La demolición de la nave de Albo en
San Vicente de la Barquera supone una operación especulativa para la
construcción de viviendas de lujo y un impacto irreversible a uno de los
últimos testimonios del Patrimonio Industrial relacionado con las culturas
marineras en la villa barquereña.
Emilio Carrera, representante de los
grupos ecologistas y conservacionistas en el Patronato del Parque Natural de
Oyambre denuncia la operación especulativa y el impacto irreversible que va a
suponer la demolición de la nave de Albo en San Vicente de la Barquera, uno de
los últimos testimonios del Patrimonio Industrial relacionado con las culturas
marineras en la villa barquereña y en cuyo solar pretenden construirse
viviendas de lujo.
El representante ecologista
denuncia, además de requerir a la Demarcación de Costas, a la Fiscalía, a las
Consejerías de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural y a la de Medio Ambiente,
y a la Dirección del Parque de Oyambre su intervención para impedir esta
operación, la oportunidad perdida de corregir las numerosas agresiones al
paisaje y a los valores ambientales del barrio de La Barquera donde el
hacinamiento urbanístico, los aprovechamientos intensivos del suelo, la
desaparición de la línea natural de las cumbres, sus insumergibles
efectos-pantalla y las promociones inmobiliarias clónicas, la inadecuada
localización y diseño del macroparcamiento... son todo un ejemplo de urbanismo
insostenible que está devaluando progresivamente los atractivos turísticos y la
calidad de vida de los vecinos sin haberse elaborado, por otro lado, con
carácter previo un Plan de Movilidad Sostenible o el necesario Catálogo de
Edificios y Lugares de Interés histórico-artístico, patrimonial, ambiental y
paisajístico antes de emprender estas iniciativas de demolición o intentar
resolver los problemas de tráfico mediante ese otro impacto irreversible en el
entorno del Puente Nuevo; un barrio que lo que necesita es un mayor
esponjamiento urbanístico, retranquemientos y servidumbres más exigentes
respecto a la primera línea de costa, una mayor ampliación, en todo caso, de
equipamientos, muelles y atraques para actividades pesqueras, sociales o
recreativas, garantías de continuidad en los tránsitos y paseos peatonales por
el borde litoral, y un especial cuidado en el tratamiento y los usos que no se
han tenido en cuenta en unas cuencas visuales particularmente frágiles y
delicadas.
Una iniciativa de demolición y
sustitución que se añade a la serie de negativas actuaciones inmobiliarias, a
las sentencias en contra o pendientes de resolución, o a los agresivos
proyectos en distintos lugares del casco urbano y el resto del municipio que
siguen sin pronunciamiento oficial y preceptivo por parte de la dirección del
Parque Natural y sin información –ni al Patronato ni al público en general–
sobre el PGOU de San Vicente de la Barquera y el desarrollo reglamentario del
PORN del espacio protegido con el objetivo, entre otros, de corregir los
impactos producidos y financiar un programa específico de mejora de una escena
urbana muy deteriorada en las últimas décadas, para convertir a San Vicente en
un modelo de urbanismo sostenible, de conservación de los valores ambientales,
y de una más respetuosa relación con el excepcional paisaje en que se inserta.
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