El Molí Vell de La Vall d'Uixó ya es historia. Este jueves se procedió al derribo parcial de la estructura que sufrió un incendio hace ahora casi cuatro años.
Una excavadora fue la que, a través de su brazo telescópico, fue derribando los muros exteriores, que era lo único que se salvó del incendio de aquella noche. Poco a poco, pero sin cesar, fue como se comenzó a enterrar parte del pasado de aquel “Molí Vell” que se utilizó en el siglo XIX y principios del XX, hasta la llegada de la naranja, para tratar cereales y arroz.
El Molí Vell forma parte del conjunto histórico que forman los acueductos de la localidad, así como la Fàbrica de la Llum que es el actual Centro Social Mare de Déu del Roser y que en su momento se proyectó como Museo de la Ciudad. Desde el Ayuntamiento, hace ya años, se intentó la compra del edificio para integrarlo en el conjunto y hacerlo visitable, aunque un incendio acabó con todas las ilusiones.
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El derribo de un elevado porcentaje del Molí Vell guarda relación con el incendio que se produjo el 28 de mayo de 2008, justo ahora hace cuatro años, que destruyó prácticamente todo el edificio (se quedó sin techo), hubo derrumbes interiores y poco a poco las altísimas paredes estaban más deterioradas. El estado del edificio suponía según técnicos municipales un alto riesgo de derrumbe, que podía producirse en cualquier momento y ocasionar graves problemas, incluso a personas.
Y es que el deterioro de un edificio muy bien conservado fue notable desde que entraron grupos de personas en su interior que utilizaban las instalaciones, incluso haciendo butrones en las trapas. De hecho, siempre se sospechó que el incendio provino por causas relacionadas por estas personas, que aún en malas condiciones, han seguido entrando en las instalaciones. Además en dicho incendio resultó herido un bombero en las tareas de extinción.
El derribo, que ha sido parcial, ha estado en todo momento controlado por un equipo arqueológico debido a que el molino linda con el acueducto íbero-romano de la localidad, con el objetivo de controlar todo el proceso. Según la arqueóloga municipal, María Luisa Rovira, “se ha derribado la parte más alta de las paredes, que era la que presentaba un gran riesgo, aunque se conserva parte de la estructura del molino, en concreto la parte más antigua, así como quedará una parte a vistas del público una vez se desescombre y adecúe la zona”. Además, si hubiera que rehacerlo en algún momento, podría reconstruirse.
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