Sant
Vicenç dels Horts ha
comenzado a poner hilo a la aguja para poder hacer realidad uno de los
proyectos que persigue desde hace años: la recuperación del Molí dels Frares, un molino medieval que ha quedado
enclavado en la zona industrial de la ciudad. El molino está bien conservado y
la propuesta del consistorio pasa por hacer de él un museo -el primero de la ciudad-
que repase la historia local a partir de sus restos.
“Hace años que trabajamos para su
recuperación pero hasta ahora había encima de la mesa un proyecto
sobredimensionado -redactado por el anterior equipo de Gobierno-, que
necesitaba una inversión de dos millones de euros, una cantidad a la que no
podemos hacer frente”, comenta la concejal de Cultura, Imma Prat. El actual equipo
de Gobierno no quiso abandonar el proyecto y lo redefinió para hacerlo viable a
corto plazo.
La Unión Europea les ha otorgado una
subvención de 200.000 euros en el marco de los fondos Feder, que requieren que
el consistorio se comprometa a hacer una inversión similar. “El primer paso es
facilitar el acceso a los restos y convertirlo en museo, con explicaciones
históricas y rutas”, explica Prat.
Atracción
de visitantes
La museización de los restos del
molino tiene como finalidad recuperar una parte de la memoria de Sant Vicenç
dels Horts, por un lado, y servir de atractivo turístico, por otro.
“Pretendemos llamar la atención de personas de fuera de la ciudad, para que
vengan a conocer los restos y de paso conozcan la ciudad. Confiamos que pueda
ser un motor turístico”, explica la concejal de Cultura.
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El proyecto de museo todavía
está en la fase de definición, pero la idea del ayuntamiento es que sus
exposiciones sean dinámicas. “No queremos que sea un museo que se vea una vez y
ya está, queremos que cuente con actividades cambiantes para que los visitantes
repitan en función de la propuesta”, explica Prat.
El molino
del agua
El futuro museo del Molí dels Frares
tendrá como tema principal el agua, recordando de esta manera la fuerza motriz
que movía las molas de este molino de harina. “Data del siglo XIV y estuvo en
funcionamiento hasta la época contemporánea, según los documentos que tenemos
sobre la tributación del molino”, comenta la archivera municipal, Roser Calpe.
El molino tiene tres molas para
moler el trigo, aunque funcionó a un ritmo diferente en cada época. “Con la
puesta en marcha del museo del molino el objetivo es recordar tres elementos
fundamentales para Sant Vicenç dels Horts: la agricultura, la cultura del agua
y el peso del trigo en la economía local”, recuerda la archivera.
Memoria
oral
El museo forma parte de la política
municipal de recuperación de la historia local. Otra de las actuaciones de esta
línea programática, que verá la luz mucho antes que el Molí dels Frares, es la
edición de tres DVD de memoria popular. Recopilan el testimonio de personas
mayores de la localidad, que recuerdan cómo era Sant Vicenç dels Horts y cómo
ha cambiado. “Queremos preservar la memoria oral y elaborar entre todos el
relato de la ciudad de principios del siglo XX”, comenta Imma Prat. Un total de
46 personas mayores de la localidad han participado en el proyecto.
Durante meses han explicado sus
vivencias y sus recuerdos a los responsables del proyecto. El primero de los
tres DVD ya ha salido a la venta. “Nuestra generación lo que más recuerda es la
Guerra Civil y lo que nos tocó vivir en aquella época”, comenta Florentina
Parés, una de las protagonistas del documental, que recuerda en él la angustia
que vivió su familia con la desaparición de su hermano durante la guerra.
“Iba cada día a Barcelona y un día
no volvió. Mi madre movió cielo y tierra y, gracias a la mediación de un
militar de Sant Vicenç dels Horts, lo pudimos localizar y pudo volver a casa”.
Parés, de 89 años, destaca el trabajo para recuperar la memoria de la ciudad
pero lamenta que “llega un poco tarde, porque muchas de las personas que
podrían haber aportado su testimonio ya no están”.
Otro de los protagonistas de la
serie es Sisco Marco, excombatiente de la batalla del Ebro. Marco destaca la
necesidad de “dar importancia a la historia” y aporta recuerdos como “las
canciones que cantaba el sereno por la calle o la relación entre los vecinos”.
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