12/09/2016.
Zona Franca apoya el proyecto para recuperar la Panificadora.
El Pleno extraordinario de la Zona
Franca de Vigo ha aprobado por unanimidad las tres mociones presentadas por el
alcalde-presidente Abel Caballero en las que se pedía la ampliación del parque
tecnológico y logístico de Valladres, el polígono industrial de Balaídos y la
rehabilitación de la Panificadora.
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En el caso de la tercera, la que tiene que ver
con la Panificadora, se ha adjuntado un texto en el que se recuerda que es una
mera declaración de intenciones. Lo que sí que está claro son las posiciones
irreconciliables en cuanto al presupuesto del consorcio para el próximo año.
Caballero sigue insistiendo en que no habrá cuentas sino se renuncia al
convenio por el cual la Zona Franca paga 5,5 millones de euros por un edificio
de la la ETEA y se mantiene firme en que debe la Xunta quien lo ceda gratis a
la Universidad para levantar allí el Campus del mar.
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Así pues posturas distantes aún
entre Zona Franca y concello. Con los presupuestos del 2017 todavía sin fecha
para llevarse de nuevo a pleno unos y otros difieren también del grado de
compromiso adoptado este lunes respecto de las mociones presentadas por el
alcalde-presidente.
Fuente
de la noticia http://cadenaser.com
13/09/2016.
El pleno de la Zona Franca deja en el aire la recuperación de la Panificadora.
Fuente
de la noticia http://www.lavozdegalicia.es
12/09/2016.
Zona Franca y Concello lanzan el proceso para recuperar La Panificadora.
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Fuente
de la noticia http://www.farodevigo.es
12/09/2016.
Zona Franca aprueba "estudiar" la recuperación de la Panificadora, en
un pleno que Pedrosa califica de "prescindible".
El Pleno de Zona Franca ha aprobado
este lunes pedir al Comité Ejecutivo que "estudie" la participación
de este organismo en la rehabilitación del ámbito de la Panificadora, para lo
que contactará con el Ayuntamiento con el fin de analizar estudiar la
documentación y proyecto.
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Fuente
de la noticia http://www.atlantico.net
05/09/2016.
Los planes del Concello para la Panificadora avivan mas su batalla con la Zona
Franca
La moción que el grupo municipal
socialista lleva hoy al pleno municipal de Vigo, instando a Zona Franca a
suscribir un convenio para conservar, rehabilitar y dotar de usos públicos el
entorno de la Panificadora, abre una nueva puerta a la esperanza. Esperanza
para el rescate de este inmueble que es ya un símbolo doble: del patrimonio
industrial, y de la incapacidad de los políticos para sacar adelante proyectos
que dan tumbos durante décadas mientras los ciudadanos ven cómo se desmoronan.
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La delegada del Estado en el
Consorcio de la Zona Franca de Vigo, no descarta la participación del organismo
en los proyectos que se planteen, pero asegura que carece de la información
necesaria para ello: «Nunca se ha dirigido a mí el alcalde ni nadie del
Concello ni del consorcio, a pesar de que es pública la propuesta desde hace casi
un mes. La vía más rápida es llamar, no creo que haga falta la moción. Si
quieres que otra administración participe en un proyecto, en vez de hacerlo de
una forma oblicua y rara, lo normal es hacerlo directamente y no pedir la
opinión de todo el mundo menos de los interesados », indica.
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Fuente
de la noticia http://www.lavozdegalicia.es/
21/08/2016.
La Panificadora busca su regeneración 35 años después.
Artículo
de J. Pastoriza para Faro de Vigo
La Panificadora se consume en el
corazón de la ciudad desde hace 35 años, cuando la empresa paró la producción
tras un lento declive y echó el cierre. El plan del Concello para formar una
alianza con Zona Franca y recuperarla con nuevos usos públicos y privados ha
rescatado del olvido la antigua fábrica, que ahora se encuentra en un
lamentable estado de abandono, plagada de escombros, basura al lado de los
hogares de los hornos, maleza (a pesar de que los propietarios la cortan periódicamente)
y grafitis en las paredes de las naves, tal y como ha comprobado FARO en un
recorrido por todos los edificios desde el portalón de la calle Falperra hasta
el impresionante mirador sobre los silos, a casi 30 metros del suelo y 82 sobre
el nivel del mar, que ofrece una espectacular panorámica de la Ría con las
Islas Cíes como telón de fondo.
De la que fue en 1924, cuando abrió
sus puertas, la fábrica de pan más moderna de España, con un nivel de
mecanización que le permitía abastecer del alimento básico a casi 150.000
personas, aún sobreviven restos de maquinaria rota y oxidada. Quedó poco por
desmantelar, pero lo que hay da pistas sobre el perfecto engranaje y la
avanzada ingeniería de las instalaciones que creó el empresario Antonio
Valcarce tras visitar factorías en Francia, Alemania y Bélgica con uno de sus
socios. Tolvas, cintas transportadoras, un raíl en el techo por el que se
desplazaban operarios sentados en máquinas con poleas para elevar y mover
mercancía por distintas zonas de las naves, conductos para bajar materias
primas por gravedad, estructuras de ascensores o el túnel entre las hileras de
silos son algunos ejemplos.
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Hasta un Citroën 2CV
El paso del tiempo y el largo
declive por el abandono desde 1981 han acentuado el deterioro del complejo
diseñado por el arquitecto Manuel Gómez Román. En La Panificadora, además,
entran con frecuencia personas ajenas a la propiedad, como queda patente al
encontrarse desperdigados restos de muebles, sillones, un futbolín y hasta un
viejo Citroën dos caballos desvencijado, sin motor ni ruedas, este último en la
nave de piensos construida en los años 60, con fachada hacia la calle Falperra.
Una montaña de basura permanece
acumulada al pie de uno de los cuatro antiguos hornos de la factoría. Cuerdas,
redes, cestas metálicas corroídas, palés de madera, botellas de plástico y
ladrillos rotos se esparcen por distintas zonas del interior, y las pintadas se
extienden por todas partes: paredes, vigas, ventanales (muchos de ellos con los
cristales rotos) restos de maquinaria, escaleras y diferentes lugares de la
fachada, incluso en puntos de difícil acceso como la corona de los silos.
La vieja chimenea, invadida por la
yedra, está parcialmente derruida, y ha desaparecido el tejado, devorado por el
fuego en un incendio provocado hace unos años. En el interior, donde se
realizaba el amasado, permanecen los restos de los hogares de los hornos.
La nave lateral por el lado este,
construida en los años 30 y conectada al edificio principal por dos pasarelas,
presenta en general un buen estado, aunque también hay escombros y palés de
madera. Las vigas son sólidas y la cubierta, inundable, lo que tenía una
función termorreguladora del interior del edificio, en el que se almacenaban
sacos.
Acceder al mirador es complicado, ya
que hay que subir tres niveles en los que se ha retirado el entarimado. En
estas plantas se realizaban labores de mezcla y molido del grano. Los
propietarios cedieron el pavimento al Concello en 1990 y se instaló en el Pazo
Museo Quiñones de León. Solo quedan las vigas de madera, lo que obliga casi a
hacer equilibrismos, pero la experiencia vale la pena. Tras llegar al quinto
piso aparece la pasarela de conexión con los silos, un corredor con pavimento
de hormigón en el que hay que caminar con tiento y de uno en uno.
Sobre los cuatro primeros silos aún
pueden verse restos de la estructura del ascensor que llegaba hasta esa altura
desde el nivel del suelo. Caminando hacia el fondo por la galería también
quedan restos de maquinaria. En ese lugar se planteaba en su momento, con la
transformación urbanística de la parcela, la apertura de una cafetería-mirador,
mientras que el conjunto de silos pasaría a manos del Concello. La subida por
las escaleras de caracol exteriores ofrece unas vistas impagables hacia todos
los puntos cardinales, con el puerto a los pies, O Castro hacia el interior, y
la silueta de las Cíes en la entrada de la Ría
El edificio original tiene muy
buenas comunicaciones, con escaleras en distintos puntos, algunas con
barandillas de estilo racionalista. Todo construido con criterios de
funcionalidad en línea con el pragmatismo y la mecanización de la factoría. Sus
propietarios presumían de que fabricaban el pan casi sin intervención de la
mano del hombre. El ejemplar de FARO que anunciaba la apertura en noviembre de
1924 reseñaba que las instalaciones eran "lo último en la industria de la
panificación, y su funcionamiento constituye un alarde de los progresos de la
mecánica". En los años 60 comenzó el declive de La Panificadora, que echó
la verja en 1981. Desde entonces clama por su rehabilitación.
Fuente
de la noticia http://www.farodevigo.es
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