La riqueza de los restos de El
Palao atestigua las formas de vida anteriores a la era romana. Con cada
hallazgo, por pequeño que parezca a simple vista, los arqueólogos e
historiadores pueden establecer hipótesis sobre cómo fue uno de los
periodos más indocumentados de la historia, también conocido como
protohistoria. La inexistencia de un sistema de escritura ampliamente extendido
así como la total sustitución de las costumbres íberas por la cultura
del Imperio Romano reduce las posibilidades de conocer al detalle el
periodo. Pero no por ello resulta imposible. Así lo demuestran las excavaciones
que cada verano se llevan a cabo en El Palao, que este año cuentan con la
participación de voluntarios debido a la imposibilidad de financiar el
proyecto.
El hallazgo más importante de los
trabajos que finalizaron el martes es una estructura de un gran edificio que
podría ser utilizado de forma comunal entre los vecinos del antiguo poblado.
Está ubicado en la parte noroeste, zona en la que se ha centrado el
proyecto este año. La investigación, dirigida por los arqueólogos José
Antonio Benavente y Salvador Melguizo, preveía en un principio que la zona
excavada pudiera corresponder a una vivienda convencional, pero se ha
descubierto que no es así. La distribución del edificio y sus dimensiones hacen
suponer que se trata de algún tipo de servicio público.
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En primer lugar, la estructura
encontrada dispone de un gran almacén de 25 m2. «Es muy poco
probable que un almacén de estas dimensiones perteneciera a una casa
particular. De ser así, debía tratarse de una casa muy importante, aunque
nuestras tesis van en otra dirección. Lo más probable es que estemos hablando
de un molino de aceite o vino», apunta Benavente.
El almacén encontrado tiene
un banco perimetral de yeso y una plataforma central que culmina en
una cubeta para recoger líquidos. En el banco es donde se depositarían las
vasijas y tinajas utilizadas para el proceso de obtención y almacenaje de vino
y aceite. También destaca el hecho de que el hallazgo se encuentra en una
zona periférica de El Palao. Está en un enclave alto, protegido y difícil
de atacar.
Sobre el contenido, el director de
la excavación puntualiza que «en la época de la que estamos hablando,
aproximadamente el año 100 a.C. o época ibero-romana, podríamos pensar que
los víveres que debía contener este almacén son el aceite y el vino ya que eran
dos de los líquidos básicos de la época. No tenemos datos seguros para decidir
cuales de ellos, podrían ser los dos, pero por la semejanza con los yacimientos
de otros municipios como los restos de Urrea de Gaén parece que
podría tener relación sobretodo con el aceite».
Tanto las dimensiones del almacén
como la existencia de tres entalladuras para sostener postes de madera
refuerzan la hipótesis de que los restos puedan tratarse de un antiguo
molino. Estos últimos elementos son grandes orificios excavados en el suelo que
se sitúan junto a una zona más profunda de decantación donde podrían ir a parar
los líquidos obtenidos del proceso de moltura. Los encargados de
excavar los restos han descubierto que esta pequeña balsa presenta restos de
cal, una sustancia que no concuerda con la posible utilidad del molino y que no
se sabe exactamente porqué se conserva ahí.
Más datos del hallazgo
Según Benavente, el descubrimiento
presenta una estructura de distribución porhabitaciones. «Ya hemos
encontrado cinco habitaciones de mayor tamaño, que no encajan con las
reducidas dimensiones de una vivienda particular. Esto nos hace suponer que los
restos no se corresponden con la bodega de una casa o, por lo menos, de
una casa de íberos humildes», señala el arqueólogo. Al igual que en el
resto de sociedades, los poblados íberos también contaban con división entre
familias con más o menos potencial económico.
Sin embargo, la presencia de los
postes para los molinos hace presagiar el uso comunal del hallazgo. La
estructura encontrada también se basa en la intercalación de espacios
abiertos y cerrados ya que tiene un espacio al aire libre y unos muros de
cierre.
Al parecer, el edificio encontrado
podría tener dos plantas porque los arqueólogos participantes en los trabajos
de este verano han encontrado una zona donde se podría ubicar una escalera o
rampa para acceder a un piso superior. Este hallazgo se basa en suposiciones ya
que no hay ningún testigo arqueológico que demuestre la efectiva existencia de
las dos plantas.
Pese a que nada más concluir los trabajos
la información se sustenta en tesis todavía por verificar, tanto la experiencia
de los coordinadores del proyecto como la comparación con otros enclaves
similares podrían ser suficientes para ir verificando poco a poco las pesquisas
iniciales.
Yacimiento
El Palao
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