Autor Laia Mestre
En
la plaza del Poble Romaní, en el núcleo histórico de Gràcia, se alza solemne la
única chimenea del siglo XIX que aún se mantiene en pie en el distrito,
testimonio del protagonismo de la industria en la Vila durante aquellos años.
En ella, una inscripción proclama: «Gràcia al senyor Francesc Puigmartí i
Caparà que va instal·lar el 1839 la fàbrica tèxtil amb el nom de Vapor Nou». La
chimenea perteneció a la antigua fábrica textil Vapor Puigmartí, la segunda que
se instaló en el distrito después de Vapor Vilaregut (calle del Perill con
Torrent de l'Olla), conocida popularmente como Vapor Vell.
Vapor
Puigmartí se inauguró en 1841 en la zona de Travessera de Gràcia, entre las
calles de Torrent de l'Olla y Torrent d'en Vidalet y adoptó el sobrenombre de
Vapor Nou
Terreno
para la industria
En
la primera mitad del siglo XIX se produjeron en la Vila de Gràcia innovaciones
en la forma de producción, vestigios de la revolución industrial. Una de las
más importantes fue el uso del vapor como fuerza motriz. Con estos avances
llegó la necesidad de encontrar grandes espacios para la creación de una
importante arquitectura fabril, ya que las murallas de Barcelona hacían difícil
la construcción de estos grandes complejos. Además, las tasas eran muy
elevadas. Por eso, la Vila de Gràcia, entonces un pueblo cercano a la ciudad,
se convirtió en una zona muy atractiva para este tipo de proyectos. Así, en
1837 se instaló en el actual distrito la fábrica Vapor Vilaregut, y dos años
más tarde, la fábrica Vapor Puigmartí. Ésta última dio trabajo a unas 500
personas y, en 1852, durante sus años de máximo esplendor, contaba con 120
telares mecánicos y 800 trabajadores.
Los
vecinos del distrito de toda la vida no han olvidado la fábrica Vapor Nou y la
importancia que tuvo para la Vila. «Tengo 80 años y he nacido en estas
calles --explica Josep Garcia--. Recuerdo perfectamente la antigua
fábrica, que ocupaba casi toda la calle de Siracusa. Fue muy importante para
Gràcia porque creó puestos de trabajo y se colocó mucha gente de aquí», afirma
Garcia.
Imagen del artículo |
En
1852, durante su estancia en Barcelona, la reina Isabel II visitó la fábrica
Vapor Puigmartí. Este hecho remarcó la importancia de la fábrica dentro de la
industria textil que se estaba desarrollando en esos años.
Alrededor
de la fábrica se edificaron numerosas viviendas obreras y se urbanizaron calles
como la de la Llibertat, Progrés y Fraternitat, nombres que aluden y recuerdan
el espíritu del momento. Así, se podía ofrecer a los obreros viviendas en el
mismo sitio donde trabajaban.
Vapor
Puigmartí no estuvo exenta de conflictos laborales. En 1841, gente opositora a
la instalación de fábricas porque consideraban que les arruinarían, intentaron
prenderle fuego. Además, en 1855 hubo un complot para matar a Puigmartí.
Finalmente, las penas fueron leves para los imputados por falta de pruebas.
La
fábrica siguió en pie hasta 1876, cuando un incendio la destruyó por completo y
más tarde fue desmantelada. El antiguo solar fue ocupado por algunos pisos y
parte de él se utilizó para construir el mercado de l'Abaceria Central, en
1892, que en 1913 se convirtió en un mercado municipal.
La
antigua chimenea ha sido rehabilitada recientemente dentro del proyecto de
urbanización de la plaza del Poble Romaní.
2 comentarios:
Hola,
Te felicito por tu blog. Soy fotógrafo y tengo como afición la exploración urbana, te invito a visitar mi blog donde podrás ver muestras actuales de patrimonio industrial abandonado en Mallorca. Saludos.
Hola!
muchas gracias por tu comentario, y también por invitarme a visitar tu blog, que me ha parecido muy interesante con unas fotografías espectaculares, me gusta mucho este tipo de blogs, es una afición fascinante visitar lugares abandonados.
un saludo
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