Adiós a otro gran casco de bodega en el centro de Jerez: la ciudad destroza su patrimonio industrial
Artículo de Sebastián Chilla para La Voz del Sur
Cuesta mucho imaginarse a Jerez como capital europea
de algo, aunque eso no quite que la ciudad lo intente y haga algún esfuerzo
para ello, como en el caso de la Capitalidad Europea de la Cultura. No
obstante, por mucha afluencia de público que acuda a los bares del centro —más
bien, a parte de él, ya que intramuros está totalmente abandonado—, este viene
a asemejarse cada vez más al de cualquier localidad del entorno. La
singularidad, que debería ser la característica que más deberían cuidar
aquellos que se llenan la boca con la promoción turística, está dejando paso a
la homogeneización, que como un cáncer invisible va conquistando todos los
terrenos de los bienes materiales e inmateriales de la localidad.
Una sencilla farola de catálogo con luz blanca —sin forja, y sin el característico y distintivo escudo de la ciudad—, un banco nuevo que es similar al de cualquier otra ciudad del norte de España y de Europa, o unas luces de neón que desdibujan los colores de los árboles de la ciudad, pueden hacer el mismo daño que un parche de alquitrán entre adoquines —allá donde no hayan sido sepultados bajo el asfalto—. Jerez, que había sido comparado con Sarajevo por su destrucción, especialmente en intramuros, quiere reponerse de su parcial abandono, pero olvidando también lo que fue. Y eso, si busca distinguirse del resto, no es buena idea.
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El patrimonio industrial de las bodegas de la ciudad debería ser uno de los grandes atractivos, un sello de identidad que diferenciaría a Jerez como capital del Marco homónimo y que podría disfrutarse con un simple paseo por sus calles. Sin embargo, cada día son más los cascos de bodega que desaparecen, ante la indiferencia de unos y de otros. Si bien una parte del patrimonio bodeguero está protegido por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), otra gran parte no lo está, y de hecho no tiene catalogación ni consideración alguna. ¿Pero, por qué? ¿Eso hace justicia a la ciudad?
Según comenta una fuente especializada en patrimonio
histórico-artístico y urbanismo local consultada por lavozdelsur.es para este
artículo, la última gran bodega en proceso de demolición, Zoilo Ruiz Mateos de
la calle Pizarro, "no tiene especial valor". Ello no quita que haya
un deseo mayoritario de "conservar todo el patrimonio bodeguero que sea
posible". Al tratarse de suelos privados, ese deseo no solo no puede
cumplirse, sino que queda muy lejos de la realidad por las limitaciones del
PGOU.
La normativa urbanística recoge la protección de cascos de bodegas pero no de todas. Un caso diferente es el de los loft de Domecq en el barrio de San Mateo, o el de la bodega de La Riva, entre las calles Arcos y María Antonia de Jesús Tirado, para la que su promotora inmobiliaria pidió una modificación puntual del PGOU, aprobada por todos los grupos políticos en pleno municipal en la anterior legislatura.
Afortunadamente, el derribo no siempre está permitido
y en el caso de ese casco bodeguero, se permitió el uso residencial con la
construcción de viviendas en el interior de las bodegas, sin alterar su grado
de catalogación, de forma similar a lo que se ha hecho en otros barrios de la
ciudad. La estructura sí se conservará, aunque las modificaciones tampoco están
exentas de polémica. Al fin y al cabo, el objetivo es que el patrimonio
bodeguero, seña cultural del pasado industrial de Jerez y parte de su paisaje
urbano, se mantenga.
Un casco de bodega (casi) centenario
Las bodegas de Zoilo Ruiz Mateos S.L. eran propiedad
del grupo Rumasa de José María Ruiz-Mateos, diferenciándose en dos cascos
bodegueros: uno de ellos con una superficie aproximada de 15.000 metros
cuadrados y otro con aproximadamente 5.000. Si bien la bodega más grande es
casi centenaria —fue construida en 1927—, la otra, la bodega de San Gerardo, es
bastante más reciente, de 1955, siendo demolida el pasado año para la
construcción de 77 viviendas por parte del grupo Q.
Fuente de la noticia https://www.lavozdelsur.es/
Video del derribo de la bodega
La antigua
bodega de Zoilo Ruiz-Mateos en calle Pizarro ya es historia.
Fuente de la noticia https://www.diariodejerez.es/
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