Autor artículo Alberto Flores, en
ABC Sevilla
El urbanismo y el carácter del casco
urbano de una localidad está inevitablemente ligado a su pasado, a sus
tradiciones y también a sus industrias. Oteando el horizonte de Utrera, además
de los monumentos más famosos, nos encontramos una serie de elementos que en
muchos casos pasan más desapercibidos, pero que si nos fijamos bien, nos pueden
enseñar mucho acerca de la historia de Utrera. En muchas de las calles de la
localidad podemos encontrar numerosas torres de molino, que aparecen hoy como
muestra de la importancia que a lo largo de la historia ha tenido la agricultura y en concreto el olivo en
el municipio.
El municipio desde hace muchos
siglos ha estado ligado al cultivo de la aceituna hasta cotas que a lo mejor
los ciudadanos más jóvenes no pueden llegar a entender de forma profunda. Esta
vinculación al precioso fruto del olivo, también es palpable en la arquitectura de la ciudad, que guarda un
silencioso legado de esta tradición, hoy en horas bajas.
El centro histórico de Utrera está
plagado de numerosas torres de molino, que otros tiempos fueron utilizadas para
obtener de la aceituna ese precioso oro líquido que es para los españoles el
aceite. Muchas han desaparecido,
otras no se conservan en las mejores condiciones, pero afortunadamente todavía
hoy en el siglo XXI es posible impregnarse de la singularidad propia de la
arquitectura de estas construcciones en muchos rincones de Utrera.
Las torres de molino que han
sobrevivido a los desmanes urbanísticos acaecidos en muchas ciudades en los
primeros años del siglo XX, son
construcciones que datan de los siglos XVII o XVIII.
Casi todas las construcciones que
quedan en pie se localizan en las calles que componen el corazón de la villa de
Utrera, y constituyen una forma de construcción desde el punto de vista
estético muy singular, casi exclusivo de la localidad. Algunas de estas torres
están inclusorematadas con espadañas,
lo cual las hace más atractivas desde el punto de vista visual.
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Entre las torres que en la
actualidad han superado el paso del tiempo podemos destacar las de la calle
Preciosa, Alcalde Vicente Giráldez, Doña Catalina de Perea o la Torre de la
Alhóndiga. Aunque todas ellas tienen una original belleza, quizás la torre de
molino más bella y más conocida por los utreranos es la conocida como Torre de la Alhóndiga, que se
encuentra situada en la calle Las Mujeres. Es una construcción de claro estilo
neoclásico y que esta datada casi con toda seguridad en la segunda mitad del
siglo XVIII, y forma parte de un edificio del cual lamentablemente han
desaparecido casi todas sus estructuras interiores. El estado de conservación
de esta estructura es bastante bueno, mientras que su color blanco y amarillo
la hace ser fácilmente identificable en el entorno urbano en el que se
encuentra.
Otra de las torres conocidas por
muchos utreranos se encuentra en la calle Doña Catalina de Perea con fachada a
la calle Ponce de León, y al parecer se identifica con el llamado en el pasado
Molino del Santísimo. Es también inconfundible por la veleta y la cruz con la
que está rematada. Por otra parte según los historiadores, la torre de molino
ubicada en la calle Alcalde Vicente Giráldez, puede ser una de las más antiguas al sospechar que fue
construida en el siglo XVIII, como continuación de una torre que se enclavaba
en este lugar allá por el siglo XVI.
ABC Sevilla
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