Noticia
del pasado mayo
Artículo
de Raquel Galán para Diario de Mallorca
Cort expropiará los molinos del
Jonquet si sus dueños no los rehabilitan en breve´ es el titular de una
información publicada hace 16 años. Cinco legislaturas después, la advertencia
vuelve a ser puesta sobre la mesa del Ayuntamiento mientras dichos elementos
patrimoniales, que están protegidos y en la primera línea de Palma, continúan
su proceso de degradación sin que los propietarios hayan hecho nada. El pleno
aprobó ayer una propuesta en la que la palabra expropiación era la relevante.
En concreto, el equipo de gobierno del Pacto y el grupo municipal de Ciudadanos
acordaron instar al Consell de Mallorca a que inicie el procedimiento –debido a
que es quien tiene las competencias en Patrimonio y el Jonquet está declarado
BIC (Bien de Interés Cultural)– "en el caso de que no se hayan llevado a
cabo las obras necesarias en el plazo concedido", según indican.
La asociación de vecinos está
satisfecha con este primer paso, aunque lamenta que hace casi dos décadas les
anunciaron lo mismo y nunca se ha cumplido. El presidente, Pep Balaguer, va más
allá y recuerda que "el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) de 1985
establecía que los molinos se convirtiesen en un equipamiento sociocultural
tras su expropiación, lo que siempre hemos pedido los vecinos", tal como
remarca. Sin embargo, una posterior modificación del PERI cuando Joan Fageda
era alcalde dejó de contemplar destinar los molinos a la ciudadanía.
Durante la pasada legislatura, cuando se aprobó el primer PEP (Plan Especial de Protección), se incluyó la posibilidad de que pudiesen ser rehabilitados como vivienda o para uso recreativo, a excepción de una discoteca. No se establecía ninguna finalidad pública, porque el gobierno de Mateo Isern no quería que la ejecución del plan supusiera un coste para las arcas municipales, ni siquiera las actuaciones de carácter público, como el paseo previsto frente a los molinos, que debía llevar a cabo la iniciativa privada.
Imagen de la noticia |
Un museo marinero
Ahora que, de nuevo, existe la
posibilidad de que los elementos etnológicos abandonados sean expropiados, la
entidad vecinal se muestra "abierta a cualquier idea" para darles un
futuro uso, aunque los residentes ofrecen una: "Como tenemos un Casal de
Barri, en los molinos se podría instalar un museo marinero, en consonancia con
el origen del barrio, porque había mestres d´aixa, calafateros y numerosos
oficios relacionados con el mar", en palabras de Balaguer.
En cuanto al molino lindante, que
desde hace décadas es una discoteca, la asociación no está en contra de que se
convierta en un restaurante, pero pide a Cort "que prohíba su uso como
local de ocio nocturno", debido a que los vecinos llevan mucho tiempo
soportando ruido de madrugada, que se suma a la reciente moda del tardeo en el
barrio.
El concejal de Urbanismo y Modelo de
Ciudad del gobierno del Pacto, Antoni Noguera, dijo ayer en el pleno que, tras
varias reuniones con la asociación del Jonquet para hablar del nuevo Plan
Especial de Protección –ya que el Consell exigió redactarlo otra vez respetando
la declaración BIC–, prevé que "en julio o septiembre podrá ser
aprobado", tal como anunció. Destacó que "hay acuerdo con los vecinos
en cuanto al solar Mar i Terra", el que pertenece a Acciona, y añadió
respecto a la expropiación de los molinos que se llevará a cabo "si los
propietarios no acometen la rehabilitación en un plazo prudencial".
Construcciones añadidas
Las actuaciones necesarias para
restaurarlos y conservarlos en buen estado pasan inicialmente por limpiar su
interior, donde se han producido varios incendios a lo largo de los años, ya
que los molinos suelen ser ocupados por personas sin hogar; eliminar las
construcciones añadidas, de modo que las dos edificaciones tradicionales queden
aisladas y vuelvan a su estado original; y proceder a su restauración en base a
criterios de protección y a la declaración del barrio como Bien de Interés
Cultural.
El Molí de sa Garriguera y el de´n
Celos se encuentran en un emplazamiento privilegiado, pero llevan abandonados
desde los años 90, cuando se cerraron las discotecas Abraxas y Palmapalma
después de su degradación. La época de esplendor de esta zona comenzó en los
años 50, con la sala de fiestas Jack el Negro, en homenaje a la película del
mismo nombre que se rodó allí. En los 60 se abrió la discoteca JB y ambas
convivieron con el vecindario hasta los años 80, cuando llegaron las dos
discotecas de Cursach, las últimas de los molinos.
Fuente
de la noticia http://www.diariodemallorca.es/
No hay comentarios:
Publicar un comentario