Hubo un tiempo en el que el Pazo de
Oca tuvo su propia "fábrica de luz". En el recinto de esta noble
construcción, al pie del río Mao, se halla un molino que todavía se encuentra
en funcionamiento. Aprovechando la fuerza del agua, desde esta pequeña
construcción se lograba energía eléctrica para dar corriente al palacio y a
parte de la aldea de Oca.
La turbina que permitía este
suministro eléctrico se estropeó en los años 70. Desde el pazo se intentó
buscarle un recambio pero la antigüedad de la pieza y el escaso mercado lo
volvió casi misión imposible. Hubo un momento en el que se rozó el arreglo pero
finalmente no pudo ser. En todo caso, la búsqueda continúa. Gracias a esta
turbina en los años 20 se podía abastecer a las instalaciones del pazo y a las
casas de su alrededor, las que hoy día conforman la llamada Plaza de Oca.
Lo que sí continúa a pleno
rendimiento todavía en el siglo XXI es el molino propiamente dicho. Desde el
pazo, Manuel Conde ofreció ayer mismo una demostración de que esta instalación
goza de muy buena salud.
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Evidentemente hoy día esta
infraestructura no continúa teniendo la importancia en el día a día que antaño.
Sin embargo, cuando se requiere de sus funciones todavía pone en marcha una
maquinaria bien engrasada. Conde explica en este sentido que, de cuando en vez,
este molino todavía sigue trabajando para moler el trigo con que después se
alimenta a los patos.
El estudio realizado por la
asociación Virxe Peregrina recoge para la parroquia estradense de Oca un total
de siete molinos, entre ellos el del afamado pazo. Juntos suman 12 muelas.
No todos los molinos de A Estrada
tienen la suerte del existente en el Pazo de Oca. Muchos carecen de quien los
cuide y los mantenga vivos. Es este un patrimonio extenso que lucha por
sobrevivir al paso del tiempo.
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