Patrimonio Industrial nacional e internacional

PATRIMONIO INDUSTRIAL - INDUSTRIAL HERITAGE - PATRIMOINE INDUSTRIEL

martes, 2 de abril de 2013

Se abre al público Mina Esperanza, en Olmos de Atapuerca, ejemplo del rico patrimonio minero de Burgos


Después de seis años de trabajo de rehabilitación, a un kilómetro de Olmos de Atapuerca, en plena Sierra, se ha abierto a visitas la Mina Esperanza, más de doscientos metros de galerías de lo que fue antaño una próspera explotación minera de hierro, y que aspira a convertirse en un nuevo referente turístico en la provincia, ejemplo del rico, aunque aún desconocido, patrimonio industrial minero de Burgos.

La Junta Vecinal de Olmos de Atapuerca ha organizado este fin de semana un programa de actividades para dar a conocer Mina Esperanza, además de celebrar hoy Jornada de Puertas Abiertas, aunque como ha indicado el alcalde pedáneo de Olmos de Atapuerca, Eduardo Cerdá, para evitar masificaciones se recomienda realizar la visita, con mayor tranquilidad, durante los próximos fines de semana, incluso entre semana. 

Después de años de trabajo para hacer visitable Mina Esperanza, se han recuperado más de 200 metros de galerías abiertas. Es una mina muy atractiva, indica Cerdá, y muy didáctica, situada en un lugar estratégico, en plena Sierra de Atapuerca, a un kilómetro de Olmos, y a unos 2,5 Km del Centro de Recepción de Visitantes, por lo que una buena opción es conocer los Yacimientos de Atapuerca y también el rico patrimonio geológico y minero de esta zona. 

Mina Esperanza es una antigua mina en la que se pueden ver las bolsadas de hierro formadas, hace millones de años,  en el Cretácico y depositadas bajo tierra. Los mineros que trabajaron allí fueron extrayendo el mineral, creando hasta cinco pisos de profundidad, 28 metros en total.
 

Este proyecto ha sido posible con una inversión  de 204.000 euros, gracias a las aportaciones iniciales de la Junta de Castilla y León, a través del desaparecido programa Habitat Minero, así como del Grupo de Acción Local Agalsa Sierra de la Demanda, con casi 130.000 euros, la empresa Sierra Activa, con casi 60.000 euros, de la Fundación Atapuerca, con alrededor de 20.000, y de la Mancomunidad “Encuentro de Caminos”, que ha puesto 10.000 euros.

Las visitas a la Mina Esperanza se integran en el Sistema Atapuerca.
La puesta en valor de la Mina Esperanza, seña de identidad del patrimonio industrial de la Sierra de Atapuerca, supone un punto de inflexión en el devenir de la pequeña pedanía de Olmos de Atapuerca (perteneciente al municipio de Atapuerca), que apenas cuenta con medio centenar de vecinos y un entusiasta alcalde, Eduardo Cerdá, que ha hecho realidad el proyecto soñado desde que, de la mano de su padre, recorriera estos singulares parajes y se adentrara en las minas de hierro.

Los primeros en descender y recorrer las galerías de la Mina Esperanza, con esos 200 metros visitables, tras las obras de rehabilitación acometidas durante varios meses, fueron ayer los representantes de las instituciones y entidades que han financiado el proyecto y los vecinos de Olmos, pero desde la próxima semana podrán hacerlo todos los que lo deseen. Esas fechas festivas y de vacaciones de Semana Santa, que tradicionalmente atraen muchísimo turismo a los yacimientos de Atapuerca, tienen que ser el ‘bautismo’ para la Mina, apunta Cerdá. El viaje a las entrañas de la mina costará 8 euros, que incluye almuerzo en la galería La Caverna y el transporte en un vehículo de 12 plazas que saldrá cada media hora de la plaza de Santa Bárbara.

Lo más importante de esta puesta en valor de la Mina Esperanza está en que no es un proyecto aislado, sino vinculado e integrado en el Sistema Atapuerca, idea que ha defendido siempre el alcalde porque, como reitera, ni los yacimientos de la Sierra se pueden entender sin este complejo minero ni éste puede dejar de verse como parte de la Sierra. De ahí que la visita a la mina se incorporará en el recorrido de los yacimientos, completando y enriqueciendo así el aspecto paleontológico de Atapuerca con el geológico del complejo minero.

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 Los 200 metros visitables inaugurados ayer son solo el principio de un proyecto más ambicioso que se irá haciendo realidad por partes. Eduardo Cerdá tiene clara su apuesta. Por una parte, en la galería La Caverna, donde la altura permite moverse sin demasiadas dificultades, se instalará el Museo de los Minerales, precisamente para mostrar en las visitas los aspectos geológicos del entorno paisajístico y de  la mina, es decir, el por qué de la formación de los minerales dentro de la tierra, además de destacar la importancia y el valor del patrimonio industrial.

La idea del alcalde es vaciar La Caverna hacia una de las galerías e instalar una colección de minerales, ahora a recaudo, en las paredes. «Un museo de minerales dentro de un gran mineral, algo que no sé si hay en algún lugar», puntualiza entusiasmado.

Por otra parte, se pretende acondicionar el espacio exterior para que se pueda visitar la mina a cielo abierto existente y construir un centro de recepción de visitantes que ocuparía el lugar que antaño se destinaba a oficinas de la compañía minera, la fragua y las caballerizas.

La entrada la mina será espectacular. Háganse a la idea. La mina va a estar apagada, los visitantes van a entrar a oscuras, de tal manera que, como los mineros, solo se va a ir guiando con la luz de los faroles de la pared.

Solo al llegar al final de la mina, se encenderá ésta con un interruptor, de tal manera que la iluminación se extenderá a toda la mina. Cambia la perspectiva: se dejan los faroles y se va caminando por las galerías a la vez que se podrá participar en actividades diversas, puesto que la visita tiene un claro carácter didáctico. Así, se enseñará cómo se picaba, los sistemas de barreno, cambio de vías, se moverán las vagonetas e, incluso, se harán experimentos quimicos con el hierro (desde la oxidación de elementos hasta la producción de determinadas  reacciones. En cada visita, está prevista una pequeña demostración que será más amplia y práctica cuando se acerquen grupos de escolares. El proyecto precisa para  llevarse a cabo tal y como está diseñado de  personal, por lo que se crearán 5 puestos de trabajos.

En el actual recorrido, además de La Caverna, encontramos otras tres galerías bastante amplias. Todo lo que está en la Mina Esperanza es original (vagonetas, raíles, picos...) y ha permanecido en ella desde el cierre de la misma, en 1974. Una de las vagonetas se ha sacado restaurado y colocado junto al monumento minero levantado en la plaza de Santa Bárbara.

El alcalde de Olmos pretende buscar la mina de hierro original. El problema, apunta, es que no hay planos originales, desaparecieron cuando se cerró. Por eso, es muy arriesgado, añade, empezar a picar, pero no se resigna. En todo caso, con lo habilitado hasta ahora y las galerías que se van viendo en el recorrido circular en los estratos superiores (se desciende sobre tierra, pero el ascensor se hace subiendo un gran tramo de escalera acondicionado), la visita merece la pena.

Verano, a pleno rendimiento.
En  verano, la promoción de la mina estará lista al cien por cien,  tanto a través de folletos, cartelería y la página web. El proyecto ha supuesto una inversión de 300.000 euros, cofinanciados por el grupo de acción loca Agalsa, la Junta, a través del programa Hábitat Minero, la Administración central, Diputación, Fundación Atapuerca, Sierra Activa y la mancomunidad Encuentro de Caminos.

Olmos de Atapuerca rescata y abre al público su patrimonio minero.
Siete años de proyectos, una inversión conjunta de cerca de 300.000 euros y sobre todo, el empeño del alcalde y los vecinos de Olmos de Atapuerca, han dado como fruto la recuperación de un pequeño tramo de las antiguas minas de la localidad, las cuales se abrirán al público a partir del viernes, tras 40 de oscuridad y abandono.

A lo largo de poco más de 200 metros de recorrido, los visitantes podrán conocer cómo fue la labor minera en este espacio, «el cual se cerró con cierta premura en 1973, tras decidir los propietarios clausurarla», afirma el alcalde pedáneo de la localidad, Eduardo Cerdá. «Premura que ha permitido que todos los enseres y elementos que podrán verse en la mina recuperada sean originales, tras ser rescatados durante los siete años de trabajos realizados in situ», añadió el responsable. 

Inicio del proyecto en 2006
Cerdá recuerda que desde 2006 en que decidió impulsar personalmente este proyecto de recuperación de una parte del patrimonio industrial de la localidad, «muchos mostraron sus reticencias -las cuales se unían a la falta de tradición minera en Burgos-, y que hacía que no vieran futuro turístico a esta iniciativa». El primer apoyo firme llegó así a través de una línea de ayudas de la Junta destinadas a desarrollo turístico de hábitats mineros. «Las solicitamos durante varios años, permitiéndonos avanzar en el acondicionamiento del exterior, y una vez hallada la entrada un año después -por el propio Cerdá-, la realización de estudios topográficos y de estabilidad de la mina». Así como la compra de una bomba con que expulsar el agua que con frecuencia inundaba las galerías de la mina, «ya que cuenta con cuatro niveles de profundidad».

El siguiente impulso de relevancia llegó del Grupo de Acción Local de Agalsa, al que están muy agradecidos por su apoyo ya que les ha permitido dar un fuerte empuje al proyecto en estos últimos años.

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En total, una inversión global de más de 300.000 euros en la que han colaborado la Junta, Agalsa, la empresa Sierractiva, la Fundación Atapuerca y la Sociedad de Desarrollo de Burgos de la Diputación (Sodebur), ésta a través de la Mancomunidad Encuentro de Caminos.

Recuperar la Oficina minera
Y será la futura sede de ésta última -antiguo centro de recepción de los yacimientos en Atapuerca-, la que durante los próximos meses hará las veces de Centro de recepción de turistas de la mina, mientras retoman el proyecto de recuperación de la vieja Oficina minera para tal uso, último capítulo del proyecto. Cerdá explica que el informe al respecto ya fue entregado a la Junta tiempo atrás, la cual sin embargo, decidió dejarlo sobre la mesa mientras la ruta minera de Olmos terminaba de ser una realidad.

«Algo que se logrará este fin de semana, con lo que pronto pediremos a la Junta que lo retome, cuyo coste ronda los 60.000 euros», recordó Cerdá. Éste permitirá que la vieja Oficina minera- hoy un edificio destartalado-, se convierta así en el centro de recepción de la mina tras su restauración, donde dar cabida e información a los numerosos visitantes que se esperan, gracias en parte a la vecindad de los yacimientos.

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