Autora del artículo: Ángela
Fernández
Con
la licencia de derribo del concesionario de Citroën en el número 117 de General
Sanjurjo, desaparece uno de los pocos ejemplos de arquitectura industrial de la
ciudad. El Gobierno local decidió retirarle la protección que le había otorgado
el equipo redactor del plan general y en el documento urbanístico solo quedan
ahora como recuerdo del pasado fabril de A Coruña tres edificios: la Fábrica de
Tabacos, la de Coca-Cola y el otro concesionario de coches, el de Seat, en la
avenida Alfonso Molina. Estos dos últimos, además, siguen teniendo su uso
original, tras ser construidos en entre las décadas de los 50 y 60. Tabacos es
el inmueble más antiguo, data de 1808, y, tras ser sede de Correos cerró sus
puertas, y su actividad tabacalera, en 2001. Las promesas de recuperación de su
valor arquitectónico se repiten sin que la obra comience en la plaza de A
Palloza. El resto de inmuebles protegidos, más de 200, tienen, principalmente,
uso residencial, aunque los bajos suelen ser locales comerciales.
- Tabacalera. La Fábrica de Tabacos ya estaba catalogada en los planes generales anteriores, los de 1985 y 1998, por sus "calidades artísticas y de diseño". Fue construido en 1808 y reformado en 1908, a cargo de Antonio de Mesa y Álvarez. En aquel momento ya tenía las dimensiones actuales, con cuatro patios interiores, aunque originalmente el edificio era más pequeño y solo tenía un patio. En el siglo XVIII era el arsenal de los Correos Marítimos, pero en 1802 este servicio se traslada a Ferrol y el edificio se acondiciona para albergar la tabacalera. Con los diversos cambios, su estilo es "ecléctico" y tiene, según los redactores del plan, una decoración "sencilla" en su fachada. Además del edificio principal, tienen valor la verga de hierro que cubre la entrada o la torrecilla con reloj de campana, parado desde hace más de una década.
- Tabacalera. La Fábrica de Tabacos ya estaba catalogada en los planes generales anteriores, los de 1985 y 1998, por sus "calidades artísticas y de diseño". Fue construido en 1808 y reformado en 1908, a cargo de Antonio de Mesa y Álvarez. En aquel momento ya tenía las dimensiones actuales, con cuatro patios interiores, aunque originalmente el edificio era más pequeño y solo tenía un patio. En el siglo XVIII era el arsenal de los Correos Marítimos, pero en 1802 este servicio se traslada a Ferrol y el edificio se acondiciona para albergar la tabacalera. Con los diversos cambios, su estilo es "ecléctico" y tiene, según los redactores del plan, una decoración "sencilla" en su fachada. Además del edificio principal, tienen valor la verga de hierro que cubre la entrada o la torrecilla con reloj de campana, parado desde hace más de una década.
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Las tres plantas que tiene el inmueble están, tal como aparece reflejado en la
ficha del plan, "sin uso", y, añade, su estado de conservación es
"malo". Eso sí, el documento urbanístico apunta a que la antigua
factoría está "pendiente de rehabilitación" y apunta que se utilizará
para "funciones administrativas del Ayuntamiento". Por ahora, la
promesa de la Xunta es renovarlo y destinado a uso judicial.
- Concesionario Seat. El plan general afirma que el concesionario de Seat, en Alfonso Molina, es un "hito" que marca la "reincorporación" de Galicia a la arquitectura moderna tras la Guerra Civil. El coruñés Andrés Fernández-Albalat se inspiró en la arquitectura de volúmenes acristalados de los americanos de los años 50, y en Mies van der Rohe, para crear el edificio, que estuvo rematado en 1965. El inmueble sirvió de base, recuerda el documento urbanístico, para que la marca de automóviles diseñara otros edificios en el resto de España. Su imagen exterior, según los redactores del plan, es "clara, aséptica y contemporánea", con el protagonismo del vidrio y el "apéndice cilíndrico" para exposición de coches. Su estado de conservación es "bueno" y la ficha destaca que continúa "en pleno uso". Esta construcción se incorpora en este plan general al catálogo, ya que nunca había estado protegido por el Concello.
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. La Coca-cola. También es novedad en el plan
general la protección de la fábrica de Coca-Cola, en Peñarredonda. Y tiene
también en común otras muchas cosas con el concesionario. También se construyó
entre finales de los 50 y principios de los 60 y es obra del mismo arquitecto,
aunque en colaboración con otro coruñés, Antonio Tenreiro. También tiene
influencia de la arquitectura estadounidense acristalada de los años 50, con
una imagen exterior sencilla y aséptica. En este caso, los diseñadores
supervisaron las ampliaciones que se realizaron a posteriori y que
posibilitaron que el edificio sigan en uso. El estilo es moderno, como el
concesionario de Seat, aunque en este edificio se añade que también es
racionalista.
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Los dos edificios son de propiedad privada y, con la catalogación que tendrán,
una vez entre en vigor el plan, deberán conservarlos en buen estado y con su
uso actual. No pasó lo mismo con el concesionario de Citroën que desaparecerá
en próximos meses.
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