Autor entrevista: Julio Vivas
Felipe Burón es el Presidente de la
Asociación Santa Bárbara
Los
socios de la Asociación Cultural y Minera Santa Bárbara de Mieres decidieron
por unanimidad renovar a la junta directiva presidida por Felipe Burón, que
estará al frente del colectivo durante los próximos cuatro años. Afronta el
mandato con la intención de, al menos, mantener las actividades tradicionales,
como son las fiestas de la patrona de los mineros, la Cabalgata de Reyes y las
jornadas de historia y patrimonio. Tampoco descarta Burón afrontar nuevos
retos, admitiendo que estos no siempre salen como uno quiere, como el intento
frustrado de gestionar la Casa Duró.
-Ha sido reelegido por unanimidad, ¿satisfecho?
-Siento
agradecimiento y responsabilidad. Agradecimiento porque los socios siguen
confiando en nosotros, y responsabilidad porque está claro que la asociación
tiene un número muy importante de socios, unos 1.500, así como muchos
colaboradores, que están observando todos y cada uno de nuestros movimientos.
-¿Entrarán algunas caras nuevas en la directiva?
-Siempre
hemos abogado porque se incorporasen nuevos socios al equipo. Necesitamos
sangre nueva porque los años no pasan en balde para nadie, así que contamos con
dos personas nuevas, jóvenes y con mucha ilusión, que sustituyen a Aníbal
Vázquez, porque la alcaldía le ocupa la mayor parte del tiempo y no se puede
estar en dos sitios, a otro compañero que lleva un tiempo viviendo fuera de
Asturias y ya no podíamos contar con él.
-¿Los mierenses siguen asociando a Aníbal Vázquez con Santa Bárbara?
-Siempre
va a estar ligado a la asociación porque la idea partió de él. Todavía recuerdo
cuando nos juntó en una sidrería de Mieres y nos expuso la idea hace ahora once
años. Como somos personas con inquietudes y veíamos que las hermandades de los
pozos corrían el riesgo de desaparecer con el cierre de las explotaciones
mineras, nos planteamos hacer algo más serio y nació Santa Bárbara. Pero como
he dicho, la idea partió de él y nunca va a poder estar desligado de la
asociación, aunque siga como alcalde de Mieres diez, quince o incluso veinte
años, para la gente también seguirá siendo el presidente de Santa Bárbara.
-¿Qué objetivos se marcan para este año?
-Los
de siempre, como son la consolidación de las fiestas de Santa Bárbara, las
jornadas de historia y patrimonio y la Cabalgata de Reyes. Esta última la
realizamos gracias a un convenio con el Ayuntamiento. A parte de eso, siempre
nos rondan ideas como organizar un día del socio, que nunca lo hemos logrado a
pesar de llevar ya once años en pie. No renunciamos a ello e intentaremos
crearlo este año, porque no hay asociación que no tenga día del socio.
-Entre otras propuestas, ustedes llegaron a formular una petición para gestionar la Casa Duró.
-Sí,
hace un tiempo hicimos una propuesta al Ayuntamiento para reabrir estas
instalaciones. Nuestro objetivo era poner en marcha una pinacoteca con temas
mineros, una sala con material de la mina que nos han ido donando, como cascos,
lámparas, punterolas, hachas? y una biblioteca de arqueología y novela minera,
porque también nos donan este tipo de publicaciones. El proyecto se asentaba
sobre esos tres pilares, independientemente de que contásemos también con una
sala más abierta a cualquier tipo de exposición.
-Pero su propuesta no fue aceptada.
-Nosotros
dimos los pasos que teníamos que dar, hablamos con el equipo de Gobierno y con
todos los grupos municipales recibiendo parabienes de todos ellos, y después
metimos el proyecto por registro en el Ayuntamiento. Pero ahí quedó la cosa y a
día de hoy no hemos recibido contestación, a pesar de que pensamos que podíamos
haberle dado un buen contenido a la Casa Duró.
-Parece que es el IES Bernaldo de Quirós el que se lleva el gato al agua, ¿no?
-Eso
parece, la verdad, no nos sienta mal, si finalmente se lo ceden al instituto,
nosotros estamos satisfechos porque sabemos que tienen una pinacoteca
importante y nuestro objetivo era que la Casa Duro se mantuviese abierta,
independientemente de quién la gestione. ¿Qué resulta más interesante su
proyecto que el nuestro? Pues bien, porque el caso es que funcione. Lo único
que me fastidia son aquellos detractores que directamente nos niegan las cosas
sin conocer el trabajo que hemos realizado, en este caso, presentamos un
proyecto claro y seguimos todos los pasos.
-¿Cree que también puede haber influido el hecho de que al estar Aníbal Vázquez en la Alcaldía no quisiera que se considerase un trato de favor?
-Hombre,
también es posible porque todo pesa. De hecho, creo que el papel de Aníbal
respecto a la asociación Santa Bárbara no tiene que ser muy cómodo ya que en el
momento que se concede algo nuevo al colectivo puede verse como un trato de
favor. Nada que ver con la realidad, al contrario, nosotros empezamos a
colaborar con el Ayuntamiento con Luis María García como alcalde, con el que no
había ninguna relación previa, y puedo decir que discutimos más ahora con
Aníbal que con Luis María.
-¿Y no han pensado desarrollar el proyecto de la Casa Duró en algún otro inmueble municipal sin uso?
-El
proyecto lo presentamos hace un tiempo. Ahora tenemos nueva sede, más grande y
que cumple en parte con nuestras expectativas, con lo que nos sentimos
cubiertos en parte. Aún así, no renunciamos a nada, y seguro que vendrán nuevas
propuestas que analizaremos. De momento nos toca tirar adelante como podemos,
porque las cuotas de los socios sólo nos dan para cubrir los gastos del
colectivo, con lo que no nos ofrece mucho más margen de actuación. De hecho,
subsistimos gracias a gran parte de la hostelería y al comercio del Caudal que
colaboran económicamente con las fiestas de Santa Bárbara, otorgándonos su
confianza.
-¿Han notado el efecto de la crisis en ese respaldo empresarial?
-Para
nada, la mayoría de los empresarios del Caudal colaborar porque son conocedores
de la labor que llevamos a cabo en Santa Bárbara, sobre todo durante las fiestas.
Por poner un ejemplo, el día que repartimos el bollo metemos en Mieres a unas
5.000 personas que, además de estar en la carpa, también consumen y comen en
Mieres. Y lo digo con conocimiento de causa, porque antes de que hiciéramos la
fiesta, el día de Santa Bárbara no veías a nadie por Mieres, era como un día
normal. Afortunadamente, hoy no es igual, es un día de fiesta al que acude
mucha gente.
-También organizan la Cabalgata de Reyes, suena extraño que una asociación minera se dedique a estas labores.
-La
verdad que fue muy curioso cómo empezamos con ella. La Cabalgata es un desfile
tradicional en Mieres pero se dieron unas circunstancias el año antes de
cogerla nosotros que hicieron temer por su continuación. El equipo encargado de
la cabalgata se descolgó en el último momento y, con sólo quince días, el
Ayuntamiento sólo pudo contratar a un grupo de teatro para salvar el desfile.
Me acuerdo que estaba con mi familia esperando la cabalgata y sólo vimos pasar
una carroza, nada más, y nos extrañó muchísimo.
-¿Y qué ocurrió?
-Pasaron
los meses y un día llegó Aníbal diciéndonos que nos habían propuesto llevar la
Cabalgata de Reyes. Tras valorarlo, decidimos asumir la responsabilidad, a
pesar de que sabíamos que íbamos a tener mucho que trabajar. La verdad que
cuando llegamos al mercado de ganado, donde se guardaban las cosas, no había
nada, y teníamos sólo un mes para preparar la Cabalgata. Con mucho trabajo y
colaboraciones salimos al paso.
-La asociación también cuenta con un activo grupo de arqueología industrial...
-Es
muy trabajador y dipone ya de un archivo fotográfico enorme, de miles de
imágenes, que se han ocupado de recuperar. Pero no sólo eso, también
intervienen en la recuperación del patrimonio industrial, hay muchas minas de
montaña que han quedado olvidadas en el concejo y ellos se han encargado de
recuperarlas para que la gente sepa que existieron. También hacen sextaferias
e, incluso, imparten charlas en los colegios, divulgando nuestra cultura
minera.
-¿Se valora suficientemente el patrimonio industrial?
-Dentro
de unos años los guajes preguntarán que qué son aquellas torres, refiriéndose a
los castilletes, porque será lo único que se mantenga. Si no cuidamos esto, se
va a ir todo al garete, somos conscientes de que no se puede conservar todo,
pero al menos que se conserve algo y que, además, se le dé un contenido. Que no
pase como con el pozo San José, donde se han gastado millones y ahora está ahí
muerto de risa. Lo peor es que sólo nos acordamos de nuestro rico patrimonio
industrial cuando lo perdemos, y hay que preocuparse antes.
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