La Hacienda de Los Príncipes se
halla situada en el casco del Realejo Bajo, en la calle de Los Molinos.
Constituye uno de los hitos patrimoniales de Los Realejos, tanto por su
importancia histórica, en el contexto de la evolución socioeconómica del norte
de Tenerife, como por su interés arquitectónico. Desde su primer propietario,
Alonso Fernández de Lugo, hasta Guillermo Camacho Pérez-Galdós (1898-1995), la
hacienda mantuvo todos sus elementos arquitectónicos en buen estado.
La Hacienda posee los siguientes
elementos significativos: la ermita de San Sebastián (1730); el inmueble
conocido como La Parra Alta (siglo XVII); las antiguas construcciones de Los
Molinos de Agua -La Rueda-, con sus antiguas canalizaciones de madera y la
maquinaria, y cubiertas de teja a cuatro aguas, además de los cubos
troncocónicos por los que caía el agua que movía el molino (siglo XVII); el
estanque del ingenio (siglo XVII); La Gota, un pequeño estanque azulejeado; una
gruta con la imagen de la Virgen de Lourdes (1701), y unos lavaderos en
dirección a Los Molinos, enclavados todos ellos en los célebres jardines de la
Hacienda, con paseos y parterres escalonados, con pequeñas fuentes y estanques.
La Hacienda de Los Príncipes fue
declarada Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de Monumento por Decreto
56/2009, de 19 de mayo (BOC, 1 de junio de 2009). Y parte de la misma (Los
Molinos de Agua), se hallaba afectada por el Plan General de Ordenación
Urbanística del Ayuntamiento de Los Realejos, aprobado en el año 2004, y más
concretamente por el llamado Plan Parcial SAPUR 9 "Los Molinos". En
dicho Sapur 9 "Los Molinos" (BOP, 30/1/2004), se decide destinar algo
más de 22.000 metros cuadrados a distintos usos: equipamiento público
(edificaciones y espacios), 1.268 metros cuadrados; uso dotacional (docente,
deportivo o social), 1.990 metros cuadrados; espacios libres, 3.280 metros
cuadrados; superficie edificable, 16.290 metros cuadrados; 1.500 metros
cuadrados de las carreteras proyectadas (no contabilizado en el total).
Desafortunadamente, en la revisión
del Plan General de Ordenación de Los Realejos 2012 (actualmente solo tiene un
carácter divulgativo, ya que sigue vigente el plan del año 2004), no se tiene
en cuenta la protección de la Hacienda de Los Príncipes. En dicho plan se habla
de un área de oportunidad (AO_TRS_06) que secciona en dos partes la parcela de
Los Molinos del Agua; algo totalmente absurdo y que va en contra de la propia
declaración como bien de interés cultural.
Más allá de las limitaciones de este
plan parcial o de los venideros, es claro y notorio que Los Molinos de Agua son
un patrimonio arqueológico y etnográfico único en Canarias. Su rehabilitación
en forma de parque etnográfico sería un atractivo turístico del que adolece el
municipio, y su puesta en marcha supondría para el Realejo Bajo el incentivo
económico que tanto necesita y que los distintos gobernantes le han negado. En
definitiva, la rehabilitación del parque etnográfico Los Molinos de Agua
vendría a ser para el Realejo Bajo lo que la construcción del puerto
pesquero-deportivo y comercial para el Puerto de la Cruz.
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