La
estación que no quiere perder el tren
Artículo de E. Gancedo para Diario
de León
Si ya no circula el tren, que lo
haga la cultura. Y los ciclistas y los paseantes, y los trasiegos agrícolas,
aunque sean ya posmodernos. Hace cinco décadas que el vapor del entrañable y
cachazudo tren burra no silba a su paso por Castrofuerte pero los formidables
edificios que le recibían y avituallaban en este pueblo de la margen izquierda
del Esla saldrán de su abandono para, de nuevo, volver a dar cobijo a las
gentes. Así será gracias a un proyecto de restauración que, entre otros cuarenta
—Diario de León los está detallando desde el mes de agosto—, recibió el visto
bueno del Plan de Restauración del Patrimonio de la Diputación provincial, bien
nutrido con seis millones de euros y que otorgaba un máximo de 200.000 euros a
cada proyecto. A este, en concreto, le han sido concedidos 108.300 euros.
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La activa junta vecinal de
Castrofuerte está detrás de la iniciativa de rehabilitar tres inmuebles
emblemáticos del patrimonio industrial relacionado con aquel popular
ferrocarril de vía estrecha: «Uno de ellos era la estación propiamente dicha,
en cuyo piso de arriba vivía el jefe de estación con su familia, otro es un
almacén de buenas proporciones y por último, una casilla auxiliar. «Son
edificios alzados hace 110 años, muy sólidos, con muros de un metro de
espesor», muestra Juan Ignacio Chamorro, presidente de la junta vecinal de
Castrofuerte, y quien recuerda cómo, una vez extinguida la línea férrea, fueron
completamente saqueados («se llevaron todo el material y arrancaron puertas,
ventanas, cubiertas... de todo»). Ahora, el proyecto aprobado plantea
rehabilitarlos por completo —sólo el tejado del almacén pudo repararse en el
pasado gracias a un plan de pequeñas obras también de la Diputación— aunque su
uso concreto es aún objeto de debate. «Ante todo queremos ordenar el espacio,
que en total ocupa casi una hectárea, urbanizarlo y recuperar elementos
exteriores como el muelle de descarga, el puente de la grúa y las básculas,
pero no para que queden ahí, sino para que vuelvan a usarse, hoy, por parte de
los agricultores. La mejor manera de conservar algo es darle uso y que los
vecinos lo sientan como algo propio», afirmó Chamorro.
Raíles «verdes»
Además de la revalorización de esos
elementos, parte de los nuevos edificios servirán para proporcionar servicios a
los ciclistas y caminantes que recorren la veterana y en parte muy usada Vía
Verde del Esla —11 kilómetros entre Valencia de don Juan y la ‘raya’ con
Campazas—, la única, junto con la lacianiega, existente en la provincia y cuyo
mal estado a su paso por Castrofuerte quiere subsanar, asimismo, esta junta
vecinal. Pero en lo que respecta al almacén y a la estación, de momento no hay
quorum. «Sitio donde reunirnos ya tenemos, y de sobra», avisa Juan Ignacio
Chamorro, y desliza la posibilidad de un empleo cultural o de hacer, como en
Fresno de la Vega, espacio para emprendedores y semillero de industrias. Y es
que quitando la villa del pimiento y Palanquinos —la meta del tren burra—, el
resto de edificios relacionados con aquella vía en la provincia, o ya no
existen, o se encuentran en condiciones fatales, como sucede en Cubillas,
Valderas, Campazas...
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Fuentes, árboles, un compresor para
uso de los ciclistas, y la recuperación de estos edificios industriales, en los
que sobresalen los viejos andenes y la sólida estructura de madera del tejado,
están en la base de un proyecto que, tras su licitación, bien podría comenzar a
hacerse realidad el próximo mes de enero para estar finalizado en verano.
El pueblo es laborioso y sabe de
obras. Sin ir más lejos, acaban de restaurar —casi reedificar— la iglesia
parroquial tras un larguísimo proceso que arrancó en 2002 y en la que han
invertido, en sucesivos tramos y etapas, un total de 200.000 euros.
Fuente
de la noticia http://www.diariodeleon.es
Ruinas
de la estación de Castrofuerte (León)
Fuente
del artículo https://www.siempredepaso.es
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