Los
historiadores Javier Revilla y Diego Castro sugerirán fórmulas de puesta en
valor.
Artículo
de R. Arias.
Diversos países europeos, empezando por Portugal,
abanderan desde hace tiempo un proyecto para conectar a través de una ruta
cultural las explotaciones relacionadas con las antiguas minas de wolframio que
sobre todo durante la Segunda Guerra Mundial se convirtieron en cotizadas
piezas para las grandes potencias por la relevancia de dicho mineral para la
industria bélica.
En el Bierzo, el Consejo Comarcal, ha visto
con buenos ojos la posible adscripción inicial al proyecto. Aunque casi al
unísono, la Junta de Castilla y León se ha pronunciado esta misma semana con
cierta desidia en lo que toca sobre todo a realizar una apuesta económica sobre
unas instalaciones que en torno a la Peña del Seo se encuentran en franco
abandono.
El debate sobre el potencial de la minería del
wolframio en la comarca, aunque bajo un plano más histórico, volverá a estar
muy presente el próximo mes de junio en el cuarto Congreso para la Conservación
del Patrimonio Industrial y de la Obra Pública en España, que se celebrará en
la capital de España entre los días 12 y 15 de dicho mes.
El acontecimiento está organizado por por la
Uned y por el Comité Internacional para la conservación y defensa del
Patrimonio Industria (Ticcih-España). En ese marco, dos historiadores,
doctorandos de la Universidad de León, Javier Revilla Casado y Diego Castro
Franco, expondrán una comunicación titulada: «La minería del wolframio en la
comarca leonesa del Bierzo (1939-1958). La herencia de conflictos bélicos
mundiales como potencial patrimonial».
Los autores inician su relato por el interés
de la industria armamentística por el control del tungsteno o wolframio en
relación con la Segunda Guerra Mundial y también con la de Corea. Se explayan
sobre la explotación de La Peña del Seo en los límites municipales de Barjas,
Oencia y Corullón, y abundan sobre la actividad de la compañía minera Montañas
del Sur que construyó diversas instalaciones , incluido el poblado de La Piela
con capacidad para las 450 personas que llegaron a trabajar en la zona.
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Entre consideraciones históricas muy
específicas, los ponentes concluirán su exposición en el Congreso con un
alegato a favor del aprovechamiento hoy en día del patrimonio minero del
Bierzo, como las antiguas explotaciones de wolframio, en parajes agrestes y
montañosos, como «especialmente atractivos para el senderismo u otro tipo de
actividades de ocio y turismo».
«La existencia de minas de tungsteno e incluso
de sus viejas instlaciones posibilita el enriquecimiento de estas rutas. Es
más, edificaciones como las del poblado de La Piela, que han perdido la cubierta
pero que mantienen en buen estado sus muros de piedra, posibilitaria su
recuperación de cara a instalar en ellas alojamiento o servicios de cara a este
turismos potencial», sostendrán los dos expertos ante los cientos de
congresistas que se espera que se den cita en la sede de las Escuelas Pías de
la Uned madrileña.
La del wolframio, sin embargo, no será la
única comunicación con la que participarán en este reputado foro Castro y
Revilla. Los dos han elaboradoun segundo trabajo sobre la central de Compostilla.
Su título: «La central térmica de Compostilla I (1949: Ponferrada, León), como
origen de la Empresa Nacional de Electricidad (Endesa) y futura sede central
del Museo Nacional de la Energía». Será el viernes día 14 de junio.
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