La conservación de la fábrica de la
Ceramo depende, como Bombas Gens, de la intervención del Ayuntamiento de
Valencia. Ambas factorías, de estilo neomudejar una y «art déco» la otra, están
en la avenida Burjassot, ambas están parcialmente protegidas aunque por su
ruinoso aspecto no lo parezca y cuentan con edificabilidad terciaria y
residencial.
La crisis económica ha hecho decaer
los planes de las promotoras inmobiliarias que adquirieron ambos edificios.
Geshabitat, la inmobiliaria vinculada al grupo García Ojeda, que adquirió hace
diez años Bombas Gens para construir un hotel se ha disuelto y la fábrica
estaría ahora en manos de la Sareb que, de momento, no piensa ejecutar la
hipoteca. El Ayuntamiento de Valencia, tras las críticas que le han llovido por
el incendio de Bombas Gens después de años de abandono y degradación, ha
anunciado que negociará con el dueño para trasladar la edificabilidad de la
fábrica y conseguir que esta pase a manos municipales.
La Ceramo fue adquirida hace años
por Nuevas Promociones Valencia, que ante la falta de acuerdo económico con el
ayuntamiento para permutar la fábrica optó por incoar la expropiación. Ahora el
ayuntamiento tiene que pagar 2,1 millones de euros, según la resolución del
Jurado Provincial de Expropiaciones, por una fábrica ruinosa destinada en su
mayor parte a dotación pública.
Nuevas Promociones entregó la parte edificable de la Ceramo a un banco en compensación por las deudas a las que no podría hacer frente, situación nuevamente análoga a la de Bombas Gens.
El grupo socialista propuso al
gobierno local que la Ceramo fuera declarada en su conjunto Bien de Relevancia
Local, pero sólo se admitió proteger la parte destinada a servicio público.
La fábrica de cerámicas y mayólicas
Ceramo fue construida en 1855 por Josep Ros Furió, un artista apasionado por la
cerámica tradicional valenciana, que quería recuperar la vieja técnica de los
alfares musulmanes. Muchas de sus piezas decoran edificios emblemáticos como la
Estación del Norte y el Mercado de Colón. La fábrica, de estilo neomudéjar, es
uno de los edificios más emblemáticos de Benicalap.
La Ceramo en enero 2014, Diana Sánchez Mustieles |
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