamientos que practican políticas urbanísticas que amparan
el expolio a favor de los intereses particulares (promotores y constructores, a
veces vinculados al turismo) y en contra del interés público y el bien común. A
la legislación vigente hay que sumar como referencia ineludible el Informe
Auken sobre el impacto de la urbanización extensiva en España (2009), y la
aplicación de los Convenios para la protección del Patrimonio Arquitectónico,
Arqueológico, del Paisaje y a favor de la sociedad, promovidos por el Consejo
de Europa y suscritos por nuestro país -y por tanto de obligado cumplimiento-.
Estos convenios deben ser instrumentos de uso habitual en el Ministerio de
Cultura, en las Direcciones Generales de Patrimonio de las Comunidades Autónomas
y en los Ayuntamientos.
- Pedimos
un planteamiento reflexivo y serio por parte de las instituciones
universitarias y gubernamentales para el tratamiento específico del Patrimonio
Etnográfico y Etnológico (material e inmaterial) en todos sus ámbitos
(museográficos, históricos y sociológicos) considerándolo en igualdad de
relevancia y valor patrimonial -a todos los efectos- que el resto de los Bienes
Culturales; así como la valoración de los conocimientos aportados por las
clases populares (rurales y urbanas) como parte de los procesos de evolución y
transformación general de la sociedad. Se observa la necesidad de realizar
investigaciones o recopilaciones urgentes de oficios tradicionales, formas de
vida, juegos, tradiciones festivas, religiosas, etc., pues las personas que los
conocen o los han vivido están muriendo y todas esas formas de vida con ellos.
- El
valor crematístico de un bien con interés patrimonial pertenece a su legítimo
propietario, pero su valor cultural pertenece al conjunto de la sociedad y –por
tantodebe ser conservado y defendido en pro del interés común por las
administraciones públicas y por la ciudadanía en general. La ley debería
recoger una exigencia normativa por la cual cualquier edificio con valor
histórico -especialmente si es de titularidad pública- no pueda ser abandonado
o vaciado de su uso tradicional sin que previamente se haya determinado su
nuevo uso o, en todo caso, se concreten las actuaciones o medidas que se
tomarán para asegurar su conservación. Las autoridades administrativas deben
revisar los acuerdos con los propietarios privados de bienes culturales para
llegar a conciertos que mejoren, de acuerdo con la ley, las condiciones de
acceso al público (días y horas de apertura).
- Manifestamos
el deseo de colaborar en la reversión de los bienes histórico-artísticos
inmatriculados por la iglesia católica a la situación inmediatamente anterior a
1978, por ser bienes de dominio público.
- Las
asociaciones ciudadanas sin ánimo de lucro y con una trayectoria contrastada en
defensa del Patrimonio deben tener un papel activo a la hora de promover los
expedientes administrativos conducentes a la protección de ese Patrimonio. Su
opinión deberá ser tenida en cuenta obligadamente por todas las
administraciones públicas y deberán ser oídos en los órganos consultivos de las
distintas CCAA. Del mismo modo, las iniciativas y solicitudes de protección
legal de un bien deberán ser respondidas expresamente por las distintas
administraciones a quienes se dirijan. El Patrimonio Cultural es un recurso
comunitario no renovable y, por tanto, no resulta aceptable la indiferencia.
Las administraciones públicas deben impulsar de forma decidida el tercer sector
-de patrimonio histórico- facilitando medios y recursos a dichas asociaciones o
entidades ciudadanas.
- Las
administraciones deben estar obligadas a valorar los informes fundamentados
elaborados y/o presentados por las asociaciones ciudadanas sin ánimo de lucro
que buscan la protección de un bien patrimonial. No puede ser que estos
informes fundamentados sean contrarrestados por informes “de parte” -o incluso
"de complacencia"- encargados por los propietarios de esos bienes o
por los entes afectados, y a veces hasta emitidos desde la propia
administración, que actúa así como juez y parte.
- La
creciente despoblación y gentrificación en la España interior implican que el
Gobierno estatal y las Comunidades Autonómicas deben habilitar medidas
explícitas extraordinarias para evitar la pérdida de Patrimonio, tanto en
recintos históricos como en las zonas rurales. Apostamos para que se dote una
plantilla de “Guardas de Monumentos y Agentes de Protección del Patrimonio”.
NOTICIA
SOBRE EL MANIFIESTO
La
defensa del patrimonio cultural ya tiene su “lobby”
Fuente
de la noticia https://elpais.com/
1 comentario:
Que excelente documento, recoje todas las inquietudes que los Gestores Culturales venimos clamando durante más de 40 años, y aquí tenemos un ejemplo a seguir, pongamos manos a la obra para emular la iniciativa y sus objetivos, esta vez sin perder liderazgo ante el ente rector (Mincul) que ha demostrado día a día estar en contra de lo que debe defender.
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