Conocer
nuestra historia es, para mucha gente, uno de aquellos objetivos importantes en
la vida, aunque muchas veces, nos olvidamos de aquellas historias más cercanas,
la que han vivido familiares y mucha gente de nuestro entorno más próximo, una
historia donde hoy aún podemos llenarla de anécdotas y experiencias vividas y
que nos ayudan a entender nuestra evolución como sociedad.
El
pequeño pueblo de Vacarisses, a mediados del siglo XIX, tuvo la suerte que por
sus tierras comenzara a pasar uno delos mayores inventos de la revolución
industrial: el ferrocarril. Este acontecimiento contribuyó decisivamente en la
historia del pueblo.
Después
de años revindicando una estación para dar servicio al pueblo, la Compañía
Caminos de Hierro del Norte de España, acabo accediendo a su construcción y el
5 de noviembre de 1898 se organizó una gran fiesta para inaugurar el nuevo
apeadero situado a unos dos kilómetros del pueblo.
Cuarenta años más tarda la casualidad quiso en 1944 que Vacarisses, un pueblo con apenas 400 habitantes acabara teniendo otra estación dentro de su término municipal denominada Vacarrisses-Torreblanca.
Grandes
ciudades como Terrassa o Sabadell por donde también atravesaba la línea de
Manresa-Lleida –Zaragoza, tardarían aún
décadas en poder conseguir disponer de dos estaciones.
He
creído oportuno no profundizar en
aspectos técnicos ferroviarios, ni de carácter económicos y financieros; la
idea ha sido dar una visión general de como llego el ferrocarril en Vacarisses
i como ha sido la historia que ha llevado a este pequeño pueblo a tener dos
estaciones.
Eduard
Martínez Hernández
Autor:
Eduard Martínez
Hernández
Fecha:
10 de noviembre de
2018, de 12 a 13 horas
Lugar:
Sala dels Cups,
edificio El Castell de Vacarisses
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